Inclusión en la arena y el mar: más playas suman sillas anfibias a sus propuestas de verano

Están construidas en aluminio y se pueden usar en forma libre y gratuita en varios balnearios de la Costa Atlántica. Esta temporada también están disponibles en las playas públicas que el gobierno bonaerense inauguró en Mar del Plata, Mar de Ajó y Necochea. Las fabrican un puntaltense que perdió una pierna en un accidente, alumnos de escuelas técnicas y hasta presos de la cárcel de Batán

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Cada vez más balnearios incorporan sillas anfibias a sus propuestas de verano
Cada vez más balnearios incorporan sillas anfibias a sus propuestas de verano

Por Graciela Gioberchio

Que nadie se quede con las ganas de entrar al mar. De a poco, en las playas argentinas se avanza en la concreción de este gran objetivo. Cada vez más balnearios incorporan sillas anfibias a sus propuestas de verano para que, de manera gratuita, las personas con discapacidades motrices o con movilidad reducida puedan disfrutar de la arena y el mar.

Aparecieron hace poco más de diez años en algunas playas del sur de la provincia de Buenos Aires, como Orense y Monte Hermoso. Luego el servicio llegó a Villa Gesell, que se convirtió en la primera playa integrada del país, también a Santa Teresita y a los balnearios de la provincia de Río Negro donde rige una ley que establece que deben contar al menos con una silla anfibia.

Y esta temporada se suman a la segunda edición de las playas gratuitas que la gobernadora María Eugenia Vidal inauguró a fines de diciembre en Mar del Plata (Playa Constitución, Avenida Camet y Lijo; Playa del Museo, Camet y Avenida Constitución); Mar de Ajó (Avenida Costanera entre Córdoba y Moreno) y Necochea (Avenida 75 y Avenida 2). Cada playa cuenta con una silla anfibia, a la que se accede mediante la presentación del DNI.

Sillas Anfibias en Santa Teresita
Sillas Anfibias en Santa Teresita

Las sillas están construidas en aluminio y montadas sobre ejes de acero inoxidable, tienen grandes ruedas neumáticas y flotadores de plástico. A las personas con discapacidad física les brinda la posibilidad de disfrutar del entorno de la playa con su familia y en sociedad de una manera accesible y agradable, intentando sortear los trastornos que se presentan al momento de tener que desplazarse por suelos blandos, como la arena, y flotar luego en el agua.

Son mucho más que un mobiliario adaptado: generan bienestar y alegría, emociones positivas y únicas, como las que vivencian chicos, adultos y personas de edad avanzada que por primera vez acceden al mar o que, como consecuencia de accidentes o lesiones, no pudieron volver hacerlo en el transcurso de muchos años.

Fruto de una historia de superación

Desde docentes y estudiantes de carreras de diseño industrial, alumnos de escuelas técnicas hasta internos de unidades penitenciarias han participado en los últimos años en la elaboración de sillas anfibias que fueron destinadas a distintas playas. Pero las que fabrican Gustavo D'Angelo (47) y su papá (77), que es técnico mecánico industrial, en un taller de Punta Alta, son las más conocidas en las playas de la costa atlántica. Son las sillas anfibias Neptuno, "el rey del mar", apuntó D'Angelo en diálogo con Infobae. Su producto también llegó a algunos balnearios de ríos del país, como San Javier, en Santa Fe, y Cinco Saltos, en Río Negro, e incluso a playas de Chile y Colombia.

Gustavo en el mar con su silla anfibia
Gustavo en el mar con su silla anfibia

Estas sillas -que hasta el 28 de febrero estarán disponibles en las playas públicas de Mar de Ajó y Necochea, y hasta el 5 de marzo en las de Mar del Plata- son el resultado de una historia de superación. Cuando tenía 22 años, D'Angelo tuvo un accidente con su moto y pasó once años sufriendo entre internaciones, 28 cirugías, rehabilitaciones, esperanzas y decepciones, hasta que dijo basta y pidió que le amputaran la pierna. Encontró la manera de salir adelante dedicándose de lleno, a pulmón y de su propio bolsillo, al diseño y la fabricación de productos para personas discapacitadas: sillas anfibias y también juegos adaptados para plazas y sillas de ruedas especiales para jugar al básquet y al rugby.

"Este trabajo fue mi mejor rehabilitación", afirmó D'Angelo a Infobae. Para él, ayudar a la gente a cumplir su sueño de vibrar junto a las olas, es una bendición. "Recuerdo la emoción que el año pasado viví junto a la abuela Chola, de 103 años, cuando pudo volver a tomar contacto con el mar después de muchos años, fue en el balneario Marisol, en el partido de Coronel Dorrego, en el sur bonaerense. Lamentablemente, la abuela falleció en noviembre pasado", contó conmovido.

En febrero pasado, la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, se reunió en Pinamar con Gustavo D'Angelo para conocer las sillas anfibias. "El objetivo es que todas las playas argentinas sean accesibles", expresó en aquel momento Michetti y agregó que "se calcula que de cada 100.000 turistas, 10.000 tienen alguna discapacidad. Ser una playa inclusiva es un incentivo para atraer más gente". Aseguró que la iba a probar y aclaró: "hace 24 años que no me meto al mar".

