Corría el año 1988 y Hugo Orlando Gatti, de 44 años, llevaba más de 25 como futbolista profesional. Atlanta, River, Gimnasia y Esgrima La Plata y Boca Juniors fueron los colores que supo vestir en su extensa carrera. Defendiendo el arco xeneize se convirtió en leyenda para los hinchas del elenco de la Ribera, conquistando nada menos que dos veces la Copa Libertadores (1977 y 1978), la Intercontinental (1978) y compartiendo plantel con un joven Diego Armando Maradona en el recordado título del Metropolitano 1981.
El Loco había llegado a Boca en 1976 de la mano del Toto Juan Carlos Lorenzo, pero tras los éxitos llegó finalmente aquel domingo 11 de septiembre de 1988, que marcaría el fin de su carrera profesional. Se disputaba la primera fecha del Torneo 1988/89 y Boca, dirigido por el Pato Pastoriza recibía al humilde Deportivo Armenio. La visita sorprendió y se puso en ventaja a los 34 minutos del primer tiempo por intermedio de Silvano Maciel, que aprovechó una salida en falso de Gatti.
Boca redobló esfuerzos en el complemento, pero no pudo ni siquiera empatar y el encuentro terminó 1 a 0 para la visita. La siguiente fecha era nada menos que el Superclásico, frente a River en el estadio Monumental. Con ese partido en el horizonte, Pastoriza tomó una decisión fuerte, que terminaría siendo determinante para el futuro de Gatti: le retiró su confianza al Loco y apostó por Carlos Fernando Navarro Montoya. El Mono fue titular en Núñez, Boca se impuso por 2 a 0 con goles de Walter Perazzo y Alfredo Graciani y desde ese día no dejó el arco boquense por unos cuantos años. Gatti ni siquiera concentró, fue separado del plantel y su carrera terminó de forma abrupta.
Más allá del conflicto con Pastoriza, Gatti siguió entrenando para mantenerse en forma, esperando el indulto del Pato, o tal vez su salida para volver al arco boquense, ya que su deseo era retirarse vistiendo los colores de Boca. En el medio se habló de su posible llegada a Peñarol o Deportivo Cali, pero esos contactos no avanzaron y finalmente el Loco le dijo adiós a la actividad profesional. Diez años después de su último partido en Boca, Gatti volvió a ponerse el buzo de arquero xeneize. Fue durante los festejos por la obtención del torneo Apertura 1998. Se trató de un partido amistoso en el que Boca, dirigido por entonces por Carlos Bianchi, goleó 5 a 0 a Universidad Católica de Chile.
Más acá en el tiempo, el 7 de septiembre de 2023, Boca inauguró una estatua del mítico arquero en el Hall Central de la Bombonera. El homenaje contó con la presencia del Loco. “Esto me hace sentir que estoy jugando todavía. El hincha de Boca es único. En el mundo quieren conocer a esta hinchada”, afirmó aquel día el legendario arquero.
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