Tim Draper no pasa desapercibido. Este reconocido inversor de riesgo de Silicon Valley, que cuenta en su porfolio con más de 30 unicornios, entre ellos Skype y Tesla, asistió la semana pasada a una maratón de reuniones y eventos que incluyeron una charla privada con el jefe de Gabinete Marcos Peña y un cara a cara con el presidente Mauricio Macri en el Foro de Inversores organizado por el Ministerio de Producción, que se llevó a cabo el jueves pasado en la Torre YPF, en Puerto Madero. Además, el norteamericano visitó el edificio de Rofex en Buenos Aires junto a sus socios de la generadora de fondos Cygnus, con quienes fundó el Venture Capital Draper Cygnus, que tiene al mercado de futuros de Rosario como anchor investor, y luego se reunió con ex alumnos de la Draper University.
En todos los eventos, Draper lució orgulloso una corbata con un estampado de bitcoins. Es que durante su visita, el norteamericano que en el 2014 compró 30.000 criptomonedas a unos 600 dólares por unidad en una subasta realizada por el gobierno de de Estados Unidos (hoy esa inversión supera los 200 millones de dólares), se jactaba de cómo su predicción se hacía realidad el miércoles pasado, cuando el bitcoin llegaba a un récord histórico superando los 10.000 dólares.
En diálogo con Infobae, Draper habló sobre por qué cree que es el "momento ideal" para invertir en la Argentina y contó detalles de la reunión privada que mantuvo con Marcos Peña, a quien aconsejó estar atentos al blockchain como motor para "terminar con la burocracia" y "volverse más competitivos" en un momento en el que –repite– "todos los gobiernos están compitiendo entre sí".
En este sentido, el acelerador de unicornios, tercera generación de su familia dedicada a invertir en Capital Emprendedor, se autoproclama como un "experto" a la hora de incurrir en nuevos mercados: fue el primero en desembarcar en China e India y ahora hace su apuesta por la Argentina, en especial por Rosario, la ciudad santafesina que busca convertirse en el polo de innovación de la industria alimentaria.
Ignacio Plaza, managing partner de Cygnus (gerenciadora de fondos de inversión) y presidente de Primary Ventures, empresa de servicios tecnológicos de Rofex, contó a Infobae que el gurú del Bitcoin "se entusiasmó tanto" con lo que vio estos días en Buenos Aires que se comprometió a invertir un millón de dólares más en el fondo del cual es socio y que el jueves pasado ganó una licitación para recibir un aporte del Gobierno como inversor por US$ 12 millones, durante el cierre del foro en el que también fueron elegidos otros dos fondos, NXTP Labs y Jaguar Ventures.
—¿Cuáles son las industrias o áreas que ve con más potencial en la Argentina?
—Creo que en lo que es el sector de agroalimentos, con las nuevas tecnologías que pueden aplicarse. La Argentina puede ser un líder mundial en ese sentido. También en energías alternativas, y en relación al bitcoin, el blockchain, que están abiertos a cualquiera y particularmente acá, que tienen una población altamente capacitada y muy ambiciosa, que además se quemó varias veces pero que ni bien empiecen a confiar en su economía van a estar bien. Sin embargo, en este sentido tampoco necesitan confiar tanto. Porque el blockchain es un vehículo confiable, así que ahora tienen un vehículo en el que pueden confiar porque no tiene nada que ver con un gobierno.
Por más que sea un buen momento para la Argentina, y están tomando medidas que ayudan a atraer inversores, estamos en un momento en el que todos los gobiernos están compitiendo entre sí
—¿Por qué eligió este momento para venir a la Argentina?
—Mi razón para venir es que el equipo de Draper Cygnus dijo que es un buen momento, porque es un nuevo gobierno y es una oportunidad enorme, en tiempos donde todos los gobiernos están en competencia entre ellos.
—Tras su presentación en el Foro se reunió con Marcos Peña. ¿Cómo fue el encuentro?
—Tuvimos una muy buena charla. El ministro estaba muy sorprendido con las cosas que le conté del fondo, de la Draper University en Silicon Valley… Y le dije lo que te acabo de decir: por más que sea un buen momento para la Argentina, y están tomando medidas que ayudan a atraer inversores, estamos en un momento en el que todos los gobiernos están compitiendo entre sí.
—¿Cuáles son las cosas en las que el gobierno argentino debería poner atención?
—Bueno, como le expliqué al ministro y también se lo dije al presidente, el bitcoin y el blockchain van a afectar industrias. Hubo invenciones como Uber o Airbnb que fueron cambiando la forma de los usuarios de acceder a ciertos servicios y esta gran ola de blockchain va a hacer que cambie también la manera en que se comercializa y va a afectar distintas industrias como la inmobiliaria, la financiera, la de seguros, la de energía y a los gobiernos. Hay cosas que hoy se controlan por los bancos pero que se podrían controlar a partir del blockchain, a partir de lo cual los gobiernos van a tener una parte virtual como pasa ya con Estonia –el país europeo le otorgó una credencial de "Ciudadano Digital" que le permite hacer negocios allí como si fuera un residente- y otra parte física o más terrenal, relacionada a cuestiones de infraestructura como dónde hacer un edificio, una autopista. En este sentido creo que a partir del blockchain se pueden eliminar la parte de las burocracias y hacer que el Gobierno se vuelva más competitivo, en un mundo donde todos los gobiernos están compitiendo entre sí.
—Respecto al Bitcoin, que superó la barrera de los 10.000 dólares, muchos hablan de una burbuja que en algún momento va a explotar…
—Como yo lo veo, el Bitcoin es una transformación social, es una nueva forma de moneda global. La Argentina debería adoptar al Bitcoin como moneda. Si la moneda a nivel local implosiona, como una vez lo hizo acá, el que tenga bitcoins va a estar bien. Porque no está atada a ningún gobierno. De hecho hay gobiernos que trataron de ahogarla y salió por todos lados. Va a estar ahí porque ya es una parte valiosa de la sociedad y todavía hay un largo camino por recorrer: hay 84 trillones de dólares y solo 200 millones de bitcoins.
—Hay mucha expectativa por el lugar que ocupa la Argentina como nuevo mercado pero parece haber un desfase entre las expectativas y las inversiones, que aún no se materializaron. ¿Por qué piensa que se da este fenómeno?
—Cuando llegué a China hace seis años nadie miraba China, porque era una economía muy cerrada. Después de que yo llegué todos los otros inversores que solo estaban mirando vieron los resultados y ahí todos fueron a invertir a China.
Con las buenas políticas de un gobierno, por lo general es el gobierno que le sigue el que se lleva el crédito
—¿Está diciendo que todos están mirando la Argentina para invertir?
—No, nadie está mirando la Argentina… Todavía. Pero cuando vean que yo estuve acá, y cuando saquemos el próximo unicornio con Draper Cygnus, ahí todos van a venir a invertir acá.
—¿O sea que tenemos que esperar seis años para que lleguen las grandes inversiones?
—(Se ríe) Hay que esperar. No son cosas que se hagan de un día a otro. Son el tipo de logros que comienzan con las buenas políticas de un gobierno y que por lo general el gobierno que le sigue es el que se lleva el crédito.
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