Dos grandes monitores en el extremo de una larga mesa de la sala de reuniones hacen de oficina. Alrededor de esa sala, los pasillos con alfombras delimitan espacios de trabajo que aún no son, pero serán: las sillas nuevas en un rincón así lo aguardan; las mesas todavía no llegaron. Pero en el aire no se siente ansiedad, solo hay un objetivo por delante. Y es volar.
A pocos días de que finalmente el ministerio de Transporte confirme qué rutas tendrán el visto bueno para esta y otras ocho aerolíneas, Ole Christian Melhus, CEO de Norwegian Air Argentina, dio una entrevista exclusiva a Infobae para detallar los planes locales de la tercera mayor low cost de Europa, que prometió invertir USD 4.300 millones en el país. Sin una fecha exacta, adelantó: "Queremos empezar a vender pasajes en el segundo trimestre de 2018 y empezar a volar en ese período". El objetivo es que entre mayo y junio comiencen los vuelos domésticos.
Con 10.000 horas de vuelo en su currículum, Melhus llegó en enero a la Argentina con su mujer y tres hijos para liderar las operaciones locales con su experiencia de piloto -a los 15 años hizo su primer vuelo en un planeador con su padre-, de director de seguridad y la última década como director adjunto de Operaciones de Vuelo de la empresa noruega. Y casi al pasar, sorprende con un dato: "¡Yo también fui parte de un sindicato!".
Por primera vez desde las oficinas de la empresa en Vicente López, Melhus no esquivó las preguntas de voltaje político: la relación con los sindicatos, los altos impuestos y la tarifa mínima que le impone el Gobierno a todas las empresas, de la que adelantó: "No es óptima para las low cost, para nada".
—¿Las aeronaves van a llegar a la Argentina una vez que el ministerio de Transporte les autorice las 153 rutas de cabotaje e internacionales?
—Vamos a construir nuestra presencia de manera gradual, lenta pero segura. La Argentina no puede lidiar con 70 aeronaves mañana. Hay áreas en las que hay que invertir, especialmente infraestructura.
—¿Van a usar el aeropuerto de El Palomar en Buenos Aires?
—Sí, seguro. Confiamos en que el Gobierno va a llegar a una buena solución para conseguir las inversiones para que sea un exitoso aeropuerto low cost. Creo que El Palomar es una buena oportunidad para que nosotros crezcamos más rápido que si operáramos solo desde Ezeiza o Aeroparque.
“Nos encantaría vender un pasaje para viajar desde Aeroparque hasta Córdoba por 10 dólares”.
—¿Cuándo van a empezar a volar en el país?
—Creo que vamos a empezar a vender pasajes en el segundo trimestre del año que viene, y espero que empecemos a volar en algún momento de ese trimestre, entre mayo y junio. Vamos a priorizar Córdoba, Mendoza, Ushuaia, Salta, Tucumán, Iguazú. Naturalmente, empezaremos con las rutas más grandes, y después nos expandiremos a medida que crezcamos.
—Norwegian es una empresa low cost…
—Me gusta más el término low fare (tarifa baja). No asocio mi compañía con un ambiente low cost, sino con uno de tarifas bajas. Es muy importante la diferenciación, porque no somos bajo costo. En lo que respecta a seguridad, gastamos mucho más dinero que muchas aerolíneas de bandera.
—¿No le gusta que le digan low cost?
—No me molesta, es un concepto. Prefiero tarifa baja, porque realmente tenemos tarifas bajas. Y queremos que la gente viaje gracias a ellas.
—¿Cómo puede una compañía ofrecer tarifas bajas cuando las autoridades nacionales fijan un valor mínimo para los pasajes según cada destino?
—Si uno mira a Europa, puede ver que atravesó los mismos cambios que la Argentina afronta ahora. Cuando llegan las low cost, los pasajes tienden a bajar para que todos pueden volar. La tarifa mínima no es óptima para las aerolíneas low cost, para nada. Esperamos que el Gobierno haga algo al respecto. Nos encantaría vender un pasaje para viajar de Aeroparque a Córdoba por 10 dólares. Mucha gente empezaría a viajar. Pero con las regulaciones existentes no vamos a llegar a esa gente. No digo que esto vaya a frenar el crecimiento, pero sí va a reducir la cantidad de aerolíneas que vengan al país y estimulen la economía.
