Simona Guatieri nació el 28 de abril de 1990 en Isernia, una pequeña localidad enclavada en la región de Molise, al sur de Italia. En este rincón del país europeo, Simona pasó sus primeros años rodeada de una comunidad modesta y tradicional. Desde joven, su porte elegante y mirada cautivadora comenzaron a llamar la atención en las calles empedradas de Isernia, donde, según conocidos de su familia, se le veía como una niña decidida, de voz clara y objetivos firmes.
La pasión por la moda y el espectáculo llegó temprano. Sin embargo, Simona no descuidó su formación académica. Estudió Ciencias Sociales, un campo que le permitió desarrollar una sensibilidad especial hacia las dinámicas humanas y sociales, algo que luego influiría en su forma de presentarse en público.
A los 18 años, decidió dar un paso crucial: participar en Miss Italia, uno de los certámenes de belleza más prestigiosos del país. Con su andar decidido y su mirada llena de confianza, logró destacarse rápidamente entre las concursantes. Sin embargo, la experiencia fue abruptamente interrumpida por un malestar físico que la obligó a retirarse de la competencia antes de llegar a las etapas finales.
Tras el punto de inflexión que significó su retiro de Miss Italia, Simona Guatieri decidió redoblar sus esfuerzos para hacerse un lugar en el mundo del espectáculo. Fue en el modelaje donde encontró su primer escenario de reconocimiento. También encontró una plataforma de reconocimiento en las redes sociales. Por caso, tiene 187.000 seguidores en Instagram.
El gran salto llegó cuando fue convocada como presentadora del programa “No se lo digas a la novia”, emitido en el canal Real Time, un reality show que retrataba los preparativos y contratiempos de parejas a punto de casarse. Guatieri no solo deslumbró con su imagen, sino también con su carisma y habilidad para conectar con los participantes y el público. Este rol marcó un cambio significativo en su carrera, consolidándola como una figura versátil capaz de brillar más allá del modelaje.
En la cima de su carrera como presentadora, continuó explorando nuevas facetas de su talento. Participó como invitada en programas de variedades, colaboró en eventos benéficos y se convirtió en una figura recurrente en las páginas de las revistas del corazón, donde su nombre siempre estaba asociado a elegancia y profesionalismo.
Simona Guatieri había logrado lo que muchos soñaban: cruzar del modelaje a la televisión con credibilidad y estilo, sentando las bases de una carrera en ascenso. Sin embargo, nuevos capítulos y desafíos estaban por llegar, algunos de los cuales pondrían a prueba no solo su carácter, sino también su capacidad para mantener el control en el ojo del huracán mediático.
Su historia dio un giro significativo cuando conoció al futbolista Keita Baldé, un jugador de origen senegalés que construyó su carrera en algunos de los clubes más destacados de Europa: Barcelona, Lazio, Mónaco e Inter de Milán.
Su relación comenzó en 2017 como un romance discreto, pero con el tiempo se convirtió en una de las parejas más comentadas en los medios italianos y españoles. Keita y Simona compartían un estilo de vida que combinaba el glamour de los eventos deportivos y el lujo de sus viajes internacionales. Para quienes los conocían de cerca, eran una pareja que parecía estar unida no solo por la atracción física, sino por valores comunes y una fuerte complicidad.
El matrimonio consolidó esa unión, y juntos construyeron una familia que parecía sólida frente a las cámaras: se casaron en mayo de 2022 en el Lago Di Como, en una ceremonia que fue calificada por la protagonista como “fabulosa”. Sin embargo, detrás de las imágenes perfectas en redes sociales y las entrevistas cuidadosamente elaboradas, la pareja enfrentaba tensiones que años más tarde se harían evidentes, con dos hijos en común.
Todo explotó cuando, en 2023, y luego del affaire entre Icardi y la China Suárez, Simona se enteró de la relación paralela entre su esposo Keita Balde, quien supo ser compañero del punta argentino en el Inter, y Wanda Nara. Balde, nacido en España, pero que representa a la selección de Senegal, y la italiana, intentaron una reconciliación tras el primer sismo, pero se separaron definitivamente en octubre de 2024.
“Traté de esconder esta situación bajo la alfombra. Estaba tan avergonzada.... Tuvimos una boda increíble, con 200 invitados, y a los pocos meses ya me estaba separando. Para mí fue una fuente de vergüenza. No supe cómo explicárselo a mi familia, le di mucho peso al paso que di. Acabábamos de formar una familia, no podía creer que mi matrimonio estuviera terminando. También traté de convencerme de que todo podría volver a ser como antes”, contó en una entrevista con el programa Fanpage.
Fue el propio Icardi el que le advirtió de la infidelidad. “Seguís publicando fotos de cuando te casaste y él invita a Wanda a Dubai. Siento verte así publicando todo, con el corazón te lo digo”, le dijo sobre el romance que vivía su esposa con su ex colega, que entonces jugaba en el Spartak de Moscú. “Te fuiste con la esposa de alguien que jugaba contigo, hiciste lo peor que pudiste y te fuiste. Para mí el matrimonio se acabó. Siempre tendré mal sabor de boca. Es una familia que ha sido destruida. Era necesario mantener el equilibrio para el crecimiento de los niños. Digo con presunción que no merecía todo esto. Me dediqué a él, fui honesta. Siempre pensé en el hogar, en los niños. Dejé de trabajar para él”, reveló cómo fue el corte del vínculo, más allá del intento trunco de sostener el lazo: “Dentro de mí, algo se había roto”.
El escándalo volvió a corporizarse en los últimos días, cuando salieron a la luz los chats entre Icardi y Nara en los que hablaban del affaire con Balde. “La relación con el jugador fue real, yo se lo conté a Mauro, porque estábamos separados. Él me extorsiona con eso, con mostrar los videos”, aceptó Wanda en diálogo con LAM.
Ante este revival, Simona volvió a las redes y los micrófonos para dar su versión. “El esposo de la señora me contactó y me dijo que hubo una reunión en su casa entre mi esposo y su esposa, con evidencia tomada de la cámara interna de la casa”, fue parte de su descripción.
“Media hora después de esa llamada me envió la señora que había acompañado a mi marido durante días en Dubai, las fotos de ella junto a mi marido, con chats incluidos entre los dos”, continuó.
“Lo que sé es que una mujer que se acuesta con mi marido y luego me manda fotos, ¡no sé cómo llamarla! No les cuento más detalles porque son horrorosos. Lo que me entristece es que, lamentablemente, para hacerles la guerra, se volverá a hablar de esta terrible historia, terminamos en la boca de los leones… y estas cosas saldrán cuando la necesiten”, cerró su versión.
Tamaño revuelo obligó a que Balde, hoy en el Sivasspor de Turquía (sí, Turquía, mismo destino que Icardi, hoy lesionado), debiera hacer un descargo, también en sus redes. “En estas últimas horas mi privacidad ha sido vulnerada. Sigo recibiendo mensajes y llamadas de periodistas argentinos a mi número privado, en mis redes sociales y en el correo de la agencia. Ya dije lo que tenía que decir hace algún tiempo. Para mí es motivo de gran vergüenza estar asociada a una historia de traición. Los chismes los dejo a aquellos que son capaces de construir una ‘carrera’ sobre ellos y definitivamente no soy yo. Lamento que por culpa de terceros que se hacen la guerra entre sí, mi nombre aparece junto al de personas que no respeto. Así que pido amablemente que me dejen en paz”, subrayó.