Las Leonas pisarán las finales de los Juegos Olímpicos por tercera vez en su historia y la victoria ante India se cimentó sobre dos de sus jugadoras más experimentadas: Noel Barrionuevo anotó los dos goles que sirvieron para sacar el pasaje a la definición y Belén Succi tuvo tres tapadas claves, dos de ellas en el último cuarto.
La arquera de 35 años, que estuvo en el bronce de Beijing 2008 pero no viajó a Londres 2012 porque estaba embarazada, tendrá su revancha contra Países Bajos el próximo viernes en la final.
Si bien fue fundamental a lo largo de todo el torneo, en este encuentro definitorio había mostrado todas sus credenciales para sostener el empate 1-1 cuando detuvo un córner corto en el segundo cuarto.
Sin embargo, lo mejor de ella llegó en el electrizante cierre del juego. Con el reloj consumiendo los últimos 9 minutos de acción, tuvo una fenomenal atajada abajo a la salida de un córner corto que le permitió a Las Leonas sostener la diferencia mínima que ya ostentaban en el marcador.
Pero si algo faltaba para firmar una semifinal heroica tuvo una tapada clave. Faltaban 25 segundos para el final, cuando hubo un desvío en el área y Succi estuvo brillante: tapó la bocha con el pie derecho. “¡Yo también la sufrí! Después voy a buscar quién fue la que la dejó ahí”, bromeó la propia Succi tras el partido en diálogo con TV Pública.
Belén no ocultó la profunda emoción que la invadió tras este logro y explotó en llanto apenas pitaron el final del partido. “No caigo, te soy sincera. Lo primero que hice fue salir a llamar a mi hijo que está en el colegio para decirle que mamá le va a llevar esa medalla como enseñanza de vida”, reflejó en el post partido.
“Ya 35 años, las cosas te cuestan un poco más. Decís hay que dejar la vida, no hay que bajar los brazos en pandemia, la pandemia no me va a ganar. Voy a llegar al Juego Olímpico aunque me hijo me tenga que bancar un año más entrenando en casa. Es eso. Lo estoy llamando, está en el colegio, quiero que lo saquen para decirle que mamá va a ir a una final que es de la vida. Le dije cuando venía acá que si mamá llevaba una medalla a casa, era una medalla de la vida. De haber afrontado una pandemia juntos, de haber estudiado todo segundo grado juntos, de haber entrenado juntos en casa... Es una medalla de la vida”, dijo con lágrimas en sus ojos.
“Es así la vida, uno no tiene que bajar nunca los brazos. Es la enseñanza que le dejo a mi hijo todos los días. Lo más fácil para mí hubiese sido que cuando se decretó la pandemia retirarme en un sillón, pero no es mi personalidad. Menos con la pasión que tengo a la camiseta de Argentina. Y a la enseñanza: soy docente y educar a través del deporte es lo mío. Esa es la enseñanza que le estoy dejando a mi hijo. Mamá dejó todo, peleó con su equipo. Las Leonas es el equipo más lindo con el que estoy”,
“Con Holanda lo que voy a hacer es disfrutar y tratar de llevar el oro para Argentina. Pero no caigo todavía”, reconoció con vistas al duelo del próximo viernes. “Estoy muy cansada ya. Fue mucho estrés, pero es un estrés hermoso, que estoy disfrutando. Tiene sus cosas lindas y sus cosas no tan lindas. Pero feliz de representar al país”, agregó.
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