Argentina ocupa el último puesto de 25 economías representativas en el ranking de Costos Laborales Unitarios de Manufacturas (CLUm) 2017 que elabora Abeceb.com, lo que exhibe que en nuestro país los costos laborales totales no están respaldados por su productividad.
El trabajo destaca que, entre los 25 países en la muestra, Taiwán es el más competitivo en costos manufactureros, seguido por México, Indonesia, Tailandia y China. En cambio, los puestos finales son ocupados por Francia, Suiza, Australia, Brasil y Argentina.
"La mala performance productiva es un dato que debe generar preocupación en nuestro país. Es importante destacar que el Gobierno está consensuando los proyectos de reforma laboral y tributaria, y un pacto fiscal con gobernadores que permitirían mejorar la competitividad", aseguró Alberto Schuster, director de la Unidad de Competitividad de Abeceb.com.
La consultora puntualizó que el pobre comportamiento del mercado laboral en los últimos 50 años fue producto tanto de la elevada volatilidad macroeconómica, como de sus propias características: su rigidez o falta de adaptación a los cambios que la tecnología y la demografía le imponen y el elevado costo laboral no salarial (la porción del desembolso de cada firma para mantener su plantilla que no va al bolsillo de los trabajadores), en el que incide la fuerte presión impositiva.
Abeceb refirió que en los últimos años se crearon solo 50 mil empleos privados formales por año. "Sin cambios y sin la compensación del empleo público, el desempleo rozaría 15% en 2025, el doble que en la actualidad (8,7% fue el índice del segundo trimestre de 2017)", aseveró.
LEA MÁS:
En 2017 Argentina volvió a estar entre los 100 países más competitivos
El camino hacia una Argentina competitiva
Reforma laboral: las empresas tendrán un año para blanquear personal
"Esta radiografía nos confirma que es necesario trabajar en mejorar la competitividad, entre otros factores, de los costos laborales", subrayó Schuster y precisó "en Argentina, los costos laborales resultan más altos que en la mayoría de las economías emergentes (como República Checa, Taiwán, Polonia, Brasil, Chile y México). Pero comparados con todos estos países, sólo respecto de Brasil mostramos una mayor productividad laboral", precisó.
A nivel de la productividad total de los factores nuestro país entre se ubica en el lugar 50 entre 60 países considerados en el World Competitiveness Report del IMD, mientras que Según el ranking anual de competitividad del World Economic Forum, Argentina escaló 12 posiciones y ocupó este año el puesto 92 entre 137 economías.
DIFÍCIL INSERCIÓN COMERCIAL
Si bien en los últimos dos años se produjo una baja en los CLUm, que ha permitido una mejora marginal en la posición relativa de Argentina frente al resto de las economías consideradas, esta se asocia principalmente a la corrección macroeconómica adoptada por el gobierno actual. Así, entre 2017 y 2016 el CLUm cae 10% lo que representa una mejora en la competitividad, pero esto es producto de una caída de 17% de los costos laborales, que más que compensó una baja de 8% en la productividad. La caída de los costos laborales se explica por la devaluación del peso en ese período mientras que el de la productividad se debe a la baja de la producción manufacturera (habiéndose mantenido la cantidad de personas empleadas).
En este aspecto, un reciente estudio del BID definió que en el primer semestre de 2017, el valor de las exportaciones de bienes de Argentina registró un crecimiento de 0,7%. Sin embargo, la recuperación resultó frágil dada, entre otros factores, la moderación de la tendencia alcista de los precios de los productos básicos, principal componente de las ventas externas nacionales.
El mercado laboral padece la falta de adaptación a los cambios que la tecnología y la demografía le imponen
El documento del BID revela que desde la crisis financiera internacional, hace casi una década, el país ha perdido el 21% de su cuota del mercado global, mientras que entre 2010 y 2015, el país experimentó una caída del valor de sus exportaciones de bienes de 17,8%, donde la principal causa fue la pérdida de competitividad de 26,4 puntos porcentuales en el intercambio con los distintos bloques regionales.
