Vacunos caminando con el agua tapándole las patas, alambrados caídos, tractores y cosechadoras encastradas en el barro, miles de hectáreas enteras de campo afectadas. El trágico paisaje representa el dolor de los productores, a poco de comenzar la siembra gruesa 2017/2018 en la llanura pampeana.
El presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Matías de Velazco, aseguró que "el 60% de la ganadería está afectada por la inundación" en los campos bonaerenses y reclamó una reunión con la comisión de emergencia y desastre agropecuario para analizar el "preocupante" cuadro de situación del sector.
La zona afectada es "prácticamente toda la cuenca del Río Salado, desde la desembocadura en la bahía Samborombón extendiéndose hasta zonas de La Pampa y sur de Córdoba, pasando por todo el oeste de Buenos Aires", alertaron desde Carbap.
De Velazco sostuvo que entre las cuatro provincias –Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe y Córdoba-, hay "casi 22 millones de hectáreas de campo anegadas, lo que complica no solo la agricultura sino también la ganadería ya que están afectadas unas 14 millones de cabezas, el 26% del rodeo nacional".
Un trabajo reciente de la entidad agropecuaria –a partir de un relevamiento de imágenes satelitales de la última semana– señala que las inundaciones en la pampa húmeda afectan casi un tercio de la producción agropecuaria: concretamente, el 25% de la agricultura y el 34% del rodeo vacuno del país.
El informe –con datos de Pablo Ginestet, miembro de la CD de esa entidad– advierte que está comprometida una parte importante de la producción de cara a la nueva campaña agrícola que empezará el mes próximo con el maíz y que continuará en octubre con la soja.
"La crítica situación de inundaciones que sufren vastas zonas productivas del centro del país no solo es como consecuencia de las excesivas lluvias registradas en los últimos meses sino que es responsabilidad de décadas de desidia política y falta de obras hídricas que hubieran atenuado los terribles efectos que provocó el agua, con pérdidas millonarias incalculables", sostuvo en diálogo con Infobae el especialista en temas agropecuarios Darío Guardado.
La provincia de Buenos Aires ya decretó el estado de emergencia y/o desastre agropecuario por inundaciones para las explotaciones rurales de los partidos General Arenales, Lincoln, Daireaux, Guaminí, Bolívar, General Pinto, Hipólito Yrigoyen, General Villegas, Junín, Rivadavia y Pellegrini.
El caso de Bolívar puede ser el más preocupante. Fernando Alzueta, presidente de la Sociedad Rural local, sumó un dato relevante que deja en evidencia el drama del sector: en los últimos 40 años tuvieron 16 inundaciones.
La Pampa también decretó el estado de emergencia y/o desastre agropecuario por inundaciones para las explotaciones agrícolas y agrícolas-ganaderas de lotes restantes de Quemú-Quemú (abarcando hoy casi su totalidad), la totalidad de lotes de Catriló y parte del Departamento Capital.
Respecto de los cultivos, De Velazco sostuvo que "están muy afectadas la soja y el maíz, el trigo y la cebada", por lo que remarcó que "la pérdida de producción va a ser muy notoria".
"A todo esto tenemos que agregarle que la mala situación de los caminos rurales complica el tránsito de los camiones para sacar la leche de los tambos, por lo que el sector también está muy deprimido", resaltó el dirigente agropecuario.
El trabajo detectó también la superficie que no tiene piso –por estar altas las napas– y donde no se puede realizar ninguna clase de labor. Al sumar esto, la superficie total afectada llega a las 8 millones de hectáreas.
"De continuar las precipitaciones por encima de la media, la situación se seguirá agravando. Si bien los pronósticos auguran un escenario de precipitaciones algo más bajas que lo normal, la situación actual no nos permite ser optimistas", explicó Ginestet en el informe.
Finalmente, el relevamiento de Carbap también alerta sobre el crítico panorama de la lechería en Buenos Aires. De 2.485 tambos, un 60% (1.498) está en la zona afectada. En tanto, de sus 467.625 vacas en ordeñe, el 67% se encuentra en la región comprometida por el agua.
"Esta actividad se ha visto fuertemente afectada, no solo por el impacto directo de las precipitaciones sobre la oferta de forraje y bienestar animal, que ocasionó una merma en la producción, sino también por el colapso de la red vial que impidió el normal envío de la leche de los tambos a las usinas lácteas, teniendo que tirarse la leche en muchos casos por la imposibilidad de sacarla de los campos", concluyó el informe.