¿Qué te gustaría ser cuando seas grande? Esa era una pregunta frecuente que nos hacían cuando éramos chicos. Apuntaba al futuro y nosotros soñábamos para adelante: astronauta, jugador de fútbol, bombero, cantante de rock. Con la llegada de las nuevas tecnologías la respuesta cambió. Los chicos quieren ser youtubers y lo quieren ahora. ¿Por qué esperar a ser grande? Según una encuesta de la consultora Ipsos para Google, el 25% de los chicos argentinos quiere ser youtuber.
Nordeltus tiene 13 años y es el niño youtuber más famoso de Argentina. Es el nombre de su personaje, no quiere dar su nombre real. Su canal de youtube NORDELTUS tiene 8 videos que superan el millón de visualizaciones cada uno y el más visto alcanza casi 3 millones (el equivalente a lo que en televisión serían alrededor 27 puntos de rating).
Si bien es el segundo con mayor cantidad de suscriptores (439.000, sólo detrás de ThiagoIUTU que tiene más de 1.765.000) su popularidad es mayor a la de cualquier otro por su particular estilo: juega a ser el villano de YouTube.
Su personaje está construido en base al lugar donde vive, Nordelta. Un barrio cerrado, costoso y aspiracional de la zona norte de Buenos Aires. En algunos de sus videos Nordeltus destaca cómo es la vida en ese lugar, en otros relata algunas de sus aventuras en Miami o Disney, y en los restantes aparece molestando a otros youtubers famosos o adultos como los padres de Leo Messi durante un partido de la Selección Argentina.
El combo de vida en Nordelta, viajes, ostentación material y fastidio a otras personas lo ha transformado en blanco de críticas negativas expresadas a través de comentarios agresivos y dislikes. Jugar a ser el villano es lo que le ha dado tantos suscriptores y muchísima repercusión.
Pero ese personaje no es idea suya. Detrás de Nordeltus está su padre, Elías Joffe. Si Nordeltus, como él mismo se define, es Darth Vader (el famoso malo de la Guerra de las Galaxias) Elías es Sheev Palpatine, el malvado emperador que controla a Vader.
Elías identificó en los primeros videos de Nordeltus que, a pesar de que aún tenían muy poca repercusión, su estilo producía haters (personas que expresan actitudes negativas y hostiles en las redes sociales) y entonces vio una oportunidad: había que radicalizar al personaje. Cómo viste, cómo habla, cómo se vincula y cómo provoca a sus haters está pensado en torno al fortalecimiento de su rol de villano.
La estrategia fue exitosa en términos de cantidad de suscriptores y visualizaciones confirmando la hipótesis de que para ser popular tienen que hablar de vos, no importa si bien o mal. Lo que no se puede precisar aún es cuáles serán las consecuencias que sufrirá Nordeltus por tanta exposición y el odio que recibe siendo tan chico.
Ser youtuber tiene una contracara. La plataforma demanda presencia permanente para seguir bien posicionado y son varios los youtubers populares que se han sentido desbordados. Es por ejemplo el caso del Rubius, el más famoso de habla hispana, quien este año anunció su retiro temporal de su sitio por problemas de ansiedad y estrés.
El negocio de la monetización de las canales de YouTube es bajo en Argentina. Pero sirve de vidriera para otros negocios. En el sitio Nordeltus.com venden su propia línea de merchandising que consta de anteojos, remeras, gorras, parlantes y auriculares bluetooth. También allí se puede contratar al niño para eventos.
Nordeltus dice que toma como un juego lo que está viviendo y no como un trabajo. Pero lo cierto es que hay que tener constancia para permanecer. Un tiempo de ausencia en la plataforma puede transformarse en la peor de las condenas para un youtuber, su kriptonita: la indiferencia y el olvido.
Nordeltus sabe que tiene que ser regular y sube un video por semana. Eso le lleva tiempo de producción, realización y edición. Allí entonces los límites entre lo lúdico y la responsabilidad de una obligación laboral se vuelven difusos.
Nordeltus quizás siga creciendo en seguidores y popularidad y esto le sirva el día de mañana para desarrollarse en lo que le interesa: algún rubro de la industria audiovisual. O puede también ir perdiendo la atención y el interés de sus suscriptores. El futuro es incierto para todos, aún para un niño que ya cumplió su sueño de ser youtuber.
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