Aunque era una posibilidad luego del alto dato de inflación divulgado en septiembre, la suba de tasas que decidió el Banco Central para el "corredor de pases" no dejó de sorprender a los inversores. Este salto de rendimientos en pesos definido por el BCRA también se reflejó en las Lebac: ahora el piso para los títulos más cortos se ubica por encima del 27% y para los plazos más largos ya roza el 28% anual en pesos. Se trata, por lo tanto, de un endurecimiento de la política monetaria, que contrasta con el gradualismo fiscal extremo (o inexistente hasta ahora) que lleva adelante el Gobierno.
La sorpresa se entiende por ciertas expresiones que había tenido el titular del Central, Federico Sturzenegger, hace apenas una semana al presentar el informe trimestral de Política Monetaria. Allí señaló que no iba a reaccionar en forma "espasmódica" ante una suba puntual de la inflación (el salto de 1,9% en septiembre). Y convalidó aquel razonamiento en evidencia de que la inflación núcleo en octubre se había desacelerado significativamente.
La diferencia de velocidad entre el hipergradualismo fiscal y el shock monetario se refleja en dificultades para bajar más rápido la tasa de inflación
La explicación es que el aumento de los combustibles resultó mayor de lo esperado (10%), por lo que se quiere evitar que derrame hacia otros precios en los próximos meses. Sin embargo, el impacto directo de un aumento de las naftas de este nivel en el IPC (Índice de Precios al Consumidor) es de apenas 0,1%.
"El hecho de que el aumento de la tasa de referencia haya sido efectuado con posterioridad a las elecciones muestra que el BCRA tiene un grado de sensibilidad a la política en sus decisiones", advirtió un informe de la consultora ACM.
Para algunos analistas, la reactivación podría ser mucho más vigorosa si la tasa de interés no fuese tan elevada. El tándem Dujovne-Sturzenegger creen lo contrario
La inflación ya superó la meta del 17% establecida para este año y apunta a más del 22%. Pero el BCRA insiste en que el año próximo debe ubicarse en el 10%. Para eso precisa que la inflación "núcleo" baje mucho más rápido. El objetivo es llevarla del 1,6% mensual del último trimestre a 1,4% en el arranque del 2017. A fines del 2018 debería ubicarse en la zona de 0,6% a 0,8%.
¿Cuáles son las consecuencias de este nuevo incremento de las tasas? Uno de los efectos inmediatos es un mayor incentivo para invertir en pesos, ya que la tasa supera en más de diez puntos la inflación esperada. Solo en septiembre ingresaron del exterior USD 2.000 millones para invertir en Lebac y otros instrumentos, un récord absoluto. Y la cifra podría ser aún mayor en octubre, teniendo en cuenta no solo los altos rendimientos en moneda local sino la ola optimista que se desató entre los inversores luego del claro triunfo de Cambiemos en las elecciones.
En cambio, no está tan claro cuál será el impacto sobre la actividad real. ¿Tasas tan altas enfrían la actividad económica? Se trata de una inquietud que divide la biblioteca entre los economistas, pero también a los funcionarios y el sector empresario. Por lo pronto, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, está alineado con Sturzenegger. Para ambos, lo más importante en esta etapa es bajar la inflación. Y en la medida que sean exitosos en este objetivo, la economía crecerá más y no menos como dicen algunos.
Por lo pronto, bancos y consultoras son unánimes en sus proyecciones: el año que viene se crecería más. Mientras que el 2017 el PBI apunta a una expansión de 2,8%, para el año que viene se habla de un promedio de 3,5%. En Hacienda piensan que puede llegar al 4%.
La evidencia de estos meses le daría la razón al tándem Dujovne-Sturzenegger. La economía creció en agosto a un ritmo de 4,3% interanual y en el tercer trimestre la expansión llegaría al 5%, aún con estas súper tasas en pesos. Al mismo tiempo, el crédito está creciendo a un ritmo del 50% interanual. Esto significa que los bancos compran Lebac pero que también tienen mucha capacidad prestable disponible.
Pero no todos opinan igual. Muchos creen que los elevados niveles de tasa en pesos terminarán impactando en el sector productivo, en especial las pymes que precisan conseguir capital de trabajo barato en los bancos (por ejemplo vía descuento de cheques). Además, señalan que el rebote podría haber sido mucho más vigoroso de no haber sido por las altas tasas del BCRA. Y enfatizan que la comparación interanual se hace contra niveles bajos de actividad. No solo eso: aún con este repunte la economía volvió a los niveles de fines de 2015.
Hace un mes, en una frase polémica Sturzenegger señaló que "ningún empresario mira la tasa de Lebac para tomar decisiones de inversión". Ese razonamiento apunta a que lo relevante es en realidad la tasa de riesgo país, que viene cayendo sostenidamente hasta llegar a los niveles más bajos de los últimos diez años.
Con el nuevo aumento de tasas, el Central busca recuperar credibilidad luego de que la inflación ya superó la meta de 17% prevista para todo el 2017, habiendo pasado solo 9 meses del año. Y esto también podría ayudar –consideran los funcionarios- a reducir las expectativas de inflación futura e impactar positivamente en los niveles de riesgo país. En ese caso, el financiamiento de largo plazo para las empresas seguiría bajando y eso representaría un empujón adicional para el crecimiento el año próximo.
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