Las caídas de la industria y la construcción no alteraron el optimismo de los empresarios

Tanto en las manufacturas fabriles como en los desarrolladores de obras hay consenso de la apreciable reactivación en el trimestre de marzo a mayo

Las terminales automotrices confían en la reanimación de las exportaciones a Brasil (NA)

El primer bimestre cerró con sendas bajas de la producción manufacturera y del Indicador Sintético de la Construcción, en comparación con el mismo período del año anterior de 3,5% y 2,9%, respectivamente. En el primer caso, comparado con una actividad que estaba estancada, y en el segundo, se agregó a un receso de 4,3 por ciento.

Y si bien en estos dos grandes sectores de actividad, que suman en conjunto más de 1,6 millones de empleos registrados y más de 500 mil en la informalidad, desde que asumió el Gobierno de Cambiemos no se registran variaciones positivas, los empresarios mantienen expectativas de rebote.

En algunos casos, por simples cuestiones aritméticas de comparar con niveles muy deprimidos, y en otros por la esperada maduración de las medidas de política económica, como la eliminación de las retenciones a las exportaciones del campo, excluida la soja; la baja del costo del crédito; los planes de acceso a la vivienda y la mejora que comienza a insinuar el mercado internacional, en particular de los principales socios comerciales de la Argentina. Aunque un factor limitante es el atraso cambiario, el cual fue estimado por la Secretaría de la Transformación Productiva en 13% al cierre del bimestre, en comparación con los primeros dos meses del año anterior.

En algunos casos la reactivación se asocia a un “efecto estadístico” y en otros a la maduración de las medidas de Gobierno

Más demanda y recorte de la capacidad ociosa en plantas

La Encuesta Cualitativa Mensual del Indec a los empresarios del sector fabril sobre sus expectativas para el trimestre de marzo a mayo, respecto del nivel de similar período del año anterior, arrojó un claro predominio de las previsiones de aumento por sobre los que mantienen un presupuesto de sostenido declive, en particular en lo que respecta a las ventas al mercado interno, mucho más que las exportaciones, y también de las importaciones de insumos claves para el proceso productivo.

Por el contrario, las previsiones resultaron equilibradas en lo que respecta al mercado de trabajo, aunque constituyó un punto de quiebre de la sostenida destrucción de empleos y de disminución de la intensidad laboral.

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Impulso de la obra pública y también privada

Entre los constructores se resalta que el primer bimestre no fue bueno en gran parte por factores climáticos, como el exceso de lluvias. Pero en marzo se agregó un singular ritmo de ejecución de la obra pública, con un salto del 50% en comparación con un año antes, y también se sumó la ampliación de las líneas de crédito para la construcción y obras de vivienda privada, que junto a la desaceleración de la inflación en el cotejo interanual, y el cobro de los aumentos de salarios que acordaron diversos gremios, contribuirán a acelerar las tareas.

Ese fenómeno, de mejores expectativas de los empresarios, tanto en lo que respecta a la actividad como a la contratación neta de personal, no se manifestó en el primer bimestre en los pedidos de permisos para construir en una nómina de 41 municipios que informan al Indec. Por el contrario, de un aumento del 10,9% en enero, pasó a una disminución de 23,5% en febrero, en ambos casos en comparación con similares meses del año anterior. En el acumulado acusó un declive de 6,3 por ciento.

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