7 consejos para tener en cuenta antes de sacar un préstamo personal

Hay un verdadero boom de estas líneas, ante el menor uso de las cuotas con tarjeta. Pero antes de endeudarse, hay aspectos imprescindibles que saber para tomar la decisión correcta

Dos de cada tres billetes en circulación son de 100 pesos (Infobae)

Las líneas de financiamiento para el consumo están en pleno auge. Según los datos del BCRA, el crecimiento interanual ya supera el 50% y el stock de préstamos personales crece nada menos que $11.000 millones por mes superando a cualquier otro tipo de crédito.

Semejante evolución responde a las dificultades crecientes del público para llegar a fin de mes, por ejemplo ante el encarecimiento de las facturas de los distintos servicios. Pero también incide mucho el menor uso de la tarjeta para comprar en cuotas con interés, luego de la instauración del sistema de Precios Transparentes.

Conocer las comisiones, condiciones de precancelación y plazos resulta clave para no equivocarse a la hora de tomar un préstamo personal

Y si bien los bancos son muy agresivos con este tipo de líneas, hay algunos detalles fundamentales para conocer antes de embarcarse en un crédito de estas características. Infobae detalla a continuación siete de las principales características a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión y elegir:

. Lo primero es mirar y comparar el Costo Financiero Total: la tasa de interés que cobran los bancos es sólo uno de los componentes para llegar al costo total. Luego hay que sumar los gastos administrativos, comisiones de otorgamiento y seguros varios. Así se llegará al CFT, que es una medida mucho más certera de cuánto habrá que pagar por un crédito. Además, permite una comparación mucho más homogénea entre las propuestas de los distintos bancos. Las entidades están obligadas a informarlo, incluso cada vez que publicitan una determinada línea. Así que cada vez que analiza tomar un crédito de cualquier índole es fundamental revisar ese dato, ya que finalmente el CFT inflará varios puntos porcentuales el costo crediticio. Y en el caso de las líneas personales puede resultar un dato decisivo, especialmente para plazos cortos.

. Piense dos veces antes de embarcarse en un crédito largo: por supuesto que cuanto mayor sea el plazo, menor será la cuota. Pero extenderse demasiado cuando realmente no lo precisa lo obligará a pagar más intereses durante mucho más tiempo. Ese dinero podría haberlo utilizado para otros consumos, en vez de "regalárselo" al banco. Si piensa, por ejemplo, que un año es suficiente para la devolución del crédito, no se extienda innecesariamente. Y en todo caso, si paga todas las cuotas en los plazos previstos, no tendrá mayores inconvenientes para tomar uno nuevo más adelante.

. Desconfíe de las tasas muy baratas: en las últimas semanas varios bancos salieron a publicitar créditos personales a tasas inferiores al 30% anual, es decir, niveles muy cercanos a la inflación. Pero debe ser extremadamente cauteloso con este tipo de ofrecimiento. Sucede que en general van de la mano de préstamos muy largos, que exceden los 36 meses. El problema es que como se espera una inflación descendente, quedarse endeudado al 30% cuando la inflación podría bajar al 17% ó menos dentro de un año es extremadamente oneroso. Por eso, es preferible un plazo más corto, aun cuando la tasa resulte más elevada. Recuerde que el incentivo de los bancos será asegurarse una tasa alta por el mayor tiempo posible para mejorar sus niveles de ganancias.

. Saque ventaja de las cuentas sueldo y paquetes especiales: los bancos buscan fidelizar a sus clientes más fieles con tasas de interés menores. Por eso, en general los préstamos más convenientes se pueden conseguir en la entidad donde usted posee su cuenta sueldo, ya que los bancos debitarán directamente no bien se acredita el salario. Pero también ofrecen otras ventajas para aquellos clientes que posean distintos planes "premium". El motivo es que en esos casos ya hubo que comprobar niveles de ingreso y patrimonio, por lo que resulta menos riesgoso el otorgamiento del préstamo. Por eso, antes de aceptar cualquier oferta crediticia, chequee con los bancos en los que opera cuáles son esas condiciones ventajosas que puede recibir. La diferencia puede ser sustancial, hasta 3 y 4 puntos anuales menos por año respecto a un préstamo "común".

. Siempre se puede precancelar, pero es carísimo: todos los préstamos personales ofrecen opción de salida, es decir, la posibilidad de cancelarlo antes del vencimiento. El problema es que resulta muy caro. El costo puede llegar al 6% del capital adeudado o incluso superar ese nivel. Además de ser muy oneroso, el problema adicional es que el préstamo se cancela de acuerdo al sistema de amortización francés, es decir que primero se pagan casi todos los intereses y muy poco de capital. De esta forma, si pasaron seis meses y se opta por precancelar, prácticamente no se habrá devuelto nada del capital y el costo resultará muy superior.

. No siempre es mejor sacar un crédito personal que refinanciar la tarjeta: uno de los usos más frecuentes de los préstamos personales es utilizarlo para pagar la tarjeta a fin de mes. Es un comportamiento lógico, teniendo en cuenta que el costo de refinanciar el resumen cuando no se llegó a pagar todo (lo que se denomina "revolving" en la jerga financiera) es siempre mucho más costoso que una línea crediticia tradicional. Sin embargo, no siempre es la mejor solución. Si piensa que en breve podrá ponerse al día con la tarjeta, por ejemplo con la ayuda del pago del medio aguinaldo del mes próximo, no tiene sentido endeudarse con un crédito personal. Es mejor asumir un costo del 50% o 60% anual por un mes o dos que endeudarse a dos o tres años aun cuando la tasa resulte menor.

. No use el crédito personal para cualquier cosa: tenga en cuenta que es una opción más cara que otros financiamientos, ya que no existe garantía real. En los últimos años mucha gente se endeudó con este tipo de líneas por ejemplo para remodelar la casa. Pero ahora que hay más opciones de créditos hipotecarios puede resultar mucho más barato sacar una línea específica, obviamente contra la garantía de la vivienda. Por eso, conviene tener claro cuál será el destino de los fondos y si hay otras opciones en el mercado que permitan acceder a un financiamiento diferente y, sobre todo, más barato.

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