¿Amenaza la AFIP el derecho a la propiedad?

Por Manuel Alvarado Ledesma

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En Argentina, los organismos del
En Argentina, los organismos del Estado tienden a aplicar disposiciones discrecionales.

Ninguna escuela económica como la neoinstitucionalista ha mostrado con tanta claridad la importancia de respetar, a rajatabla, los derechos de propiedad con el supremo fin de acentuar el desarrollo de las economías.

Sólo aquellas sociedades que deciden abandonar el sistema capitalista, pueden ser consideradas coherentes con sus ideales cuando irrumpen sobre la propiedad privada.

El premio Nobel en economía Mancur Olson explica con extrema claridad: "Cuando se pregunta uno: ¿por qué algunas naciones son ricas mientras otras son pobres? La idea clave es que las naciones producen dentro de sus fronteras no aquello que la dotación de recursos permite, sino aquello que las instituciones, el respeto a la propiedad y las políticas públicas permiten".

A su vez, Douglass North, también premio Nobel en economía, asegura que, desde mediados del siglo XIX, aquellas naciones con instituciones y organizaciones que protegieron los derechos de propiedad y aseguraron su cumplimiento alcanzaron un alto grado de crecimiento económico. En cambio, las incapaces de reorganizar sus entornos institucionales y organizacionales, no gozaron de esta ventajas. Así, sufrieron inestabilidad política y económica que marcó una tendencia al subdesarrollo.

Las naciones que protegieron y aseguraron los derechos de propiedad alcanzaron un alto grado de desarrollo

En nuestro país, algunos organismos del Estado tienden a ingresar en el campo de la actividad privada con imposiciones discrecionales –sin la intervención del Poder Legislativo- que desafían el derecho constitucional a la propiedad.

La reciente Resolución de AFIP 4096, que crea un nuevo REGISTRO DE TIERRAS EXPLOTADAS (conocido como TIRE) puede considerarse un ejemplo de ello. Un "gran hermano" que podría vigilar la propiedad y actividad de las personas y de las empresas.

La vigilancia masiva sorprendería al propio George Orwell. Pero lo que más llamaría su atención es la escasez de voces críticas al respecto.

(*) Manuel Alvarado Ledesma es Profesor de la Maestría de Agronegocios, UCEMA

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