—¿Por qué cree que el Gobierno mantiene ese piso para volar, cuando ya sacó el techo?
—El Gobierno está haciendo un gran trabajo para cambiar la industria aerocomercial. Hay cosas que pueden cambiar rápido y otras que necesitan más tiempo. Creo que esto se encuentra en la segunda categoría. No se puede construir Roma en dos días.
—Cuando uno compra un pasaje en el país, más de un tercio son impuestos y tasas. ¿Le sorprendió este nivel de gravámenes?
—Cuando uno tiene los impuestos sobre pasajeros más altos del mundo, se complica tener un gran número de gente que quiera viajar. Lo que podrían hacer es bajar los impuestos para que nosotros podamos bajar los precios, y así todos puedan viajar. Hoy el aeropuerto de Ezeiza es tan caro como el de Nueva York. Es el segundo más caro del mundo. Esperamos que se puedan bajar esos costos para que podamos ofrecer tarifas bajas a gente que viaje desde y hacia Argentina.
—En la audiencia pública presentaron un plan de inversiones de USD 4.300 millones. ¿Podría dar más detalles del destino de esa inversión?
—Hay una variedad de elementos, gran parte de ese número está destinado a aeronaves. Es un plan a 15 años que ya arrancó, pero podría ser más alto.
—¿Qué aviones van a operar en la Argentina?
—Vamos a traer Boeing 737 NG. Los aviones que vamos a empezar a traer tienen alrededor de un año de antigüedad. Después vamos a traer el 737 MAX. Y esperamos traer el 787-9 en el cuarto trimestre del año que viene, para vuelos vuelos internacionales. También buscaremos llegar con el nuevo Airbus, que no está volando todavía. Es el 321 NEO LR. Ese creo que va a cambiar las reglas de juego de este mercado. Podremos llegar a los Estados Unidos desde Córdoba. Será una oportunidad dorada para ofrecer tarifas bajas a la gente de Córdoba. Estamos acá. Estamos Establecidos. Nuestro objetivo es tener entre 50 y 70 aeronaves en la Argentina.
—¿Cree que las reformas laboral e impositiva que el presidente Macri llevará al Congreso atraerá más empresas del sector al país?
—Están trabajando para ello. Porque están avanzando en distintas áreas: reducir el déficit fiscal, volver a publicar estadísticas confiables, controlar la inflación. Si logran bajar la inflación a un dígito para 2019, van a haber hecho un trabajo excelente.
—El modelo low cost o bajo costo ha traído críticas de parte de los sindicatos. ¿Cómo es la relación actual?
—Por ahora hemos establecido una buena relación con los sindicatos. Hemos tenido reuniones y creo que han sido muy constructivas. En teoría deberíamos tener los mismos objetivos: ambientes y espacios laborales seguros, y trabajo estable.
—Todas las empresas que llegan sostienen que tienen buenas relaciones con los sindicatos, pero luego critican a las aerolíneas públicamente y cuestionan las medidas de seguridad. ¿Por qué?
—Es difícil para mí decir por qué. Creo en compromisos a largo plazo y salarios que sean sustentables para la gente. Nuestro modelo low cost está construido en base a ser eficientes en muchos sectores. No vamos a tener salarios más bajos que el resto porque no será así. Tenemos que tener salarios competitivos. Tampoco vamos a ser la compañía que mejor paga. Creo que vamos a encontrar un buen nivel de salarios para todos los empleados. Vamos a invertir en ellos y queremos que se sientan seguros.
—¿Norwegian tenía planes previos de llegada a la Argentina o se activaron a fines de 2015 con el cambio de Gobierno?
—El cambio de gobierno fue clave para que vengamos. Aunque las cosas sean duras ahora, creo que este es el camino. Y ahora con lo que se está haciendo, las reformas, nos sentimos más seguros para venir e invertir en el país, algo que no habríamos hecho hace cinco o 10 años.
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