Juan José Aranguren: "Si no ajustamos las tarifas hay déficit; el equilibrio se va a alcanzar a fines de 2019"

El ministro de Energía defendió la política de gradualismo. Desde Rusia, habló con Infobae de la necesidad de "controlar el gasto como en cualquier familia o empresa". El 1° de febrero aumenta la luz y a partir de abril el gas. El Estado seguirá financiando la tarifa social

Juan José Aranguren, ministro de Energía y Minería

El ministro de Energía y Minería de la Nación, Juan José Aranguren, defendió hoy las políticas de gradualismo que se están aplicando para revertir la critica situación en la que quedó sumergida la economía luego de 12 años de gobierno kirchnerista, y aseguró que el acomodamiento en las tarifas energéticas era necesario para terminar con el déficit en el sector.

Desde Rusia, hasta donde llegó para acompañar al presidente Mauricio Macri, el funcionario recordó que cuando llegaron al Gobierno el costo de producir energía eléctrica era de 950 pesos (megawatt hora) y que se pagaba 90 pesos, menos del 10 por ciento. "Nada se sostiene así", le dijo a Infobae.

En un breve contacto con la prensa antes de comenzar su agenda del día, que incluye reuniones con los principales empresarios locales, Aranguren fue consultado sobre los inminentes aumentos en luz y gas.

"El 1 de febrero se concretará el aumento para la generación de electricidad en su conjunto y además la última de las tres etapas del valor agregado de distribución para las empresas Edenor y Edesur", ratificó. En este sentido, recordó que en marzo del año pasado, cuando se hizo la revisión general para poder alcanzar los niveles de tarifas que corresponden para unas inversiones en el próximo quinquenio, ese número "daba un aumento exagerado" y se decidió dividirlo en tres etapas. "En febrero se termina la tercera etapa", enfatizó.

Asimismo, señaló que el 1° de abril aumentará el gas natural, conforme a lo presentado en la audiencia pública de 2016. "Es un proceso gradual para ir recomponiendo el precio, siempre con exclusión de la tarifa social. Estamos reformulando los subsidios: en lugar de que vayan para todos y todas, ahora el subsidio va para aquellos que lo necesitan", enfatizó.

Aranguren aseguró que el diferencial entre el costo de producción y lo que se paga por él se ha recuperado y está en poco más de la mitad. "En 2017 vamos a estar cerrando en 1.240 pesos el megawatt hora y pagando 860 pesos", ejemplificó.

En este sentido, el ministro admitió que si no ajustaban las tarifas, esa diferencia va al déficit. "El Gobierno hizo como en cualquier familia o empresa: controlar el déficit, que significa bajar el gasto y acomodar las tarifas para evitar ir sacando dinero del público para algo que tiene que ser un gasto común y ordinario".

"El equilibrio en el sector de electricidad se va a alcanzar a fines de 2019, excluyendo tarifa social. En el caso del gas, sacando la Patagonia, también", adelantó Aranguren y ratificó el objetivo de bajar el costo de generación de energía.

"La falta de inversión termina dando un costo de energía alto y por ende subsidios. A medida que se vayan ajustando las tarifas e invirtiendo en equipos nuevos de mejor eficiencia, tendremos menos costos. El objetivo no es subir tarifas, es bajar costos y que la tarifa remunere ese costo a la baja que queremos producir", afirmó.

Aranguren señaló además que el Estado continuará financiando la tarifa social, pero afirmó que "si hacemos las cosas bien, si la economía mejora y la pobreza baja, cada vez habrá menos gente que necesite subsidios".

Al ser consultado sobre las nuevas metas de inflación, el funcionario negó que eso haya provocado un cambio en la hoja de ruta de su gestión. "Las metas inflacionarias son una consecuencia de… Si aplicamos las políticas, la inflación va a ir bajando. Más allá de cuál sea la meta, si del 41% del 2016 se bajó al 24,8 del 2018 y ahora vamos a bajarlo al 15%, ese es el camino", opinó.

Finalmente, y en referencia a la gira presidencial, Aranguren destacó el trabajo que está realizando el Gobierno para reinstalarse en el mundo. "Así como la confianza se pierde rápido, reconstituirla lleva su tiempo. Estamos construyendo confianza, aunque falta consolidarla. Estos dos últimos años hemos hecho mucho para lograrlo", concluyó.

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