Luciano Benavides llegó a Medio Oriente con la confianza intacta. Tras un 2019 cargado de emociones y resultados, el salteño se convirtió en una de las esperanzas argentinas para el Dakar que se disputará en Arabia Saudita. “Llego en mi mejor momento porque tuve un año deportivo tremendo. El 2019 fue inolvidable por el campeonato del mundo, el Top 10 en el Dakar y el Top 5 en el ranking FIM de rallies Cross Country”, aseguró en diálogo con Infobae el piloto que estará a bordo de su KTM surcando la arena virgen del desierto asiático.
La esperanza de ser uno de los principales protagonistas en las motos se basa en su plenitud física y en la experiencia adquirida en las dos ediciones anteriores disputadas en Sudamérica. “No tengo ninguna molestia, ni golpes. Fue un trabajo muy completo que hice con mi psicólogo para llegar mejor que el año pasado”, aclaró el joven que compartirá el trazado con su hermano mayor, Kevin, quien ostenta el subcampeonato logrado en 2018.
Para el menor de los Benavides hay dos objetivos determinantes que marcarán su estadía en la aventura árabe. “El primero es llegar. De eso no hay que olvidarse porque es el más complicado. Y el segundo es mejorar el octavo puesto del año pasado”, aseguró Luciano, sin olvidar sus aspiraciones más pretenciosas: “Mi deseo es terminar entre los 5 primeros. Lógicamente que uno sueña con ganar el Dakar, pero conociendo la dificultad de la competencia hay que ir de a poco”.
Las metas fijadas se basan en un pasado doloroso que lo marcó para toda la vida. “En mi primer Dakar, en 2018, sufrí un accidente terrible. Todos los días escribía en una hoja los 5 objetivos personales que tenía para la siguiente etapa. Ahí ponía que tenía que mejorar en la navegación, tratar de disfrutar, pero siempre ponía que lo fundamental era tratar de llegar. Llegar era la palabra clave porque tenía que sumar experiencia. Y para la décima etapa, en Salta, donde tenía a toda mi gente cerca, sentí una gran presión y nunca escribí la palabra llegar. Puse otras metas y jamás llegué. Quedé tirado en el medio del desierto, muy cerca de mi casa con cinco vértebras quebradas. Fue el peor momento de mi carrera”, recordó.
Sin embargo, aquel episodio no le representó ningún temor, ni lo alejó de la pasión que adquirió en su infancia. “Toda la vida me gustaron las motos. De chico dormía con motos de juguete sobre la almohada. Trazaba circuitos en los canteros y mi mamá me quería matar porque arruinaba sus plantas. Me acuerdo que cuando vino el Dakar a Sudamérica yo tenía 13 años y lo fui a ver a Fiambalá. Al año siguiente lo vi en Cafayate y en ese entonces no me imaginé que estaría allí”…
Luciano Benavides será uno de los 26 argentinos que se le animarán al desierto de Arabia Saudita. A diferencia de lo que sucedió en sus participaciones previas, la distancia del destino lo alejará del afecto de sus fanáticos. “El público marca mucho la diferencia. Vamos a extrañar mucho al pueblo fierrero de Argentina que siempre nos apoyó en cada etapa. Espero que el calor de la gente lo pueda vivir a través de las redes sociales”, analizó el piloto y remarcó: “En Arabia será una carrera más larga, con terrenos desconocidos en los que jamás nadie anduvo. Eso está bueno porque empareja. Esperemos que podamos hacerlo de la mejor manera”.
A bordo de su KTM, el salteño acompañará a su hermano Kevin (Honda), Franco Caimi (Yamaha), Mauricio Gómez (Yamaha), Sebastián Urquía (KTM) y Leonardo Cola (KTM) en la categoría de las motos. Pero ellos no serán los únicos que lucharán contra la dureza del Dakar, ya que en los quads estarán Manuel Andújar (Yamaha), Carlos Verza (Yamaha), Martín Sarquiz (Can-Am) y Mariano Bennazar (Yamaha).
En los autos, en cambio, el único piloto será Orlando Terranova, quien estará junto a Bernardo Graue en su Mini, mientras que Ignacio Santamaría acompañará al español Xavier Foj (Toyota Land Cruiser), Mauro Lipez al ecuatoriano Sebastián Guayasamín (Chevrolet BV8) y Ariel Jatón al ibérico Pablo Canto Martínez (Toyota Hilux).
Una situación similar a la que ocurrirá en Side by Side, donde habrá un sólo piloto, el marplatense Omar Gándara, navegado por el uruguayo Sergio Lafuente. El resto de los nacionales serán navegantes: Ricardo Torlaschi, Juan Manuel Silva, Eduardo Blanco y Nicolás García. Todos ellos forman parte de la delegación albiceleste que llegó a Medio Oriente con el desafío de vencer a la naturaleza. El 5 de enero en Yeda comenzará la aventura.
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