En un Juego Olímpico que quedará marcado por la decisión de Simone Biles de marginarse de algunos eventos de gimnasia para proteger su salud mental, Delfina Pignatiello dejó otra de esas reflexiones que servirá para nutrir el debate sobre la presión, la autoexigencia y los objetivos que pesan sobre las espaldas de los atletas que arriban a esta elite deportiva.
Luego de quedar última en su serie de los 800 metros libres con un tiempo de 8:44.85, lejos de lo hecho por la líder de la manga la rusa Antastasiia Kirpichnikova (8:18.77), la nadadora argentina de 21 años evitó enfocarse únicamente en las sensibles complicaciones que tuvo durante el último año para prepararse y decidió hacer una profunda reflexión sobre sus primeros Juegos Olímpicos.
“Soy una persona muy autoexigente, muy poco conformista y hace mucho que no me iba mal en un torneo. Esa parte me está costando un poco y es la realidad, no voy a esconderlo. Quiero abrir los ojos para recordarme dónde estoy parada. Este proceso de los Juegos Olímpicos arrancó después de Río 2016 y yo ni me planteaba ir a un Juego Olímpico de la Juventud. Nunca me había planteado competir en Juegos Olímpicos, nunca dije estos cuatro años van a ser para los Juegos. Estar acá es un montón”, explicó sobre todo ese vaivén de emociones que atravesó desde que saltó a la fama en los Juegos de Buenos Aires en 2018 donde consiguió dos medallas plateadas en los 400 y 800 metros libres detrás de la húngara Ajna Kesely.
En diálogo con la TV Pública, Delfina reconoció que lo más difícil de esta primera cita olímpica fue estar “codeándose con los mejores del mundo” y detalló: “En un momento de competencia te puede tocar que un día te levantes y estás con las mil pilas o en uno que no era el mejor y tenés que poner la cabeza de la mejor forma, con las mejores vibras, porque es para todo lo que te preparaste. Y saber que puede no darse...”.
“Aún así, seguir luchando por lo que uno sueña, con sus convicciones, y seguir adelante. Esto es así. Es una carrera larga. Esto no es ni un antes, ni un después. No hay nada tan importante ni nada tan terrible en la vida. Y quiero aprender de eso”, reflexionó la deportista que fue oro en los Panamericanos de Lima 2019 en 400, 800 y 1500 metros libres.
“No me pude recuperar al 100% del otro día, por más que puse todas mis garras para cambiar el chip y hoy tener mi revancha. Tampoco se me dio. Estoy intentando disfrutar de mis primeros Juegos Olímpicos que ya es un sueño cumplido para mí, a pesar de mi rendimiento”, aceptó en relación a su debut en los 1500m donde tampoco tuvo la performance que esperaba.
“Hace un año que ni me plateaba estar acá con todo lo que pasó, que tampoco lo pongo como excusa. Ya estar acá es un montón. Se ve un rato de luz en la competencia después de todo lo que uno hace en la oscuridad del trabajo. Y yo me quedo con todo ese trabajo que hice, todo lo que aprendí”, reflexionó teniendo presente que durante la primera parte de la pandemia estuvo más de once semanas sin poder entrenarse con normalidad y hasta pensó en no participar de Tokio 2020.
Con la mirada puesta en clasificar a los Juegos de París 2024 y pelear en los Panamericanos del 2023 que serán en Santiago de Chile, aclaró: “Ahora me tocarán las vacaciones y arrancar con otra cabeza el próximo proceso. Estar acá es increíble. Una experiencia única, más allá de los resultados, los tiempos, lo que sea. Es único. Y también me hace darme cuenta de lo duro que es estar acá también. Incluso con lo duro que es, me dan ganas de volver la próxima con otra cabeza, otro entrenamiento y mejor preparada”.
Pignatiello había quedado última también en su serie de los 1500 metros con un tiempo de 16:33.69. Tanto esa marca como la de esta jornada estuvieron lejos de algunas de las mejores performances que logró en su incipiente carrera como nadadora. En el circuito Mare Nostrum, que se realizó en Barcelona durante 2019, la argentina consiguió un tiempo de 15:51.68 en los 1500 y clavó los relojes en 8:24.33 minutos en los 800 metros.
Esas marcas le habían dado el boleto a Tokio, pero también el peso sobre su espalda de ser una de las máximas esperanzas en natación para Argentina después de muchos años sin resultados en la elite olímpica. La primera parte de la pandemia complicó sensiblemente sus chances para continuar con la minuciosa preparación que requieren eventos de este estilo y ahora todo está puesto en lo que será el ciclo olímpico que comenzará inmediatamente después que terminen los Juegos en Japón.
La natación argentina también tuvo la presentación en esta jornada de Santiago Grassi, quien cerró una buena performance en su serie tras arribar primero en los 100 metros mariposa pero quedó en la puerta de clasificar a semifinales.
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