Paolo Giordano, Economista Principal del Sector de Integración y Comercio del BID y coordinador del informe, apuntó que frente a "un escenario comercial sustancialmente menos propicio que el que prevaleció antes de la crisis", con baja de precios internacionales de las materias primas, la economía requiere "un giro radical en las políticas de inserción internacional para revertir el rezago competitivo, recuperar cuota del mercado global y aprovechar las oportunidades de las tecnologías disruptivas como el e-commerce".
LEA MÁS:
La historia secreta y los números del novedoso "Pacto Fiscal III" entre la Nación y los gobernadores
El plan que menos se ve en el Gobierno: la desburocratización del comercio exterior
Este año el déficit comercial con Brasil ya es récord histórico
Mario Brodersohn, presidente de Econométrica, refirió que "en los últimos 15 años la expansión del comercio mundial dio lugar a una profunda reorganización productiva a partir del desarrollo de nuevas tecnologías que procuraron aumentar la competitividad internacional. Las nuevas tecnologías están dirigidas a fragmentar verticalmente los procesos productivos para aprovechar economías de escala (out-sourcing) y a la descentralización geográfica para aprovechar los salarios más bajos de la mano de obra calificada que ofrecen los países en proceso de desarrollo (off-shoring). El objetivo de estas fragmentaciones es disminuir los costos de producción".
EVOLUCIÓN DEL COSTO LABORAL UNITARIO (MANUFACTURAS)
¿Cómo reacciono la Argentina frente a estos cambios en el comercio internacional? Brodersohn especificó que en el periodo 2004/15 "la Argentina marchó a contramano de esas tendencias internacionales dado que aumentó la concentración y la primarización de sus exportaciones. En efecto, en el 2015 las exportaciones agrícolas representaron el 46% del total exportado, las manufacturas basadas en recursos agrícolas el 17% y manufacturas de tecnologías media como autos 15%, Estos tres rubros absorbieron el 74% del total exportado mientras en el 2005 representaron el 54%".
LAS RAMAS MÁS Y MENOS COMPETITIVAS
Si se analiza por sectores, el CLUm de Abeceb.com detalla que las ramas industriales menos competitivas son: confecciones, textiles, radio y televisión, cuero y calzado, maquinaria de oficina, autopartes, minerales no metálicos, madera y edición. "Estos sectores, con excepción de radio y televisión y maquinaria de oficina, son intensivos en mano de obra y, en conjunto, emplean aproximadamente 300.000 personas", se indica en el análisis.
En cambio, las más competitivas son productos de petróleo, productos químicos, metales comunes y tabaco, mientras que Alimentos y Bebidas se encuentra en un nivel medio.
Schuster señaló que "el Gobierno ha identificado las grandes trabas que impiden un desarrollo más acelerado o que requieren transformaciones para enfrentar las amenazas que el cumplimiento de normas de comercio mundial impone, y ha diseñado políticas para facilitar una mejora de su competitividad".
Abeceb advirtió que en la Argentina los costos laborales totales no están respaldados por su productividad
En este marco, sostuvo que "aún quedan muchas asignaturas pendientes. Los proyectos de reformas fiscal, tributaria y laboral que el Gobierno busca consensuar para aprobar en el Congreso, son buenos indicios en el camino de mejorar la competitividad".
"Esto, sumado a un escenario global benigno (caracterizado por Brasil recuperándose lentamente, precios de las commodities alrededor de los niveles actuales y acceso al crédito internacional a tasas bajas), darían lugar a mejorar la posición competitiva de la Argentina", aseguró Schuster.
Para la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), la reforma tributaria que el Poder Ejecutivo elevó al Congreso plantea una serie de cambios sustanciales sobre el sistema impositivo con en la que "el objetivo principal que se plantea es minimizar la incidencia de impuestos sobre la actividad económica y sobre el 'costo laboral'".
"Los buenos augurios provienen de analistas con ideas más alineadas al perfil oficialista sobre la existencia de una presión fiscal excesiva que ahoga las actividades productivas. La baja de la presión impositiva se ve como requisito para retomar el aumento de la rentabilidad de las empresas y la senda del crecimiento", agregó el reporte de la UNDAV.