"Preferimos vender un pasaje a $10 a volar con un asiento vacío". Cuando Julian Cook, el empresario suizo y CEO de la low cost FlyBondi, repite con su acento extranjero "sí, 10 pesos argentinos" no pone énfasis en la cifra ni trata de sorprender. Sólo describe lo que pretende sea la aerolínea que ya tiene mes de despegue en la Argentina: septiembre.
Una vez que presente la flota de aviones, la compañía que ganó 78 de las 99 rutas que pidió en una audiencia pública tiene como objetivo comenzar a valor en el segundo semestre desde Buenos Aires a Córdoba, Iguazú, Bariloche, Mendoza y Salta.
Este año lo hará desde Aeroparque y en 2018 desde El Palomar, tras la puesta a punto de la pista del aeropuerto, la construcción de una terminal y una calle de acceso. La obra forma parte de la inversión de USD 75 millones que promete la aerolínea con fondos de inversión europeos y norteamericanos, aunque no especificaron cuáles.
Pero para siquiera vender pasajes promocionales tan económicos, FlyBondi hoy le pide al Gobierno que elimine la banda mínima, un piso de tarifas aéreas que está establecido por tramo. De esta forma, Cook asegura que se podrá hacer el tramo Aeroparque-Córdoba (sólo ida) por unos $500 y por $800 a Bariloche ($200 en baja temporada). "Es un pedido que se le hizo al Gobierno, aún no sabemos qué pasará", dice Cook.
"En un mes ya presentaremos el contrato de leasing de los aviones", continúa Cook, durante un encuentro con periodistas del que participó Infobae en las oficinas de Flybondi en Puerto Madero. Los primeros cuatro Boeing 737-800 pasarán la noche en los aeropuertos de interior, ya que en Aeroparque no hay lugar disponible.
Mike Powell hoy es el presidente del directorio de la empresa. Ocupó el mismo cargo en la low cost WizzAir en Europa entre 2007 y 2016, y es quien está detrás de que los contratos por los aviones. "Bajo costo no significa baja calidad", asegura Powell, quien defiende a las aerolíneas low cost porque poseen "las primas de seguro más bajas".
Con todo, FlyBondi buscará transportar 8 millones de pasajeros en cinco años y llegar a los 1.500 empleados. "Eficiente es mejor palabra que low cost", dice Cook, quien adelanta que se le pedirá 75 horas de vuelo por mes a cada piloto. "Estamos en conversaciones con los gremios del sector. Nuestros pilotos cobrarán más que en otras aerolíneas, pero deberán ser más productivos".
Como parte del directorio de la compañía, el empresario Michael Cawley llega a la mesa con 17 años en Ryanir, la low cost que transportó 117 millones de pasajeros en 2016. "Cuando se reduce la tarifa, la demanda aumenta. Y para tener precios bajos, hay que tener costos bajos", dice Cawley, y enfatiza: "La oportunidad en el mercado argentino es mejor que hace 20 años en Europa".
En el camino de lograr precios más bajos, hay algunas características claves para que una aerolínea pueda ser catalogada como "bajo costo". Un avión tiene 189 asientos en promedio -sólo clase económica- contra los 170 del mismo avión de una aerolínea tradicional. Los vuelos son directo de punto a punto (sin escalas) y el avión está un máximo de 30 minutos en tierra entre vuelo y vuelo.
Además, se utiliza un solo modelo de aeronave para tener un menor costo de mantenimiento, la venta de pasajes es sólo por Internet y se vende sólo el ticket. El resto -como la comida y el equipaje- son extras que se van sumando al pasaje.
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