Banqueros apoyan el gravamen a la renta financiera, pero advierten: el crédito será más caro

El impuesto a la renta financiera obligaría a subir las tasas. El sector no criticará la propuesta de Hacienda, pero pide compensaciones.

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Gabriel Martino, presidente del HSBC
Gabriel Martino, presidente del HSBC (Foto: Adrián Escandar)

El presidente del HSBC, Gabriel Martino, fue el primer banquero que salió públicamente a apoyar la propuesta del Gobierno de gravar la renta financiera. En un evento en la Bolsa porteña, casi al mismo tiempo del anuncio, señaló que "en la lógica de que todos los sectores tenemos que hacer un esfuerzo, suena razonable. Seguramente la consecuencia sea, en todo caso, que el crecimiento del ahorro será más lento".

En principio, el sector no saldrá a criticar el gravamen a la renta financiera presentado por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que crea un impuesto del 5% a las ganancias obtenidas por las inversiones en pesos (Lebac, bonos y plazos fijos) y del 15% para las efectuadas en dólares. El anuncio se hizo en el marco de la reforma impositiva que se elevará al Congreso. Sin embargo, varios banqueros consultados por Infobae reconocieron que el efecto no será neutro ni mucho menos sobre el sector financiero.

"Seguramente tendremos que subir la tasa de interés de los plazos fijos y eso será trasladado al costo del crédito. Y si el ahorro crece más despacio, lo cual es muy probable, entonces el diferencial de tasas será mayor", señalaba el presidente de un banco nacional.

La medida obligaría a los bancos a pagar más tasa para captar plazos fijos. Y trasladarían ese incremento del costo al crédito

"El Central viene subiendo las tasas de interés para absorber pesos, pero los bancos seguimos con los mismos niveles. Y eso pasa porque hay una fuerte competencia por ganar mercado, tanto en el crédito al consumo, PYMES y los préstamos hipotecarios", explicaba otro ejecutivo.

Tampoco hubo pronunciamentos formales del sector bursátil, donde el malestar es todavía más evidente. Pero mañana habrá un buen termómetro de la situación, cuando el Presidente Mauricio Macri visite la Bolsa porteña. Allí será recibido por su titular, Adelmo Gabbi, y por el presidente del BYMA, Ernesto Allaria. Es esperable que no se tiren en contra de la reforma tributaria, pero que sí advierten sobre el impacto en el mercado de capitales local justo cuando empezaba a tomar más vuelo.

Por lo pronto, el titular de Puente, Federico Tomasevich, explicó en el mismo evento organizado en la Bolsa que para el inversor igual seguirá siendo negocio invertir en papeles locales: "Cuando hagas el cálculo de lo que te deja un bono local luego del pago de impuestos, igual te va a seguir conviniendo antes que comprar títulos de otros países". Sin embargo, sugirió la posibilidad de que se premie a quienes mantienen los títulos en el mercado local en vez de llevárselos afuera.

Las cámaras bancarias le piden al Central que le ponga un impuesto al uso del efectivo, es decir a quienes retiren dinero cash de los bancos, y que regulen a las fintech. Las consideran competencia desleal.

Volviendo al impacto en los bancos, el crédito viene creciendo a un ritmo de 50% interanual y la principal razón es la elevada liquidez del sistema. Sin embargo, en la medida en que los préstamos continúen aumentando al mismo ritmo mientras que los depósitos lo hacen a una velocidad menor, las cosas cambiarán. Se supone que el año que viene, cuando los bancos ya no tengan una posición de liquidez tan cómoda se verán obligados a pagar más tasas para captar plazos fijos. Y ese aumento se verá reflejado en un costo del crédito mayor.

El Banco Nación, por ejemplo, acaba de anunciar un aumento de las tasas que aplica a los préstamos hipotecarios que ajustan por UVA. Subirán un punto para todas las líneas, salvo en el caso de los préstamos de menores montos. Y se supone que todo el sistema hará lo propio, aunque esto se anunció antes de que se divulgue el gravamen vinculado con la renta financiera.

Las principales cámaras que agrupan a los bancos privados, sin embargo, no se quedarían de brazos cruzados. La idea es retomar algunos reclamos que hace tiempo ya venían realizando al Central. El objetivo es fomentar la bancarización y que los pesos queden dentro del sistema en vez de que exista tanta propensión al uso del efectivo. En ese sentido, la posibilidad de que gradualmente se tome el impuesto al cheque a cuenta de Ganancias debería ayudar.

Pero los bancos sugieren que tendría que aplicarse un impuesto al uso del efectivo. Países como India, explican, gravan a quienes retiran dinero "cash" de los bancos, porque eso promueve a la economía en negro y fomenta la evasión. Una medida de este tipo no sólo favorecería la formalidad sino que además aumentaría sustancialmente la "materia prima" de los bancos, o sea tendrían muchos más pesos dentro del sistema y, por ende, para prestar.

Otra de las cuestiones pasa por retomar la ofensiva sobre las fintech, las compañías que apoyadas por alta tecnología salen a competirle a los bancos en el mercado crediticio. "En todos los países del mundo tienen regulaciones, no puede ser que acá no hagan nada", se quejan en los bancos ante la inacción del BCRA que busca fomentar la expansión de la actividad.

Aseguran que se trata de una competencia desleal, ya que por ejemplo no deben someterse a las exhaustivas auditorias del Central y la UIF por lavado de dinero. "Para nosotros es errado decir que no toman depósitos. Trabajan con el dinero de la gente, porque están en el negocio de los medios de pago y la plata queda dentro del sistema", agregan. En Estados Unidos, por ejemplo, la Reserva Federal decidió que tendrán medidas específicas para regularlas y lo mismo sucede en México y otros países de la region.

"Además estás compañías tienen a sus empleados como trabajadores de comercio. Cuando haces la cuenta, tienen la mitad del costo laboral nuestro. Es totalmente injusto", explican.

No fueron pocos los que especularon que el aumento de la tasa de política monetaria que definió el Central la semana pasada (pasó de 26,25% a 27,75% anual) y también el del Nación estarían relacionados con adelantarse a la decisión de Hacienda y no meter más ruido luego del anuncio.

La medida fue resistida por el ministro de Finanzas, Luis Caputo, y por el titular del Central, Federico Sturzenegger, pero finalmente el Presidente Mauricio Macri inclinó la balanza a favor de su aplicación.

Para que el impuesto no recaiga en los ahorristas más chicos, se definirá un mínimo no imponible. Según había trascendido en un primer momento sería por el equivalente a 1,4 millones de pesos, aunque no fue confirmado durante la conferencia de prensa que el propio Dujovne efectuó ayer.

 
 
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