Su nombre es Amar Latif. Es fundador de la agencia de viajes Traveleyes, además de ser un presentador de televisión, conferencista y actor ocasional. Con apenas 20 años, este británico había perdido el 95% de la visión debido a una enfermedad incurable. Pero su ceguera no fue una excusa para no cumplir el sueño que tuvo toda su vida, el de explorar el mundo.
Amar Latif, británico y emprendedor, nunca dejó que nada lo defina más que su arduo trabajo con las personas. Sin embargo, una enfermedad incurable provocó que pierda un 95% de la visión.
Su mayor aspiración era explorar el mundo, sus culturas, sus paisajes, la gastronomía, entre otras cosas y en el año 2004, tras muchas decepciones y problemas con diferentes operadores turísticos, decidió abandonar su trabajo como contador y creó su propia empresa de turismo. "En esta vida, si hay algo que quieres hacer y no existe, o lo creas tú, o aceptas que tendrás que vivir sin ello", afirmaba Amar en una entrevista a un medio local de Inglaterra.
A raíz de la discapacidad visual y de los inconvenientes para emprender un viaje, creó la organización Traveleyes. Diseña excursiones en las que grupos formados por tanto por personas no videntes como videntes exploran el mundo juntos, intercambiando impresiones y creando vínculos.
"Lo que más me gusta es conectar con la gente, conocer otras culturas y tener nuevas experiencias, desde bucear en Cuba hasta interactuar con animales en África", dijo Latif.
Su pequeña empresa se diferencia del resto porque permite moverse de forma independiente a personas ciegas o con discapacidad visual que, por sus circunstancias, normalmente dependerían de familiares o amigos para realizar el viaje.
Los itinerarios, diseñados a medida por Latif y su equipo, persiguen estimular todos los sentidos."Los videntes acaban llevándose a casa grandes recuerdos, porque, en lugar de hacer una foto y seguir adelante, se detienen, observan y miran el mundo desde otra perspectiva".
Sin embargo, lo increíble y lo diferenciador de la empresa de Latif es el modo de operar: las personas que ven se convierten en los ojos de los no videntes, describiendo los lugares que visitan. Día a día las parejas rotan para que todos puedan conocerse. Según Latif, todos los clientes se encuentran maravillados con esta idea, ya que para las personas con este tipo de discapacidad es un reto viajar solos ya que generalmente nunca lo hicieron.
Sin embargo, algo muy importante que recalcó el dueño y creador de la empresa es que los videntes acompañan pero no son los cuidadores.
Los viajeros con capacidad de visión cuentan con un 50% de descuento, mientras que los demás pagan el precio normal, similar al de cualquier otra agencia de viajes. La lengua vehicular es el inglés, pero no es necesario ser nativo para poder participar, basta con tener el nivel suficiente para mantener una conversación. Los itinerarios se programan tanto a nivel nacional, en Reino Unido, como por Europa y el resto del planeta.
Según Elizabeth Wyke, una de las diez gestoras de los tours de Traveleyes, "muchas de las actividades que ofrecemos, como montar a caballo, pescar o cocinar, están pensadas para estimular los cinco sentidos, algo que como videntes a veces no conseguimos apreciar porque confiamos demasiado en nuestra vista", y agregó: "Los grupos suelen congeniar muy bien. Surgen grandes amigos".
LEA MÁS: