Aunque todavía falta más de un mes para que termine el año, desde el punto de vista inversor hay un ganador indiscutido: las Lebac. Estos títulos de corto plazo que emite el Banco Central para absorber pesos excedentes rindieron en lo que va del 2017 un 21,5%, mientras que el dólar subió menos de la mitad, acumulando una suba de apenas 10 por ciento.
El cálculo sobre el rendimiento que arrojaron las Lebac es a través de la renovación mensual a través de las licitaciones del Central. Como la tasa fue subiendo en forma gradual pero consistente durante todo el año, la ganancia resultó mayor para los que optaron por esta modalidad. En cambio, los que adquirieron Lebac a plazos de seis o hasta nueve meses percibieron rendimientos algo menores.
La inversión en Lebac dejó el doble que comprar dólares a lo largo de 2017. Parece imposible que se revierta la ecuación en lo que resta del año.
En la previa a las PASO el dólar repuntó hasta los $18 y al menos en junio y julio terminó superando el rendimiento de la tasa en pesos. Pero fue sólo un "susto" y tras el buen resultado obtenido por el Gobierno volvió la vieja dinámica, marcada por alta tasas de interés (incluso en ascenso) y un tipo de cambio planchado. El dólar había cerrado el 2016 a $16,19 para la venta y el viernes había finalizado a $17,79, es decir exactamente un incremento de 10%. Desde que el Central tuvo que intervenir con más de USD 1.000 millones para evitar que el dólar supere los $18, el tipo de cambio se mantuvo muy estable y siempre por debajo de ese nivel.
La “bicicleta financiera” viene recargada, con tasas de interés al 29% y un tipo de cambio que no se mueve hace varios meses.
Desde las primarias de agosto, el Central volvió a subir varias veces las tasas de referencia. De un nivel de 26,25% las llevó hasta 28,75% en la reunión de política monetaria de hace dos semanas. Ese último movimiento provocó numerosas reacciones. Por lo pronto, cierta sorpresa en el ala política del Gobierno y varias críticas de economistas que hasta ahora venían defendiendo la actuación de la entidad que preside Federico Sturzenegger.
Con este último incremento de tasas, una buena opción parece ir en búsqueda de Lebac más largas, por ejemplo seis o nueve meses. Esto permitiría fijar niveles de rendimientos en pesos muy elevados, sin quedar tan expuestos a una reducción de tasas a partir del 2018. Las Lebac más largas, sin embargo, tienen un poco menos de liquidez en caso de que un inversor decida vender por un cambio en el clima de mercado, por lo que en caso de querer desprenderse de estos títulos antes de tiempo podría sufrir una pérdida.
Pero si la "bicicleta" era atractiva antes, ahora lo es todavía más. Una tasa de casi 29% anual en pesos cuando la inflación esperada para los próximos 12 meses se ubica en el 17% es poco menos que imbatible. Encima, se espera que el tipo de cambio aumente menos que la inflación, muy parecido a lo que sucedió este año.
A pesar de que las Lebac lucen como un negocio servido en bandeja, los ahorristas siguen eligiendo la compra de dólares a la hora de atesorar. La demanda de billetes en los bancos se ubica en alrededor de USD 2.000 millones mensuales. Y si bien aumentó también la compra de Lebac, claramente la preferencia sigue siendo el refugio del billete verde, aún cuando no haya sido buen negocio en 2017 y tampoco proyecte un buen resultado para el año que viene.
¿Cuál es el panorama para los próximos tres a seis meses? Por lo pronto, la certeza es que el Central mantendrá los mismos niveles de tasa o muy parecidos como mínimo hasta el primer trimestre del año que viene. El BCRA esperará hasta ver señales más concretas de bajas de la inflación para empezar a aflojar la política monetaria. Y los aumentos de tarifas previstos para fin de año, más los efectos estacionales típicos de las vacaciones auguran un verano caliente para la inflación.
Queda algún signo de interrogación en relación al comportamiento del dólar. La llegada de fin de año debería aumentar la demanda por turismo, sobre todo teniendo en cuenta que habrá récord de viajes al exterior aprovechando el tipo de cambio barato. Esto debería darle cierto impulso a la cotización.
Sin embargo, también entran muchos dólares justamente para aprovechar las elevadas tasas de interés. Y eso juega en contra de un repunte. El tema obviamente vuelve a inquietar en despachos oficiales, que no quieren revivir viejas historias de atraso cambiario, que luego terminan en correcciones más bruscas.
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