Por undécimo mes consecutivo el resultado del intercambio de bienes con el resto del mundo fue negativo para la Argentina; las ventas cayeron a USD 4.610 millones; y la compras se elevaron a USD 6.151 millones.
De ahí surgió un rojo para un mes que estacionalmente suele ser débil en exportaciones y muy activo en importación que superó en más de USD 250 millones al pico que se había anotado en enero de 2014, cuando como ahora la economía estaba afectada por un severo atraso cambiario y que en ese mes forzó una devaluación, pero al carecer de un plan sustentable, sus efectos fueron efímeros.
El saldo negativo de noviembre superó en más de USD 250 millones al pico que se había anotado en enero de 2014
El Indec comunicó que la contracción de las exportaciones se explicó en exclusiva por la disminución del 6,2% en las cantidades despachadas al resto del mundo; habida cuenta de que el promedio de precios de los bienes comercializados se elevó 1,4 por ciento.
Del lado de las importaciones el singular impulso, el más alto del año, se debió a la concurrencia de suba de los precios en 2,8% y más aún de los volúmenes ingresados, 26,6%, respecto de un año atrás.
Severo desequilibrio en el volumen comercializado
El abultado aumento del saldo de divisas negativo en el corriente año tiene múltiples explicaciones, entre las que se destacan:
1). El efecto de la salida del cepo cambiario y de las restricciones que afectaron al intercambio comercial hasta fines de 2015, porque se trató en algunos casos, en particular del lado de las compras, de modo gradual. En 2016 se registraron 10 meses consecutivos con receso de importaciones, mientras que las exportaciones tuvieron un movimiento de serrucho;
2). El atraso cambiario que provocó la política de financiamiento del déficit fiscal con deuda externa, o con bonos en pesos con cláusula dólar, porque alimentó la oferta de la divisa y deprimió su precio, fenómeno que favoreció las compras externas y adelantó las ventas de productos nacionales;
3). El deterioro de los términos del intercambio, porque mientras los precios de los productos exportables apenas subieron 1,1% en los once meses, los de los bienes importados se encarecieron 6%, y por tanto demandaron más divisas;
4). La persistencia del alto costo argentino, que mantuvo alejada la capacidad de la producción nacional de conquistar y recuperar mercados. El Gobierno aspira a revertir ese proceso con los proyectos de reforma tributaria y de reforma laboral.
Al cabo de los primeros 11 meses del año las exportaciones se elevaron en valor apenas 1,2%, a USD 53.881 millones; mientras que las importaciones se incrementaron 19,9%, a USD 61.538 millones. De ahí surgió un rojo comercial de USD 7.656, en contraste con un superávit de USD 1.935 millones registrado en similar período del año previo.
Se trata de un desequilibrio histórico que ya superó al anotado en todo 1994, cuando el efecto Tequila provocó un déficit de USD 5.751 millones.
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