Tres generaciones unidas por la misma pasión: la historia de los hermanos Melisa y Federico Gil, los tiradores que tienen a su papá como guía

Ambos buscarán la final del skeet en sus segundos Juegos Olímpicos tras su participación en Río 2016. La importancia de Horacio como entrenador, la profesión que comparten y la unión de una familia que superó un duro momento

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Los hermanos Gil del tiro deportivo argentino
Los hermanos Gil del tiro deportivo argentino

La pasión por el tiro deportivo nació casi desde la cuna para Melisa y Federico Gil, los dos representantes de la delegación argentina en la modalidad skeet de estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Al igual que sucedió hace cinco años en Río 2016, la que fue su primera experiencia olímpica, volvieron a competir juntos. Codo a codo. Y ahora, tras haber participado de la primera clasificación, intentarán esta noche (desde las 21), poder buscar la primera medalla para Argentina en Japón.

Federico marcha 9° tras la primera tanda luego de derribar 73 de 75 platos, mientras que Melisa se ubica 16° (70/75). Hoy, al igual que toda su vida, tendrán una persona clave en su crecimiento como atletas que les permitió llegar a ser olímpicos por segunda vez. El hombre que los introdujo en su pasión por el tiro deportivo: Horacio, su entrenador y figura paterna.

Fede tenía 6 años cuando vio a papá competir por primera vez. Tanto le gustó el arte de derribar platos con una escopeta que no pudo evitar enamorarse de un deporte que lo transformó. Lo mismo sucedió con Melisa, que le pidió por favor cuando era adolescente si le enseñaba el arte de disparar platillos. Justamente, ¿habrá sido porque el abuelo materno de ambos -el padre de Mónica- fundó una fábrica de platillos en Avellaneda otra de las razones que los llevó a querer ser tiradores?

De la mano de Horacio, que representó al tiro en Argentina a nivel nacional e internacional por dos décadas y hasta llegó a disputar un Mundial, estos chicos crecieron. Cada uno con su personalidad, forjaron una trayectoria que los llevó a ser olímpicos. Melisa es fanática del mundo Disney. Es más, tiene una cuenta de Instagram en la que registra, a cada paso, sus visitas a los diferentes parques de atracciones cada vez que puede viajar con su pareja, otro especialista en el planeta fantástico.

Melisa, Horacio y Federico Gil en la Villa Olímpica de Río 2016
Melisa, Horacio y Federico Gil en la Villa Olímpica de Río 2016

A diferencia de su hermana, que es más sentimental, Federico tiene el aspecto perfecto de un tirador frío y calculador. Su cara se transforma cuando está esperando que la máquina lanzaplatos los haga volar por el aire para que él los pueda destruir. Ambos son abogados y tienen un estudio jurídico con su mamá. Mónica es el gran sostén de una familia especial.

Todo era felicidad en la previa a los pasados Juegos Olímpicos. Melisa había ganado la plaza tras ser medallista en los Panamericanos de Toronto y Federico llegaba en las mejores condiciones para buscar una medalla luego de ser top ten del ranking mundial y finalista en seis de los siete eventos en los que participó, entre ellos dos Copas del Mundo y el Mundial. Pero todo cambió cuando a su papá le diagnosticaron un cáncer que sacudió a todos los Gil.

A pesar de todo, los tiradores cumplieron con su debut olímpico. Es más, Melisa alcanzó la final de la competencia en Brasil y se llevó un diploma. Fede se quedó con ganas de más, pero una vez que compitió, sabía que esa había sido la primera de muchas experiencias olímpicas por venir en su carrera. Y así fue cómo afrontó el nuevo ciclo olímpico que se atrasó un año por la llegada de la crisis sanitaria que azotó a todos el mundo.

Los hermanos Gil y su papá en el campo de entrenamiento de la familia en Arrecifes
Los hermanos Gil y su papá en el campo de entrenamiento de la familia en Arrecifes

El oriundo de Avellaneda llegó a la capital de Japón en la cuarta posición del ranking mundial, instancia que le permitió asegurar su plaza olímpica para competir en Tokio 2020. El abogado especialista en Derecho Penal viene de obtener en junio pasado la medalla de plata en la Copa del Mundo ISSF Osijek, Croacia. Esa fue su cuarta presea en este tipo de competencias, ya que luego de ser top 30 en la pasada edición olímpica, cosechó un oro y un bronce en 2017, en Larnaka y Nueva Delhi, respectivamente, y en el 2020 también se subió al podio en la etapa de Nicosia, donde logró el subcampeonato.

A causa de la postergación, y ante la imposibilidad de poder practicar con las comodidades normales, Fede Gil impulsó un proyecto personal que marca toda su capacidad en el tiro: en el campo que la familia tiene en Arrecifes, creó su propia cancha de skeet. Gastó miles de dólares para tener un centro de entrenamiento personal y se abocó a trabajar con el objetivo de dar el golpe en Tokio. Su primer día de acción será el sábado 24 a las 21 cuando inicie la clasificación, misma jornada que Meli saldrá a la cancha de tiro.

“Los chicos estuvieron atentos a todo lo que pasaba con la pandemia. Pero ellos siempre le pusieron mucha actitud para poder llegar bien a los Juegos. Se prepararon como pudieron por la situación de la pandemia, pero saben que están ante la oportunidad de participar de un evento extraordinario por todo lo que se vivió”, fue el sabio análisis que Mónica, la mamá de los Gil y esposa de Horacio hizo para Infobae.

El escenario está listo. El Asaka Shooting esperará por los mejores especialistas del tiro al plato. Y ahí estarán dos argentinos, y hermanos, que intentarán cumplir un sueño que ya lleva varias generaciones de una familia que respira el sentimiento olímpico cada día.

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