¿Y los cambios en Ganancias? Parece que por ahora habrá que esperar. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, habían manifestado la intención del Gobierno de que esete año se sancione una ley para modificar el piso de Ganancias y aliviar el peso de sus escalas atrasadas.
Sin embargo, otros debates importantes para el oficialismo como el Presupuesto y la Reforma Política parecen haber complicado la agenda del Congreso, cuyo período ordinario de sesiones vence el 30 de noviembre.
El PRO ha ido modificando su discurso sobre este impuesto con el correr de los meses. El año pasado, durante la campaña, llegó a hablar de la eliminación del tributo. Una vez que asumió en el Ejecutivo, anunció cambios en el mínimo no imponible que beneficiaron a algunas personas y perjudicó a otras que hasta ahora no pagaban por un extraño decreto del kirchnerismo de 2013. Y hace pocas semanas prometió una reforma legislativa que impactaría en los sueldos a partir de enero.
Esta última iniciativa contempla una suba del mínimo no imponible de entre 15% y 17% y cambios graduales en las escalas que beneficiarán a los salarios brutos menores a $80 mil.
Quienes perciben sueldos más altos podrían sentir una carga más pesada.
Esto se explica porque las alícuotas más altas, hoy en 35%, podrían subir a 40 por ciento.
Al ser un impuesto coparticipable, las modificaciones afectarán a las economías de las provincias. Es por ello que el Gobierno pasó de las promesas mágicas a un camino más moderado y prudente. A la par continúa abierto un debate por el bono de fin de año que busca compensar la inflación disparatada del 2016.
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