El capitán del equipo argentino de Copa Davis, Javier Frana, realizó su primera convocatoria basado en la personalidad y experiencia de un equipo, que fue consolidado con el esfuerzo, la calidad individual de cada jugador y la fortaleza y cohesión que le imprimiera Guillermo Coria, durante sus tres años de gestión.
Se trata de un grupo sólidamente conformado, con patrones de comportamiento, con buena relación entre ellos, que aprendió a aceptar presencias y ausencias, aunque no dejó de sorprenderse por algunas despedidas.
Con la convocatoria de Francisco Cerúndolo, Tomás Martín Etcheverry, el debutante Mariano Navone, Andrés Molteni y el regreso de Horacio Zeballos, Frana utilizó todos los recursos que tuvo a disposición para construir el grupo que viajará a Noruega, sobre la base del equipo que forzó a la Italia campeona en los cuartos de final de 2024.
Sin embargo, acá faltan nombres y aparecen nuevos. ¿Cómo se llegó a esta conformación sin el Número 1 de singles de Argentina (Sebastián Báez) y se logró que vuelva Zeballos? ¿Por qué Schwank a su lado?
El capitán fue claro y transparente, como siempre: “Nadie me puso ninguna condición. Todos quedaron a disposición”. Un muy buen comienzo para Frana, quien ya tenía indicadores, por lo menos, para una de las plazas que podía generar alguna discordia.
Una vez culminada la presentación argentina ante Italia, en Málaga, había quedado claro que, a sus 41 años, Machi González le diría adiós a la Selección Argentina, lo que le abriría las puertas al ingreso de otro doblista.
Horacio Zeballos ya le había comentado a este cronista, antes de recibir el Olimpia de Plata al tenis 2024, que la intención de Marcel Granollers, su compañero en el circuito de dobles, era la de no venir a Sudamérica y quedarse jugando los torneos más grandes en territorio árabe. Y Noruega, más allá de la diferencia térmica, mantiene las características similares de superficie y proximidad entre torneos, por lo que no tendría que hacer transición alguna.
Además, según comentaron, no hubo necesidad de charlas previas ni de aclaraciones por lo sucedido durante la temporada pasada respecto a la composición del dobles argentino. “No hay nada que hablar, tenemos la mejor entre los tres”, se escuchó, y fue como haber vuelto el contador a cero. Como dijera Zeballos en algún pasaje de 2024: “Somos amigos, nos conocemos hace muchos años y no nos vamos a enojar ahora”. Por eso, Andrés Molteni y el N° 1 de dobles argentino entrenaron con normalidad en Buenos Aires, preparándose para la nueva temporada y para hacer frente al compromiso de Copa Davis ante Noruega. Esto no sólo le mantenía abierta la puerta al marplatense a su regreso a la Selección Nacional, sino que se la mantenía abierta y con ganchito para que no se le cierre. El único que podría hacerlo, sería él mismo.
La ausencia del N° 1 de Argentina
Frana se dedicó a recorrer los entrenamientos de sus jugadores. Los siguió en los Interclubes, llegó a Punta del Este, en donde entrenaba Fran Cerúndolo, con la compañía de Guillermo Coria en cancha, y también en la zona de Palermo, en Buenos Aires. Así, hablando con jugadores y entrenadores, terminó de armar su primera lista de convocados.
La ausencia de Sebastián Báez, cuanto menos, resulta una paradoja en las críticas de quienes reclaman aquello de lo que hoy se hace silencio. Sin embargo, más allá de la lesión invocada, que por suerte no le impide ir a Australia, las decisiones, la mayoría de las veces, responden a cuestiones tácticas, ya sea del equipo nacional o del equipo del jugador. En esta ocasión, como hace dos años contra Finlandia, en Helsinki, Báez no integrará la formación del seleccionado que viajará a Oslo. El común acuerdo de equipo y entrenadores le va a permitir a Sebastián, quien sí estuvo presente el año pasado cuando se jugó sobre polvo de ladrillo en Rosario, recuperarse y evitar condiciones de juego en la que sus resultados fueron esquivos, como ya ocurrió anteriormente. Además, le dejará tiempo para aclimatarse y prepararse para la gira sudamericana de polvo de ladrillo. Son cuatro semanas consecutivas en las que defenderá 900 puntos, obtenidos en Córdoba, Buenos Aires, Río de Janeiro y Santiago de Chile, tomando en cuenta además que uno de estos torneos -Córdoba- ya fue quitado del calendario.
