La letra chica de la reforma tributaria: qué impuestos bajan, cuáles suben y qué está en negociación

Infobae analiza punto por punto la propuesta oficial que el Gobierno enviará al Congreso nacional. Los cambios serán progresivos a cinco años

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La presentación de la reforma
La presentación de la reforma tributaria estuvo a cargo de Nicolás Dujovne, ministro de Hacidenda. (iStock)

La tan esperada reforma tributaria finalmente salió a la luz. Y lo primero que el Gobierno dejó en claro, una vez más, es que el gradualismo es rey. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, fue el encargado de presentar en una conferencia de prensa los principales lineamientos del proyecto oficial que en "pocos días llegará al Congreso", y una vez aprobado, todos los cambios serán desde 2019 en adelante y durante cinco años.

No hay un punto en común entre los distintos tributos que son considerados por esta reforma. Algunos impuestos bajan, otros suben, hay exenciones o beneficios que dejarán de existir y beneficios para empresas que se activan con ciertos requisitos. También hay discusiones con las provincias en puerta. Con todo, hay una cosa clara: el proyecto de ley deja ganadores y perdedores en el camino.

A continuación, Infobae realizó un punteo con los principales cambios que se plantean en la reforma impositiva, que Dujovne presentó ante un auditorio repleto de funcionarios y periodistas junto al secretario de Política Económica, Sebastián Galiani, y el subsecretario de Ingresos Públicos, Andrés Edelstein.

BENEFICIOS PARA LAS EMPRESAS

1. Impuesto a las Ganancias de las empresas: la alícuota bajará del 35% al 25% de forma paulatina: será del 30% en 2019 y 2020, y luego del 25% a partir de 2021. Eso sí: esta baja será para aquellas compañías que reinviertan sus utilidades. El promedio de América Latina se ubica en un 27%, y de los países OCDE, al 22 por ciento.

2. Devolución anticipada de saldo a favor de IVA: aquí también es para las empresas que inviertan en el país. Si no lo recuperaron en un período de seis meses, la devolución es automática. En concreto, la medida tiende a reducir el costo financiero de los proyectos.

3. Contribuciones patronales: se establece un mínimo no imponible de $12.000 de sueldo bruto. Como hoy no existe mínimo no imponible, la suba será progresiva desde los $2.400 en 2018, $4.800 en 2019, $7.200 en 2020, $.9.600 en 2021 y llega al piso propuesto en 2022. Dujovne aseguró que este cambio apunta a formalizar el empleo en negro.

IMPUESTO AL CHEQUE, SELLOS E INGRESOS BRUTOS

1. Impuesto a créditos y débitos: aquí se encuentra el famoso impuesto al cheque. Lo cierto es que no se elimina, sino que de forma gradual, podrán usarse como pago a cuenta de Ganancias. Con todo, Dujovne no dio detalles específicos de cómo sería ese gradualismo.

2. Ingresos brutos y Sellos: en el marco de las negociaciones con cada provincia, el objetivo del Gobierno es reducirlos a la mitad: del 8 al 4% en promedio. Sin embargo, esto entra en la categoría "en negociación", porque es un acuerdo con cada provincia. Macri también quiere que el resto de las provincias sigan el ejemplo de Córdoba y Buenos Aires, al eliminar las aduanas interiores.

¿Y EL CONSUMIDOR?

1. Transferencia de Inmuebles: este gravamen se elimina. En la actualidad, afecta con una alícuota del 1,5% a todas las transacciones inmobiliarias. "No es eficiente y complica el acceso a la vivienda", dijo Dujovne. A contramano, se crea un nuevo impuesto para gravar la ganancia de capital de una segunda vivienda o vivienda para fines de lucro con una alícuota del 15% que se actualiza por inflación.

Dato importante: esto se aplica a partir de que se apruebe la ley, no antes.

2. Beneficio para autónomos: se propone duplicar el monto de deducción especial en Ganancias. Pasará de $50.000 a $100.000 anuales. Si bien se busca emparejar, esos trabajadores todavía quedan en desequilibrio con respecto a los trabajadores en relación de dependencia, que pueden deducir hasta 250.000 pesos anuales.

RENTA FINANCIERA

1. Personas físicas, a pagar: las personas jurídicas ya pagaban, y ahora dejaría de existir la exención que tenían las personas físicas que residen en el país. Esto aplicará, por ejemplo, para los plazos fijos, las Lebacs y los bonos. La alícuota cambia según se trate de pesos o dólares.

El impuesto será del 15% sobre el rendimiento que se genere o esté indexado en moneda extranjera. En cambio, será del 5% para los instrumentos en pesos, siempre sobre el rendimiento o beneficio. La idea es que haya una convergencia del 5 al 15% mientras baje la inflación.

Un dato importante: los rendimientos del año por debajo de $52.000 no pagarán ninguna alícuota; por encima de ese valor, empiezan a pagar sobre el excedente. 

2. Acciones que cotizan en el país: la Bolsa de Comercio de Buenos Aires festejó después del anuncio de la reforma, y no fue casual. Las personas físicas no pagarán un impuesto sobre las acciones. 

PRODUCTOS QUE PUEDEN BAJAR O SUBIR DE PRECIO

Los cambios en los impuestos internos son los que trajeron más dudas a los sectores económicos y los que dejaron más claro dónde estarían los ganadores y perdedores de la reforma.

Hay alícuotas que suben y que bajan, por lo cual se podría ver afectado el precio final con que dichos productos se ofrecen al consumidor final. No está seguro qué harán las empresas, por lo cual son proyecciones.

1. Podrían bajar de precio: celulares, televisores, monitores, autos de gama media y motos de gama media. Es que las alícuotas se eliminan desde el actual 17 o 10%, según cada caso.

A su vez, baja la alícuota para las gaseosas y otras bebidas sin azúcar añadido y el impuesto mínimo y la alícuota de los cigarrillos pasaría del 75 al 70 por ciento.

2. Podrían subir de precio: las aeronaves, embarcaciones de gama alta y motos de gama alta, porque el impuesto interno sube del 10 al 20% en todos los casos. El whisky, el coñac y otras bebidas blancas tienen una alícuota del 20% y subiría para ubicarse entre un 20 y 29 por ciento. También sube la alícuota de las cervezas, de los espumosos, y de los vinos y sidras; en los dos últimos casos será gradual.

Las gaseosas con azúcar añadido se verían perjudicadas con una suba de la alícuota de un umbral del 4-8% al 17 por ciento.

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