Miguel Bein anticipó que subirá su expectativa de crecimiento del PBI y que bajará la de inflación

En diálogo con Infobae el economista explicó por qué se demoró la reactivación del consumo. El rol del agro y la inversión pública y sus nuevos pronósticos

Miguel Bein aseguró que después de la respuesta del agro, y del impulso que comenzará a mostrar la obra pública, el consumo empezará a moverse desde abril (NA)

La semana que pasó trajo más sinsabores que alegrías al Gobierno nacional en general, y al de la provincia de Buenos Aires en particular, porque: el Indec midió para febrero una tasa de inflación superior a la esperada por el consenso de las consultoras privadas; y dio a conocer que la industria operó con la mayor capacidad ociosa en 15 años; el Observatorio Social de la UCA registró un nuevo aumento de las tasas de pobreza e indigencia en el primer año de Cambiemos; y gran parte de los docentes del sector público de la provincia anunciaron más días de paro, en rechazo de la propuesta de suba de salarios para el corriente año.

A partir de ahí surgieron críticas al Gobierno de muchos economistas, y ni que hablar de sindicalistas y políticos de oposición, aunque en este caso con un claro sesgo por el anticipado inicio de la campaña electoral de medio término, con el foco puesto en "errores de diagnóstico e incapacidades para resolver los problemas que plantea una economía estancada desde hace un lustro, que sigue destruyendo empleos y que la inflación afecta de modo creciente a las economías familiares, en particular de los sectores más vulnerables", sostienen en una apretada síntesis.

y uno de los mentores del Plan Austral de estabilización de la economía en 1985, Roberto Frenkel, destacó este fin de semana en el Diario Perfil: "Para que el PBI de 2017 aumente 3% debería crecer aproximadamente 6% entre puntas del año, a razón de 1,5% trimestral. Sería un proceso vigoroso y perceptible. No hay indicios de que estemos sobre esa tendencia".

La esperada hora del consumo

Frente a esta realidad, Infobae entrevistó al economista Miguel Bein para que expusiera su visión de la realidad y sus expectativas para el corto plazo, dado que cuenta con el envidiable handicap por muchos de sus colegas de haber sido quien más aciertos tuvo en sus pronósticos en los últimos 10 años entre los más de 50 respondentes al Relevamiento de Expectativas de Mercardo que hace el Banco Central de la República Argentina.

– ¿Cómo está la economía, hay quienes se muestran excépticos a la posibilidad de crecimiento genuino y otros pocos que observan que ya ha empezado a crecer?

– La economía empezó a recuperarse. En octubre todavía estaba en etapa de estancamiento, pero ya en noviembre y diciembre se reactivó con bastante fuerza: creció a un ritmo anualizado de 3,7%. Enero fue un mes donde la actividad estuvo vacilante, pero siempre es aconsejable mirarlo junto con febrero, porque las empresas planifican para ese período las paradas de planta por mantenimiento y renovación de algunos equipos. Pero, lo importante es que siempre en este período hay buenas noticias del agro, porque se concentra la cosecha de trigo y con las medidas que tomó el Gobierno un año antes arrojó una producción de 18 millones de toneladas, más de un 70% superior a la del ciclo anterior que sumó 10,5 millones, eso es lo que se ve estos días en la muestra agropecuaria en San Nicolás, con récord de expositores, productores y ventas. Ahora esa economía está fuerte, mientras persiste el estrés en la Ciudad.

Miguel Bein: “La economía empezó a moverse en noviembre y diciembre, a un ritmo de 3,7% al año, y si bien enero se mostró vacilante, comenzarán ahora las buenas noticias del agro y la inversión pública”

– ¿Cuándo cree que se reactivará el consumo urbano?

-A fines de este mes, cuando seguramente se complete el pago a los jubilados y pensionados, junto a los perceptores de la Asignación Universal por Hijo, por la actualización semestral de la movilidad jubilatoria, comenzará a aumentar el ingreso disponible para consumo de muchas familias, que significa más plata en los bolsillos, la cual impactará más intensamente en abril y mayo. Adicionalmente, algunos trabajadores empezarán a recibir mejoras acordadas en paritarias, como el caso de los bancarios, y a medida que se generalice en estos meses en otros grandes gremios, la demanda se reactivará, en particular en comparación con niveles muy bajos del año anterior.

