El "zar de Retiro", Néstor Otero, era uno de los clientes vip del financista fugado

El empresario, que cumple prisión domiciliaria por la causa de los cuadernos, le vendía a Alejandro Talevi el efectivo que recaudaba con sus negocios

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El listado de clientes de Alejandro Talevi, el financista que se fugó a España y estafó a dirigentes políticos, empresarios y decenas de pequeños ahorristas, es una caja de Pandora. En la City estiman que el desfalco supera ampliamente los 300 millones de pesos. Pero nadie quiere que se filtren los nombres de los damnificados. El escándalo roza la plata negra de la política argentina.

Ex empleados y damnificados entrevistados durante las últimas dos semanas por Infobae revelaron que uno de los clientes vip era Néstor Otero, el "zar de Retiro", actualmente excarcelado por la causa de los cuadernos. "La recaudación diaria que provenía de la Terminal se la entregaban a Talevi en efectivo. A cambio, Otero recibía cheques al día y una comisión cercana al 3%", explicó una de esas fuentes.

La operación de "compra de efectivo" es muy habitual en el mercado financiero. "Puede hacerse de manera legal o ilegal", explica otro financista que conocía los negocios de Talevi. Y agrega: "Es común con los distribuidores de cerveza porque van a pequeños comercios donde cobran en efectivo". De hecho, entre los damnificados por Talevi también figura un empresario de ese rubro, de la localidad de Canning.

Consultado por este medio, Otero respondió que no ve al financista "hace como veinte años" y que "no tiene relación comercial". "Lo conoció por alguien que manejaba canales de televisión", fue la escueta respuesta enviada a través de su abogado, Mariano Fragueiro Frias.

Pero todas las fuentes confirman el vínculo. Es más, pocos días antes de la explosión de la causa de los cuadernos, Talevi y Otero habrían hecho una operación millonaria de cambio de dólares. "Le llevaron los pesos a la Terminal de Retiro en auto. Fueron tres viajes. Cuando llegaban, tenían que avisar y les prestaban para estacionar el lugar de la CNRT. En total, ese día cambiaron más de 45 millones", detalla una fuente al tanto de toda la trama.

Otero, que aún conserva la concesión de la terminal de Retiro, manejaba grandes sumas de dinero. De hecho, cuando la Policía allanó su departamento en Puerto Madero, por orden del juez Claudio Bonadio, le encontró 1 millón de dólares y más de 1 millón de pesos en varias cajas de seguridad.

El empresario, de 79 años, actualmente cumple con prisión domiciliaria por decisión de la Sala I de la Cámara Federal, que tuvo en cuenta su estado de salud "deteriorado y con las patologías crónicas, evolutivas y no curables". Su defensa también había argumentado que su esposa padece "mal de Alzheimer y Parkinson".

Según las anotaciones del chofer Oscar Centeno, Otero entregó alrededor de 250 mil dólares en efectivo y le regalaba a vinos y champagne a Roberto Baratta.

No es la primera vez que la Justicia investiga a Otero por el pago de sobornos. En el juicio contra el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime quedó probado que le pagaba el alquiler del departamento. Por este caso, fue condenado en un juicio abreviado a realizar una probation.

Talevi cerró abruptamente su financiera el 25 de septiembre y se fugó del país horas después en un vuelo de Air Europa. Su destino actual sería Madrid (España), donde vive un familiar directo, aunque otras fuentes aseguran que podría estar en Berlín (Alemania), donde reside otro familiar.

Entre sus clientes, como reveló ayer Infobae, aparecen encumbrados dirigentes del radicalismo, sindicatos, el empresario Gerardo Ferreyra, dueño de Electroingeniería, y hasta un histórico dirigente territorial del PRO, que tuvo un paso fugaz por la Legislatura porteña.

Aunque no sería cliente, el diputado Leopoldo Moreau, una de las espadas de la ex presidenta Cristina Kirchner en el Congreso, visitaba con frecuencia la financiera de Reconquista 672, al menos en los últimos meses. Ex empleados aseguran que Moreau tuvo varias reuniones con Talevi para intentar llegar a un acuerdo por una deuda millonaria que mantenía uno de sus hijos, Leopoldo Raúl Moreau (38), con el financista.

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