El dólar se acerca a "zona de intervención": ¿saldrá a sostenerlo el Banco Central esta vez?

El tipo de cambio real cayó casi al mismo nivel de principios de mayo, cuando el BCRA tuvo que salir a comprar. Pero ahora está más limitado por la lucha contra la inflación

El dólar avanza 7,6% desde inicios de 2017. (Adrián Escandar)

La inflación se acelera y el valor del dólar a nivel internacional se aprecia respecto a una canasta de monedas, incluyendo las emergentes. Mientras tanto, en el mercado local la divisa se mantiene planchada e incluso con tendencia bajista, más allá del mínimo repunte de ayer. Es el peor escenario porque la producción se encarece en moneda dura y dificulta los esfuerzos por tener una economía más abierta y competitiva.

La percepción de que la Argentina otra vez está muy cara en dólares se valida con la evolución del tipo de cambio real multilateral (ITCRM) que diariamente informa el Central. Tras la devaluación que llevó el dólar a $18, este índice saltó hasta 94 a mediados de agosto, lo que representó una mejora competitiva. Pero ahora esta serie de factores de inflación mezclada con un tipo de cambio planchado más la recuperación de la divisa a nivel internacional lo hicieron retroceder hasta 84,5, un deterioro superior a 10% en apenas cuatro meses.

Banco Central de la República Argentina.

La pregunta que surge inevitablemente es: ¿llegó el momento para una intervención del Central en el mercado cambiario para salir a sostener el valor del dólar? A principios de mayo, el ITCRM se ubicaba en 82,5 cuando el titular del BCRA, Federico Sturzenegger, decidió intervenir para ponerle un piso. Compró USD 1.100 millones en once días consecutivos (a razón de 100 millones por día). Y logró su objetivo solo a medias, impulsando a la divisa un poco más de 3% en términos de tipo de cambio real.

A las pocas semanas llegaría la noticia que detonó el salto del dólar desde menos de $16 a $18 en apenas un par de semanas, que fue la decisión de Cristina Kirchner de presentar su candidatura a senadora por la provincia de Buenos Aires.

A pesar de la preocupación por el persistente atraso cambiario, en un mes en que la inflación tocaría el 2,5% no luce tan claro que el BCRA vuelva a intervenir. O al menos resultaría contradictorio con la política monetaria dura que viene llevando adelante en los últimos meses. La compra de dólares en el mercado obligaría luego a absorber los pesos emitidos, lo que generaría un costo mayor por la emisión de Lebac a tasas cercanas al 30% anual en pesos. Y nada garantiza que consiga el resultado.

Sturzenegger, presidente del BCRA

Además, el BCRA debe seguir comprando los dólares que le vende el Tesoro, lo cual también requiere un esfuerzo adicional de esterilización, con lo que el margen se achica considerablemente.

Existen otros factores que –según especulan en el BCRA- podrían darle algún impulso al tipo de cambio hacia fin de año. El principal es la demanda de divisas para aquellos que viajan al exterior en el verano, teniendo en cuenta que será récord la cantidad de argentinos que viajarán a distintos destinos internacionales. La balanza turística arroja un déficit cercano a los USD 1.000 millones mensuales, pero en enero podría aproximarse a los USD 2.000 millones.

Claro que al mismo tiempo también hay mucho ingreso de divisas, en particular para aprovechar las atractivas tasas en pesos. Hace un par de semanas casi la mitad de la emisión de un bono en pesos por parte del Banco Ciudad fue adquirida por extranjeros y hoy una porción importante de la emisión de Letes que licita en pesos el ministerio de Finanzas también podría ser suscripta en dólares por parte de inversores internacionales. Es decir que si bien existe una demanda creciente de dólares por motivos estacionales, esta tendencia se ve contrarrestada por el fuerte ingreso de divisas para compra de deuda.

La suba de tasas que definirá hoy la Reserva Federal en los Estados Unidos también le pone presión al tipo de cambio local. Si el incremento de tasas fortalece al dólar a nivel internacional acentuará el atraso cambiario doméstico, por lo que impulsar una suba de la divisa se volverá mucho más imperioso.