A menos de 24 horas de que Cambiemos confirmara su triunfo en las elecciones legislativas, una noticia desde los Estados Unidos dejó en evidencia un tropezón en las relaciones diplomáticas que mantiene la Argentina con la primera economía del mundo cuando se pone la lupa en las negociaciones comerciales.
El gobierno de Donald Trump estableció una nueva sanción para el biodiésel argentino con aranceles antidumping preliminares que van del 54,36% al 70,05%, de acuerdo con un comunicado oficial que publicó el Departamento de Comercio, a cargo de Wilbur Ross. La decisión tiene efecto inmediato: Ross ya instruyó a la Aduana norteamericana a cobrar esos derechos.
La medida se hizo pública este lunes, y no fue una sorpresa para el presidente Mauricio Macri. Ross estaba listo para publicar el comunicado durante la semana pasada, pero un llamado de Macri a Trump cuatro días antes de las elecciones fue el cierre final para que la medida se informara después de las elecciones del domingo 22 de octubre.
Según pudo reconstruir Infobae, la embajada de los Estados Unidos en la Argentina se enteró a través del Departamento de Estado de que el anuncio era inminente, y junto al vicepresidente Mike Pence, influyeron en la Casa Blanca para que Ross lo pospusiera. Donde no progresaron las negociaciones comerciales, finalmente avanzó el acuerdo político.
La comunicación telefónica entre ambos mandatarios demostró, una vez más, que Trump está dispuesto a negociar. Y que en esas negociaciones, siempre pide algo a cambio. Es por eso que le insistió a Macri que la Argentina le abra las puertas a la carne porcina con el sello "made in USA". Los comunicados oficiales que emitió cada gobierno después del llamado telefónico ya develaban las prioridades contrapuestas.
El gobierno argentino había informado que la conversación de 15 minutos entre los mandatarios se basó en "expandir las relaciones comerciales", y que se analizaron los problemas vinculados a las exportaciones argentinas de biodiésel y la carne bovina. En cambio, Trump movió sus intereses con un tuit desde la cuenta oficial de la Casa Blanca: "El cerdo norteamericano pronto se venderá en la Argentina".
Los dererechos antidumping preliminares se suman a la sanción previa que el biodiésel argentino había recibido el 22 de agosto por parte del gobierno de Trump. El Departamento de Comercio ya había establecido derechos por un promedio del 57 por ciento, bajo el argumento de que las exportaciones argentinas estaban subsidiadas.
Según aseguraron fuentes de Cancillería a Infobae, la decisión es sólo "preliminar", por lo cual "la investigación antidumping continúa con resultado todavía incierto", y hacia delante, la determinación puede resultar afirmativa o negativa, con lo cual se sumaría a los derechos compensatorios establecidos en agosto.
Lo cierto es que las negociaciones comerciales que hace meses lleva adelante la Casa Rosada no prosperaron. El lobby por el biodiésel había sido parte de la agenda entre Macri y Trump en la cumbre del G20 en Hamburgo durante julio, y se volvió a abordar cuando el vicepresidente Pence realizó una visita oficial al país en agosto.
Y en más de una oportunidad, funcionarios del gobierno habían buscado una posición más favorable para el biodiésel argentino. El secretario de Relaciones Económicas Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Horacio Reyser, y el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, viajaron ese mismo mes para reunirse con Ross, quien también mantiene conversaciones con Francisco Cabrera, ministro de Producción.
Otro golpe para el biodiésel
"El alto nivel de los derechos compensatorios impuestos a las importaciones de biodiésel en agosto pasado torna imposible el acceso al mercado estadounidense, por lo que una eventual aplicación de derechos adicionales no tiene efectos prácticos en términos de acceso real al mercado", continuaron fuentes de Cancillería.
Wilbur Ross: “Agradecemos el enfoque proactivo del gobierno argentino para resolver este problema y somos optimistas de que se puede llegar a una solución negociada”.
"La medida es injustificada", se quejó ante Infobae una fuente del sector que pidió reserva de identidad. Esta serie de decisiones se pusieron en marcha luego de que la National Biodiesel Board (NBB), una agrupación de productores norteamericanos, advirtiera en marzo sobre una supuesta violación a leyes comerciales y dumping. Además, enfatizó que el biodiésel argentino se exporta con una retención móvil del cero por ciento.
El comunicado que castigó a la Argentina estableció, al mismo tiempo, una medida similar para el biodiésel que exporta Indonesia a los EEUU. Para ese país, el Departamento de Comercio estableció aranceles antidumping del 50,71 por ciento.
"La Administración Trump está comprometida con el comercio libre y justo y defenderá a los trabajadores estadounidenses contra las prácticas comerciales desleales", aseguró Ross en el comunicado. Y luego, dejó la puerta abierta para futuras negociaciones: "Agradecemos el enfoque proactivo del gobierno argentino para resolver este problema, y seguimos siendo optimistas de que se puede llegar a una solución negociada".
La organización que nuclea a los empresarios de EEUU no tardaron en emitir un comunicado para festejar lo que consideran como una victoria. "El Departamento de Comercio descubrió que las importaciones de biodiésel de Argentina e Indonesia se venden a los EEUU por debajo del valor razonable", emitió la NBB en un comunicado al que accedió Infobae.
Y agregó: "Entre las determinaciones de antidumping preliminares y finales, el Departamento de Comercio auditará los productos extranjeros para confirmar la exactitud de los datos previamente recolectados".
Si bien desde Washington aseguran que Macri tuvo la cintura política para mantener buenas relaciones tanto con su par demócrata Barack Obama como con Trump, la difícil negociación por el biodiésel argentino son un espejo de cómo el presidente norteamericano prioriza el "America First".
"Ross está activo por mostrarle a Trump que es proteccionista, y Trump está obsesionado por el déficit comercial. Pero si con un país tiene superávit, como sucede con la Argentina, dará algo si obtiene algo a cambio", explicó a Infobae uno de los grupos de lobby más poderosos de la ciudad. El gobierno ya aprendió que Trump es más transaccional que estratégico en el comercio. Las negociaciones continúan.