La frase ya es conocida. Incluso la canciller argentina, Susana Malcorra, la utilizó por primera vez en marzo de este año, cuando la novena economía del mundo estaba atravesando una crisis política por casos de corrupción. "Si Brasil estornuda, nosotros tenemos neumonía".
Y la neumonía argentina no sólo puede ser política, sino también económica. El país vecino es nuestro principal socio comercial, y mucho de lo que suceda del otro lado de la frontera afecta a la Argentina, sobre todo en uno de los sectores más golpeados en 2016: la industria. Es por eso que con cada situación económica complicada de Brasil, se desbalancea la relación de comercio.
El año que viene las proyecciones muestran un crecimiento del 3% para la Argentina, y esta vez habrá un "viento a favor" de Brasil, que volverá a crecer. Sin embargo, será menor al esperado. La economía del gigante del Mercosur se hundió aún más en recesión durante el tercer trimestre, y la proyección de crecimiento cayó de 1% a 0,8% en 2017.
Menos consumo, menos inversiones y un sector agrícola y el sector de manufactura que redujeron su producción fueron el combo que llevó a esta situación, junto a una crisis política que continúa en el gobierno de Michel Temer. ¿Cómo afectará este panorama en la Argentina?
El impacto local
"Por cada punto que cae Brasil, cae 0,25% el producto argentino. El crecimiento de Brasil será tibio y quizás no se sienta tanto, pero permite recuperase lentamente", aseguró Dante Sica, ex secretario de Industria y director de la consultora Abeceb, en diálogo con Infobae. Esta recuperación, dijo, se podrá ver ante todo en el sector automotriz.
Marcelo Elizondo, especialista en comercio y director de la consultora DNI, coincidió en que la noticia de crecimiento es por sí sola una buena noticia, pero aseguró que "hay que estar atentos" hacia delante. "La crisis política no se ha despejado, y últimamente con situaciones complicadas de ministros se ha agravado. Eso puede afectar la economía, la confianza del resto de los países", aseguró a Infobae.
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Como la Argentina no es competitiva en el mundo en sus exportaciones industriales, le resulta complicado reemplazar a Brasil y salir a venderle a otros. Es por eso que cada vez que cae, la industria local tambalea. Más allá de la producción de autos, también afecta a químicos, plásticos y la industria textil y de calzado, porque los productos brasileños presionan para entrar en el país.
Dante Sica: “Por cada punto que cae Brasil, cae 0,25% el producto bruto argentino”.
Los números no dejan mentir: Brasil era el 21% de las exportaciones argentinas, y este año representó el 16%, cinco puntos por debajo.
Más allá de la crisis política, Temer envió un proyecto al Congreso brasileño para congelar el gasto público, y ahora le falta sólo el visto bueno del Senado. "Este ajuste del gasto mantendrá al crecimiento de Brasil en niveles bajos", explicó Gustavo Segré, economista y socio director de Center Group, con oficinas en San Pablo y Buenos Aires.
Con todo, el sector automotriz ya empezó a ver sus propios "brotes verdes".La producción de autos volvió a crecer en noviembre y quebró una racha negativa de 32 meses. El viento a favor será menor al esperado, pero estará. "Cualquier número positivo es menor que uno negativo", se esperanzó Segré. Y Elizondo concluyó: "La Argentina no va a tener el motor que tenía de Brasil hace tres años, pero si la crisis política no se agrava, el dato será positivo".
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