El desafío de querer estudiar cuando se tiene visión reducida

La historia de Valentina, discriminada y menospreciada por no tener una visión perfecta, revela un debate que aún no se realizó: cómo adaptar a los jóvenes con problemas visuales al sistema educativo. Por qué es importante no confundir este cuadro con la ceguera

La importancia de la inclusión y comprensión de las personas con baja visión en etapa escolar es la clave para un aprendizaje acorde a sus capacidades de lectoescritura en tinta (Centro Mayo de Baja Visión)

Todos los 21 de septiembre se festeja el tan esperado Día del Estudiante. Miles de jóvenes inundan las calles con alegría y diversión con el fin de disfrutar con sus compañeros y amigos. Pero existe una porción de la sociedad que sin dudas merece celebrar este día con mayor intensidad, y se trata de niños con discapacidad que día tras día inician y afrontan la lucha del aprendizaje sin detenerse ante las adversidades. Como es el caso de las personas con visión reducida, cuya lucha de inclusión hoy actúa como bandera emblema de la sociedad actual.

La historia de Valentina no deja de conmover y de servir como ejemplo de superación, tanto por parte de su familia como de ella, ante el pronóstico erróneo de varios oftalmólogos de ceguera total. En el caso de Pamela Arroyo, mamá de Valentina, encontrar un colegio que aceptara a su hija no fue una tarea para nada sencilla.

Valentina junto a su mamá Pamela Arroyo. Su historia de vida ejemplifica la importancia del desarrollo escolar a temprana edad conjuntamente con el apoyo familiar

"Encontrarle una escuela que acepte a Valentina cuando era chica realmente fue muy complicado. En cada lugar donde concurría me decían que no podían inscribirla ya que las instituciones no se encontraban en condiciones ni capacitadas para el aprendizaje de chicos con discapacidad. Hasta que un día encontramos la escuela E.C.E.A.B., donde Valen pasó toda su infancia vinculada a la institución. Desde que es parte de la escuela, constantemente se brindan charlas educativas y de concientización sobre visión reducida, como también sobre la importancia de la utilización del bastón verde para la segmentación y distinción entre ceguera y disminución visual", aseguró a Infobae Pamela.

Estos chicos cuentan generalmente con una escolaridad doble, es decir, concurren a una escuela privada o estatal y por las tardes, asisten a una escuela especial con el fin de que una maestra integradora auxilie al alumno con sus tareas de la escuela común. Todo este esfuerzo lo realizan a diario con el fin de poder desarrollar la lectoescritura en tinta y asentar así su identidad e intelectualidad como cualquier niño en etapa escolar.

Varias instituciones educativas no aceptan niños con ceguera o baja visión por no contar con las condiciones necesarias para el desarrollo de su aprendizaje escolar

"El simple hecho de que las escuelas no permitan el ingreso a personas con visión reducida habla del desconocimiento sobre el tema. Comprender que se trata de chicos con problemas visuales y no con un problema neurológico tendría que ser el primer paso para evitar la discriminación y la desinclusión social", agregó Pamela.

La falta de conocimiento y distinción de estas patologías, especialmente en instituciones escolares, puede realmente hacer la diferencia en el desarrollo del aprendizaje en pequeños y adultos. Las universidades también deben adaptar su propia currícula de cátedra, en función de cada condición específica del alumno ingresante. Incluir es sinónimo de entender, y entender implica concientizarse sobre el rol de instituciones educativas en estos procesos de desarrollo intelectual.

El bastón verde es un método de identificación de las personas con visión reducida y de distinción de aquellos que sufren de ceguera total

"Este año comencé a estudiar en la UNTREF debido a que brinda el programa de accesibilidad. Actualmente somos cuatro estudiantes con visión reducida. Sin embargo, queda mucho aún por comprender y ajustar. Los centros de estudiantes nos auxilian mucho con los materiales y demás necesidades. Sin embargo, aún no está instaurado el concepto de distinción entre ceguera y visión reducida para poder llevar adelante las modificaciones necesarias para un correcto proceso de aprendizaje", aseguró Cecilia Romano, estudiante con visión reducida a Infobae.

El 26 de septiembre se conmemora el “Día del Bastón Verde” en el Senado de la provincia de Buenos Aires en La Plata (Centro Mayo de Baja Visión)

Hoy en escuelas y vía pública es posible ver gente con un bastón color verde. Sin embargo existe mucho desconocimiento aún sobre el verdadero rol de este elemento. La identificación resulta unos de los factores fundamentales para el reconocimiento e interacción social de cualquier individuo. Por lo que el 26 de septiembre se celebrará, en el Senado de la provincia de Buenos Aires, el " Día Provincial del Bastón Verde" donde se regalarán e intercambiarán bastones blancos por verdes para recordar, en este emblemático acto, la importancia de que las instituciones sociales comprendan la diferenciación de esta condición. Este acto es impulsado por Centro Mayo de Baja Visión y Perla Catherine Mayo promete ser un antes y después para quienes aún desconocen sobre la diferenciación.

"La sociedad misma trata a ciegos y a personas con baja visión de la misma manera, hoy no llegan a comprender esta diferencia. Tener un bastón verde o blanco para la persona puede ser verdaderamente significativo. El cambio debe ser más profundo y su difusión un tema de carácter fundamental", aseguró Florencia Massenzana, licenciada en psicología y paciente con visión reducida a Infobae.

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