La estancia María Cristina está cerca de la ciudad de Tolhuin, a la vera de la ruta 3, en Tierra del Fuego. Desde el casco se puede admirar un interminable bosque de lengas. El paisaje paradisíaco esconde la acción política y judicial del clan Loffler, los "dueños del fin del mundo".
El comienzo de la historia se remonta a 2003, cuando la empresa Lenga Patagónica SA, propietaria de la estancia, decidió arrendar un sector de la propiedad a Glisud SA por un período de diez años.
El controlante de Lenga Patagónica es David Syre, un importante inversionista norteamericano que planeaba hacer un gigantesco proyecto ecológico.
Vencido el plazo del contrato, la empresa dueña de la estancia resolvió no renovar para poder concretar el proyecto ambientalista.
Entonces, Glisud SA hizo un reclamo por un supuesto daño comercial de US$ 1.200.000 y se proclamó como nueva dueña de la estancia.
Pero además extendió el territorio apropiado al escriturar como propios otros lotes de la estancia que no figuraban en la transacción original. De este modo, pasó de alquilar 24.000 hectáreas a declararse acreedora de una estancia de 30.000.
Lenga Patagónica SA inició un juicio para desalojar a los ocupantes que recayó en el juez Aníbal Rodolfo López Tilli, titular del juzgado N° 2 de Instrucción en lo Civil y Comercial de Tierra del Fuego.
Glisud SA encontró un modo expeditivo de deshacerse del problema: le cedió el "derecho posesorio" del campo a la empresa Deolinda SRL por la suma $ 240.000, un precio irrisorio para una propiedad valuada en al menos US$ 5 millones.
Deolinda SRL pertenece al empresario de Río Grande Fernando Zapata y a su madre. Apenas tomó el control de la estancia María Cristina, el empresario comenzó a construir un nuevo casco, con todas las comodidades, aunque el terreno estaba en litigio. El lugar ya era visitado con frecuencia por varios integrantes de los Loffler, una familia tradicional de Río Grande con fuerte injerencia en la política, la Justicia y el mundo empresarial de esa ciudad del norte de Tierra del Fuego.
Una empresa malnacida
De acuerdo a una investigación de Gabriel Ramonet, periodista del Diario del Fin del Mundo y corresponsal de la agencia Télam, la empresa Glisud SA que había alquilado el campo originalmente, fue creada el 4 de enero de 2002 por Ilda Delia Bellusci y Máxima Amanda Correa, dos ancianas del Conurbano bonaerense que se dedicaron a fundar más de 350 empresas.
Detrás de esa maniobra estuvo el escribano Horacio Sergio Geller Gorodisch, que perdió su matrícula por dedicarse a crear compañías irregulares. Antes, registró la empresa Covelia, la misma que era "promocionada" por la familia Moyano, y participó en la constitución de Lenity SA, ligada a los hermanos Schoklender.
Glisud SA tuvo domicilio legal en un departamento ubicado en Corrientes 1888 de la Ciudad de Buenos Aires, donde funcionó un prostíbulo, según consta en la causa por trata de personas caratulada "Castrillón Maximiliano y otros s/ infracción al art. 145 bis". Otro dato llamativo: la propietaria de ese inmueble era la contadora Graciela Teresa D´Adamo, que firmó un convenio con el gobierno fueguino para representar y asesorar a la Casa de Tierra del Fuego en Buenos Aires.
Al poco tiempo de su creación, en noviembre de 2002, Glisud SA se mudó a Tierra del Fuego y fue transferida a Enrique Pintos y Melina Solari, hijastra de D´Adamo.
Apenas fue inscripta en el Sur, Glisud SA se presentó en una licitación para la venta de créditos del Banco de Tierra del Fuego, que en ese momento estaba en proceso de liquidación. Hicieron una oferta por las hipotecas de tres propiedades. "La oferta que presentó la representante de Glisud SA para la compra de los créditos llevaba una firma falsa y luego se detectaron otros documentos apócrifos que bien podrían haber hecho que el trámite fuera rechazado. Pero las autoridades a cargo del proceso los dieron por válidos", asegura el periodista Ramonet.
Luego que Glisud SA tomara el control de la estancia María Cristina, la propiedad pasó a manos de Zapata, cercano a los Loffler. De hecho, Guillermo Loffler (hermano de Damián y Ernesto) asumió la defensa de Zapata y el abogado José Rodas, integrante del estudio jurídico familiar, hizo lo propio con Deolinda SRL.
Expansión empresarial
A partir de 2012, Zapata comenzó su crecimiento empresarial. Creó Zimentar SRL y comenzó a ganar contratos de obra pública, durante la gestión del intendente Melella. El año pasado sumó otra constructora en Ushuaia que era de Daniel Preto, y rebautizó ZAPCO.
A fines de 2015 ya había comenzado su incursión en los medios de comunicación al comprar el diario Tiempo Fueguino, uno de los diarios más antiguos de la provincia y el de mayor tirada de Río Grande. Este año inició el proceso de adquisición de la radio FM Master, de la capital de Ushuaia, y FM El Sol, de Río Grande.
Hora de definiciones
En marzo de este año, la Cámara de Apelaciones de Tierra del Fuego falló a favor de Lenga Patagónica SA en la disputa por la estancia. Los abogados de Glisud SA no pudieron demostrar que la empresa haya sufrido un perjuicio millonario. Y a partir de allí quedó en duda la legitimidad de la cesión de "derechos posesorios" a favor de Zapata.
El juez Ernesto Loffler, presidente de esa Cámara, se excusó de participar argumentando que su hermano Guillermo era abogado de una de las partes. Además, Zapata está casado con Carolina Requejado, prosecretaria de la Sala Civil de la Cámara.
Zapata explicó en su momento que no compró la propiedad, sino "derechos posesorios" sobre 28.000 hectáreas para desarrollar actividades ganaderas y por un período de dos años. Pero construyó una casa de 300 m2 en la propiedad.
"Caída la razón que esgrimía Glisud SA para apropiarse de la estancia, se cae también la cesión hecha a Deolinda SRL. Es como un castillo de naipes que se desmorona", explicó una fuente judicial con acceso al expediente.
A poco de saberse la apropiación, un abogado y un escribano fueron hasta la estancia para documentar la toma. "Fui con un escribano a documentar la ocupación –explica el abogado que optó por reservar su nombre– y al llegar, nos encontramos a un grupo de obreros construyendo una vivienda enorme. Nos dijeron que además de Zapata, a la estancia venían los Loffler. Lo que cuento consta en el acta que se levantó ese día".
Zapata negó ante medios fueguinos haber tomado ilegalmente la estancia, pero admitió que ser amigo de los Loffler. En declaraciones al diario Sur Noticias de Tierra del Fuego, explicó: "Conozco a mucha gente y "Loli" (por Damián Loffler) es un tipo que conoce mi familia, yo conozco su familia, compartimos asados, cumpleaños, fiestas. Es mi amigo porque me crié acá y no puedo desconocerlo."
Zapata y Damián "Loli" Loffler son, además socios, desde 2015, de la empresa Cafeto Austral SRL, que explota la franquicia del Café Martínez en Río Grande. Aunque, según Zapata, ese negocio los habría distanciado.
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