– ¿Aparecerán otros motores de la reactivación en el segundo trimestre?

– Si, en el segundo trimestre llegará el efecto de la muy buena cosecha gruesa con un maíz que registrará una producción un 40% mayor a la del ciclo anterior; la soja se mantendrá en torno a 55 millones de toneladas, y también repetirá la recolección de girasol, por eso veo una producción total de cereales y oleaginosas récord de 126 millones de toneladas, sin considerar la parte de cosecha que no se introduce al mercado, porque se destina directamente a la alimentación de cerdos, pollos e incluso vacunos, que equivale al 18% de la cosecha de maíz. Se trata de un récord nacional.

Bein estimó que con el cobro de la movilidad jubilatoria y la generalización de los acuerdos de salarios en paritarias, desde abril empezará a cobrar impulso el consumo (Adrián Escandar)

– Semejante cosecha derivará en un fuerte impulso del transporte y del comercio…

-No sólo eso, también impactará en el aumento del consumo de gas oil, de contrataciones de seguros y movimiento bancario, esto es lo que se llama 'efectos de segunda ronda'.

– ¿La obra pública cuándo aparecerá en escena?

– Ese es otro sector que comenzará a hacer una diferencia muy grande respecto del año anterior, no tanto por la magnitud, sino por la bajísima base de comparación, se prevé que la inversión pública de la Nación pasará de $9.500 millones a unos $18.500 millones, con un aumento de precios de los insumos de no más de 18%, porque el Gobierno logró eliminar los sobreprecios que se validaban en el pasado. Y si bien el consumo aún no rebota, porque faltan nuevos empleos, con el cobro de muchos trabajadores de los ajustes que se van cerrando en paritarias, comenzará a moverse. A eso se sumará la mayor actividad en el aumento de la oferta energética, con el Plan Renovar.

-¿Qué cabe esperar para el tercer trimestre?

-La obra pública va a estar más extendida, respondiendo a la lógica de un año electoral, fenómeno que se va a juntar con la consolidación de la reactivación del consumo.

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Meta muy baja, más que una inflación más alta

Miguel Bein también dio su visión sobre el desempeño de la tasa de aumento de precios al consumidor, en particular tras el quiebre en los últimos meses de la franca desaceleración que había mostrado en la segunda mitad de 2016.

– Con la inflación claramente hay algunas cuestiones. Como se puso una meta de 12% a 17%, parece que la inflación es muy alta, pero en realidad lo que pasa es que esa pauta es muy baja, sobre todo porque el Banco Central cuenta con un sólo instrumento para lograr ese objetivo: la tasa de interés, y no dispone de otros elementos que puedan ayudar a frenar la inercia inflacionaria, como una política de ingresos, porque el Gobierno se opuso a un Acuerdo Social con los sectores de la producción del trabajo. De ahí que en la medida en que haya que ir normalizando los precios regulados, la política monetaria tendrá limitaciones para contenerla más rápido.

“El Banco Central se fijó una meta muy baja de inflación y cuenta con un sólo instrumento para frenar la inercia: la tasa de interés”

-¿No está muy solo el Banco Central en la estrategia de bajar la inflación, ve acompañamiento por el lado fiscal?

En 2016 no se ha hecho nada en materia de reducción del déficit fiscal. Ahora con el nuevo ministro de Hacienda el escenario cambió, pero los resultados se verán en dos años. El Gobierno deberá bajar año tras año el desequilibrio de las finanzas públicas. El bajo nivel de endeudamiento heredado en términos del PBI le permitirá financiar el déficit con nueva deuda, pero eso no se podrá hacer siempre.

– ¿A la luz de los datos del primer bimestre de actividad e inflación, ha modificado sus pronósticos para el corriente año?

En el estudio habíamos estimado para 2017 una tasa de inflación del 21,5% a 22%, con 4,5 puntos porcentuales explicados por la suba de tarifas de los servicios públicos; pero ahora vemos que el Gobierno decidió atenuar el ritmo de ajuste, por eso pensamos que la suba de precios se podría desacelerar de casi 40% en 2016 a un 20,5% / 21%, con unos 3 puntos porcentuales del efecto tarifas.

– ¿Y en actividad?

– Originalmente habíamos proyectado un crecimiento de algo más de 3%, pero ahora pensamos que la vamos a subir algunas décimas de punto porcentual, a tono con la menor inflación esperada.

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