“Primero hay que saber sufrir”. La canción Naranjo en Flor describe a la perfección lo acontecido con el seleccionado masculino de vóley de Argentina, quien tras lograr una trabajosa clasificación a la segunda ronda de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, venció por 3 a 2 en una verdadera batalla a Italia y aseguró su pasaje a las semifinales, lo que le permite una doble chance de medalla.
El partido fue una verdadera batalla y se definió en tie-break. En el momento más duro del encuentro emergió la figura de Bruno Lima, máximo artillero del torneo en territorio nipón. El sanjuanino, a puro potencia, demostró todo su poderío goleador para demoler por completa la resistencia azzurra para dar vuelta el marcador.
El momento de mayor éxtasis del cotejo fue tras el pitazo final. Con el triunfo ya en el bolsillo, Hugo Conte, uno de los mejores jugadores de vóley de la historia y padre de Facundo, una de las figuras del actual plantel, no pudo contener la alegría y desató un desaforado festejo junto al relator de TyC Sports José Montesano.
Ambos se fundieron en un fuerte abrazo y con los brazos arriba no pararon de alentar al equipo argentino. “Vamos los pibes, son lo más grande que hay. Gracias por esta alegría”, lanzó el periodista.
Vale destacar que sobre el final del segundo set se vivió un momento de tensión en el plantel argentino. Tras marcar un tanto clave en el desarrollo del juego para pasar al frente, Ezequiel Palacios cayó mal y se torció el tobillo derecho, por lo que debió ser rápidamente atendido. Tras algunos minutos, el albiceleste optó por seguir dentro del campo de juego y tuvo su premio: consiguió el punto para nivelar el marcador. “Me tienen que sacar muerto del equipo. El tobillo no me daba más”, reconoció el deportista una vez finalizado el encuentro.
Entre los highlights se destacan los lujos de Luciano De Cecco. El armador, fiel a su estilo, desplegó su magia en el Ariake Arena para deleitar a todos los presentes con su exquisito punto a una mano. Su sutileza dejó descolocado a Osmany Juantorena y a Simone Anzani.
Uno de los mejores puntos del encuentro se dio cuando Argentina se imponía por 21-19 en el tercer set. Tras dos muy buenas salvadas de Facundo Conte y Santiago Danami y un bloqueo, apareció Ezequiel Palacios para decretar el punto del elenco nacional (Alessandro Michieletto no pudo rescatar el balón) y desatar el festejo de Marcelo Méndez a puro puño apretado.
Tras meterse por tercera vez entre los mejores cuatro de un Juego Olímpico (antes en Seúl 1988 y Sydney 2000), los dirigidos por Marcelo Méndez enfrentarán en la siguiente instancia al ganador del duelo entre Polonia y Francia. Chocarán el próximo jueves 5 de agosto.
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