Esta ausencia permitió el ingreso de un nuevo jugador. Si bien ya había cuatro nombres de jóvenes debutantes en carpeta y pidiendo permiso, será uno de ellos el que tendrá esa oportunidad y por orden de mérito. Mariano Navone no sólo tiene el mejor ranking por detrás de Báez, Cerúndolo y Etcheverry, sino que demostró que puede jugar sobre diferentes superficies y que tiene temple.
De esta manera, Argentina presentará un equipo que puede generar expectativa de victoria, porque tiene carácter y experiencia y que puede estar potenciado, además, por el regreso de Horacio Zeballos. Hay que pensar que, hace tres años, cuando asumió Guillermo Coria, todos los singlistas comenzaron a jugar sus primeros partidos por los puntos en Copa Davis: Báez lo hizo en Buenos Aires, marzo de 2022, Francisco Cerúndolo se tuvo que cargar el equipo debutando en la fase de Grupos de Bolonia, en septiembre de 2022, y Tommy Etcheverry en febrero de 2024, no hace un año, aún.
De no haber contratiempos, Cerúndolo y Etcheverry ocuparán las plazas de singlistas 1 y 2, mientras que Zeballos-Molteni será la pareja que salte a la cancha. Es innegable que la presentación es pretenciosa de victoria porque, con esta formación, Frana va con lo mejor que tiene sobre esta superficie y lo pone a jugar, sin espacio a otro tipo de estrategias. Pero, siempre hay que esperar la adaptación a la superficie y la respuesta dentro de la cancha. En todo caso, no será sencillo, y a tres sets, para Casper Ruud y sus muchachos.
Respecto a la elección de su compañero de ruta, en el rol de sub capitán, ese cargo cayó sobre Eduardo Schwank. De bajo perfil, amable, educado, de gentil sonrisa y también santafesino, de Roldán, se desempeñó muy bien tanto en singles como en dobles. “Edu es una gran persona, tiene experiencia en Copa Davis, es de mi confianza y tiene un perfil muy parecido al mío”, comentó Frana, quien dejó deslizar sobre el final: “Es prioridad lo humano, siempre”. Una frase y un estilo que van a definir su capitanía, además de la discreción y la escasez de títulos mediáticos. No es su característica, tal vez, eso quede para alguno de los entrenadores.
De esta manera, Schwank, quien regresa al mundo competitivo del tenis después de haber tenido una leve incursión por otro deporte, se mostró reconfortado con esta posibilidad. “Cuando me contactó Javier fue algo muy lindo y me hace sentir muy contento”, sostuvo. Eduardo dejó la competencia activa del tenis en 2015. Cuatro años antes, fue finalista de dobles en Roland Garros 2011, junto a Sebastián Cabal (COL), del doble mixto en el US Open, con Gisela Dulko, e integró el equipo argentino de Copa Davis que disputó la final de Sevilla, frente a España. Por otra parte, y es un dato no menor, Schwank había conseguido la medalla de Oro de los Juegos Panamericanos, en Brasil 2007 jugando en pareja con Horacio Zeballos. Razón por la que Tito Vázquez, en 2010, convocaría a ambos para enfrentar a Suecia, en Estocolmo, la serie que marcaría el debut de los dos en Copa Davis.
En síntesis, una buena respuesta a la primera convocatoria de Frana, quien demostró que no improvisa, que es pragmático, que antepone el profesionalismo a las disputas, pero que tiene mucho más en cuenta la parte humana del jugador.