En febrero pasado, la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, se reunió en Pinamar con Gustavo D’Angelo para conocer las sillas anfibias
En febrero pasado, la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, se reunió en Pinamar con Gustavo D’Angelo para conocer las sillas anfibias

D'Angelo explicó las características de las sillas anfibias que elabora: "Tiene cinco ruedas neumáticas, se desplaza con facilidad sobre la arena; es desarmable, anticorrosiva y está preparada para un peso máximo de 120 kilos. Su secreto son los pontones de flotabilidad, por lo cual la silla tiene buena estabilidad en el agua y no se vuelca bajo condiciones normales de oleaje". En 2017, la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) de Buenos Aires lo reconoció como el Joven Empresario del Año, entre 500 participantes.

Sillas anfibias y entorno accesible

En el caso de las nuevas playas gratuitas, el gobierno bonaerense informó que las sillas anfibias son manipuladas por personal capacitado y los paradores cuentan con rampas y pasarelas accesibles hacia todos los servicios. Entre otros servicios, tienen sanitarios familiares accesibles, sombrillas y/o espacios de sombra con prioridad de uso para personas con discapacidad, personal intérprete en lengua de señas, menú gastronómico en Braille y se aceptan perros de asistencia (no mascotas) con la acreditación pertinente.

"La Provincia brinda una playa equipada, gratuita y especialmente accesible. Para la gobernadora es fundamental que cada visitante pueda disfrutar de todos los servicios y esto se logra pensando en las necesidades de cada persona", expresó a Infobae el secretario general de la Provincia de Buenos Aires, Fabián Perechodnik. "En la temporada 2018, se registraron 478 ingresos con sillas anfibias al mar, un promedio de 11 por día", informó Perechodnik.

Padre e hijo, Carlos y Gustavo D’Angelo presentaron su silla anfibia en octubre de 2017 en la Feria Internacional del Turismo (FIT) América Latina realizada en la Ciudad de Buenos Aires, invitados por la provincia de Santa Fe
Padre e hijo, Carlos y Gustavo D’Angelo presentaron su silla anfibia en octubre de 2017 en la Feria Internacional del Turismo (FIT) América Latina realizada en la Ciudad de Buenos Aires, invitados por la provincia de Santa Fe

El sábado pasado (5 de enero), el secretario de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, le entregó a la Provincia el Certificado de Playa Accesible al cumplir con las pautas que posibilitan las condiciones de un servicio turístico inclusivo.

Hay otras playas de la costa atlántica que son pioneras en la implementación de mayor accesibilidad para personas con discapacidad mediante la incorporación de sillas anfibias. Es el caso de Villa Gesell, que es la primera playa integrada del país con acceso libre y gratuito, con personal de asistencia y baños adaptados. En Paseo 126 y Playa hay carpas con atención personalizada y sillas anfibias.

Este año, Monte Hermoso también ofrece las sillas anfibias Neptuno y diez sillas especiales realizadas por alumnos de la escuela técnica N°1 de esa ciudad, para que las personas discapacitadas puedan bajar a la playa, es decir transitar en la arena y acercarse al mar, ya que no están preparadas para flotar en el agua. Los guardavidas recomiendan a los usuarios acceder a la playa en la bajada del puesto principal ubicado en Luzuriaga y Costanera. Y, a través de una acción solidaria del Rotary Club, internos de la cárcel de Batán fueron capacitados y fabricaron tres sillas anfibias que este verano están a disposición en las playas de Santa Teresita (parador municipal) y Las Toninas (bajada de calle 32), en el Partido de la Costa.

Hacia un turismo inclusivo

Una abuela de 103 años ingresa al mar con su silla anfibia
Una abuela de 103 años ingresa al mar con su silla anfibia

Las sillas anfibias son cada vez más utilizadas en el mundo y en las playas de Europa, España e Italia, por ejemplo, donde tanto los balnearios públicos como los privados las ofrecen. En la Argentina, en 2016 se presentó en el Congreso Nacional un proyecto de ley para que todas las playas del país las tengan, pero la iniciativa no avanzó.

Las organizaciones que defienden los derechos de las personas discapacitadas apoyan las iniciativas de accesibilidad en los centros turísticos. En la ONG Acceso Ya, dijeron a Infobae que "es fundamental la información y la publicación de las playas que cuenten con sillas anfibias a fin de que las personas puedan ejercer la elección y proyectar su esparcimiento". Y subrayaron que "el derecho al esparcimiento y recreación es fundamental para alcanzar una participación social activa en la sociedad, buscando una igualdad de condiciones para todos, siendo el acceso al medio físico un punto de partida para el ejercicio de todos los derechos y libertades".

Según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT), uno de cada 25 viajeros tiene o presenta alguna discapacidad, sea permanente o temporaria. Por eso, este organismo de las Naciones Unidas sostiene que la accesibilidad a todas las instalaciones, productos y servicios turísticos debe ser un componente esencial de cualquier política de turismo responsable y sostenible.

"Está estudiado que por cada turista discapacitado que visita un destino turístico hay cuatro o cinco turistas más que también lo hacen y consumen. Aún falta hacer mucho más para fomentar el turismo accesible en nuestro país", concluyó D'Angelo.

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