Acostumbrados a correr riesgos, los inversores que decidieron apostar por la nueva etapa de la Argentina se entusiasman con la candidatura de Cristina Kirchner. Hay una clara posibilidad -entienden- de que el Gobierno logre consolidarse con un resultado favorable, alejando la sombra de un posible regreso del kircherismo. Pero también tienen claro que como toda apuesta no está exento de riesgos: una victoria de la ex presidenta en la provincia de Buenos Aires impactaría muy fuerte en el horizonte económico de los próximos dos años, al aumentar el nivel de incertidumbre. El blanco o negro luce, sin embargo, mucho más interesante que el gris que hubiera significado su ausencia en la contienda electoral.
Un banquero de inversión encargado de atraer empresas extranjeras a la Argentina lo definía con precisión el viernes desde su oficina de Puerto Madero: "Es muy importante que se presente Cristina en estas elecciones, porque de lo contrario vamos a estar con el fantasma de su regreso hasta el 2019. Así quedará más claro en octubre dónde está realmente parada y si tiene alguna chance a futuro". Pero enseguida agregó que "a las empresas que están analizando oportunidades para entrar a la Argentina no les quita tanto el sueño que siga Mauricio Macri dentro dos años, sino que no haya una vuelta al pasado. Otros candidatos posibles del peronismo como Juan Manuel Urtubey o incluso Sergio Massa no hacen tanto ruido".
El escenario binario (blanco o negro) que presenta Cristina candidata es preferible para los empresarios que un gris
La palabra clave por estas horas es "previsibilidad". El informe divulgado por Morgan Stanley esta semana para definir que la Argentina por ahora seguirá siendo un país de "frontera" en vez de ascender al grupo de "emergentes" lo explicitó con todas las letras: "La Argentina cumple con todos los requisitos, pero hace falta más tiempo para ver si los cambios implementados son irreversibles". Poner reversa al programa del Gobierno será justamente el eje de la campaña de la ex presidenta.
El Gobierno también lo plantea en términos bastante dramáticos. En un reportaje concedido a Infobae esta semana, el ministro de Finanzas, Luis "Toto" Caputo, explicaba en relación al compás de espera en la ruta de regreso al club de emergentes: "Los inversores reconocen los méritos de lo que hicimos, pero está claro que quieren saber cómo sigue esto luego de las elecciones. Entonces prefieren esperar y confirmar que estos cambios se van a mantener".
Los inversores apuestan a que después de octubre ya no habrá marcha atrás respecto al camino elegido por la Argentina
El planteo oficial ya se ha utilizado otras veces en la Argentina: "Nosotros o el abismo". Es una postura no exenta de riesgos. Si no se da el escenario esperado –y por el que claramente apuestan los empresarios- el impacto puede resultar significativo. Sobre todo en lo que más le duele a la Casa Rosada: el acceso fluído al crédito para financiar el ajuste muy gradual de las cuentas públicas.
La actividad económica de a poco empieza a jugar a favor. Esta vez los pronósticos se van alineando un poco más con la realidad. Según los últimos números divulgados por la consultora de Orlando Ferreres, la economía creció en mayo a un ritmo de 4% interanual e incluso la actividad comercial también repuntó, especialmente en el segmento mayorista. Incluso también la inversión está repuntando a un ritmo de 7% anual. Este panorama se completa con el buen dato de inflación de junio, que estaría muy cerca del 1%, su menor nivel del año.
Pero la provincia de Buenos Aires, y en particular el segundo y tercer cordón del Conurbano, es otra historia. Y allí es donde la ex presidenta se hace fuerte, aumentando sus chances electorales en octubre. En la zona donde más pega la pobreza y en la que más perdieron los salarios por la inflación y la suba de tarifas, importan poco y nada los deseos de Wall Street. Tampoco las advertencias del Gobierno sobre el peligro de que no lleguen las inversiones o de que se corte el financiamiento si gana Cristina.
La incógnita que sigue dando vueltas es si alcanzará con el (leve) repunte de la economía y el consumo en los próximos meses. O con el respaldo que la gobernadora María Eugenia Vidal le dé a los candidatos del oficialismo, ya que será ella la que estará al frente de la campaña electoral.
Pero más allá de las dudas, está claro que los inversores festejan que Cristina sea candidata. Ahora resta que el resultado de octubre esté en línea con las expectativas y si tiene la contudencia que muchos piden para tomar decisiones de largo plazo.