Argentina ocupa el 23° lugar entre 74 economías emergentes a la hora de traducir sus políticas en una reducción de la desigualdad y a fin de crear una sociedad más incluyente, según un informe publicado por el Foro Económico Mundial (World Economic Forum) en el marco de su reunión anual en Davos, Suiza.
El Índice de Desarrollo Integrador (IDI) analiza 103 países en cuanto a su rendimiento en tres pilares: crecimiento y desarrollo, inclusión y equidad intergeneracional. Y divide a las naciones en dos grupos: economías avanzadas y emergentes. En este último incluye a la Argentina.
Tanto países ricos como pobres tienen dificultades para proteger a las generaciones futuras
Argentina ocupa una posición algo por encima de "mitad de tabla" entre los emergentes. En una comparación regional está por debajo de sus vecinos Uruguay, Chile y Paraguay. También debajo de Perú, pero por encima de Brasil.
ÍNDICE DE DESARROLLO INTEGRADOR – COMPARACIÓN REGIONAL
Fuente: Foro Económico Mundial
Como se observa en el cotejo, la evaluación del Desarrollo Integrador no siempre va de la mano del nivel de PBI per cápita. Países pobres, como algunos centroamericanos, pueden tener ingresos bajos en una comparación con otras economías de América Latina, y exhibir similares e incluso mejores índices de igualdad. Por decirlo de algún modo, reparten en forma más equitativa su riqueza.
ANÁLISIS DE ARGENTINA
El documento refirió que en la Argentina "los indicadores de crecimiento económico y la productividad del trabajo están declinando, cuando los datos del Índice de Desarrollo Integrador (IDI) preceden a una recuperación en curso. Mientras que en Argentina las desigualdades de ingresos y de riqueza son relativamente bajos en comparación a otros países latinoamericanos, estas disparidades han estado reduciéndose en los últimos años".
Añadió que "según el Coeficiente de Gini, el resultado neto y la riqueza han caído casi el 5% y el 10% respectivamente, durante los últimos cinco años. Además, el ingreso medio de los hogares en Argentina está en el quintil superior de economías emergentes en la muestra. Aunque la tasa de empleo sea relativamente baja comparada con el promedio regional, ésta ha aumentado ligeramente a pesar de la recesión reciente".
El informe llega a esta conclusión al analizar el PIB per cápita (en dólares constantes de 2010), el empleo, la productividad laboral, la esperanza de vida sana, los ingresos medios por hogar, la tasa de pobreza extrema, el ahorro neto ajustado, la deuda pública, el ratio de dependencia demográfica, la intensidad de carbono y el ingreso nacional bruto.
Entre los diez países emergentes más incluyentes destacan en la posición sexta a Panamá (6°), Uruguay (8°) y Chile (9°). Esos países latinoamericanos comparten el ranking con Lituania (1°), Hungría (2°), Azerbaiyán (3°), Letonia (Latvia, 4°), Polonia (5°), Croacia (7°) y Rumania (10°).
En la comparación regional, la desigualdad de ingresos y de riqueza en Argentina es relativamente baja
En el apartado de otras economías emergentes, Perú figura en el puesto 14°, Paraguay en el 20° y la República Dominicana en el 21°. Les siguen Argentina (23°), México (24°), Nicaragua (29°), Colombia (30°), El Salvador (35°), Brasil (37°), Bolivia (41°), Guatemala (44°) y Honduras en el 46° puesto.
En el grupo de 74 economías emergentes, Argentina ocupa el puesto 14° en PBI per cápita (USD 10.149), con datos de 2016 y medido en dólares constantes de 2010. Está detrás de Chile (3°, USD 15.020), Uruguay (8°, USD 14.010), Panamá (11°, USD 10.982) y Brasil (12°, USD 10.826), aunque en este último se manifiesta más la desigualdad social, que relega al socio del Mercosur al puesto 37° del IDI. En cuanto a PBI per cápita, se sitúan más atrás Costa Rica (16°), México (17°), Colombia (19°), República Dominicana (21°), Perú (23°), Paraguay (35°), El Salvador (38°), Guatemala (42°), Bolivia (47°), Honduras (48°), Nicaragua (50°).
Los países de Europa del este se benefician de su pertenencia a la Unión Europea (UE) y han logrado mejorar los estándares de vida medios y bajar la desigualdad medida por la riqueza. Por eso, entre los emergentes lideran el listado de Desarrollo Integrador Lituania, Hungría, Azerbaiyán, Letonia (4°) y Polonia (5°). A excepción de Azerbaiyán, con un PBI per cápita de apenas USD 5.859, el resto promedia unos 15.000 dólares.
CIFRAS GLOBALES
El resultado de su análisis de 103 países muestra que durante los últimos cinco años, pese a la recuperación de la economía mundial, la inclusión social ha empeorado o permanecido sin mejoras en 20 de las 29 economías avanzadas y que la equidad intergeneracional se ha deteriorado en 56 de 74 países emergentes.
Durante los últimos cinco años solo 12 de los 29 países avanzados han conseguido reducir la pobreza y solo ocho registraron una reducción de la desigualdad por ingresos.
Según el informe del Foro, las diez economías avanzadas más incluyentes son Noruega, Islandia, Luxemburgo, Suiza, Dinamarca, Suecia, Holanda, Irlanda, Australia y Austria, en ese orden decreciente. De las economías del G7, Alemania (12°) obtiene el mejor ranking, seguido de Canadá (17°), Francia (18°), el Reino Unido (21°), Estados Unidos (23°), Japón (24°), España (26°) e Italia (27°).
Para el Foro, "las economías dan prioridad a políticas que apuntalan un crecimiento a corto plazo por encima de la inclusión y la sostenibilidad, y eso pese a las inquietudes que existen sobre la desigualdad social".
De acuerdo con el documento, tanto los países ricos como los pobres tienen dificultades para proteger a las generaciones futuras.
En el pilar de la equidad intergeneracional y la sostenibilidad desde 2012 se observa un empeoramiento en las economías, tanto de ingresos altos y medios como en las de ingresos bajos, y una mejora solo marginal del 0,6% en las economías avanzadas.
Las economías dan prioridad a políticas que apuntalan un crecimiento a corto plazo por encima de la inclusión
En opinión del jefe de la Agenda Global del Foro, Richard Samans, los líderes no deberían esperar que un crecimiento más elevado sea la panacea para contrarrestar las frustraciones sociales, incluidas las de generaciones más jóvenes, sino centrarse "específicamente en progresos sostenibles en los estándares de vida".
"Cualquier política que promueva el crecimiento o reduzca la desigualdad sin afectar de manera negativa la otra variable también se puede clasificar como ventajosa para todos. Una reforma de los impuestos empresariales que sea neutra para los ingresos, por ejemplo, podría aumentar el nivel de producción sin un impacto significativo en la distribución de ingresos", razonó Jason Furman, del Consejo de Asesores Económicos del Foro Económico Mundial.