El automovilismo debería ser algo simple, pero se vuelve cada vez más complicado, como lo demuestran las sanciones que se establecieron durante la última temporada. El año pasado, los comisarios deportivos impusieron 208 penalizaciones en los 24 Grandes Premios. Y Brasil fue el circuito en el que más sanciones se cometieron con 18 penalizaciones, mientras que Bahréin resultó ser el trazado más tranquilo con solo una advertencia para Valtteri Bottas.
En los últimos años, el número de sanciones ha aumentado constantemente: de 96 en 2021, a 140 en 2022 y 170 en 2023. Incluso considerando que en esos años hubo solo 22 carreras, los comisarios han intervenido con mayor frecuencia.
Fueron los mismos pilotos los que solicitaron sanciones más severas, ya que los cinco segundos de penalización muchas veces no tenían impacto en las carreras. Las penalizaciones varían según la infracción, comenzando con advertencias o reprimendas, equivalentes a una tarjeta amarilla en el fútbol, seguidas de sanciones de tiempo que deben cumplirse durante la carrera o añadirse al tiempo total al final.
En 2024 se aplicó cuatro veces la pena máxima: un paso por boxes con una parada de diez segundos.
Cabe recordar que los pilotos acumulan puntos de penalización. Al alcanzar 12 puntos, según el reglamento, se les prohíbe participar en una carrera. Este fue el caso de Kevin Magnussen, quien no pudo competir en el GP de Azerbaiyán. Max Verstappen y Fernando Alonso ingresaron en una zona peligrosa, con ocho unidades cada uno, y deberán aguantar hasta mediados de 2025 para que se eliminen algunos de sus puntos.
Antes del inicio de las carreras, ya se habían impuesto 44 sanciones. Además, se anularon 243 vueltas en la clasificación para el sprint o la carrera principal por exceder los límites de pista. Las infracciones durante los entrenamientos, los cambios de motor y caja de cambios por encima del límite permitido, o modificaciones en la configuración del coche se penalizan con pérdida de posiciones en la largada o un inicio desde el pit lane.
En este sentido, seis participantes fueron descalificados. El caso más destacado fue el de George Russell, quien había ganado en Bélgica, pero su Mercedes quedó 1,5 kilos por debajo del peso mínimo en Spa. Estas descalificaciones también ocurrieron en Mónaco, donde los tiempos de vuelta de ambos pilotos de Haas fueron anulados por usar alerones traseros ilegales.
En cuanto al aspecto económico, el aumento más significativo se dio con las multas que impuso la FIA, ya que se generaron un total de 51 sanciones monetarias, que le permitieron a la Federación Internacional recaudar 332.900 euros, de los cuales 62.500 quedaron en suspenso.
En comparación a la temporada del 2023, las multas habían alcanzado los 107.900 euros, frente a los 116.800 y 113.400 en años anteriores. Este incremento se debe a que, en octubre de 2023, la FIA aumentó la sanción máxima de 250.000 a un millón de euros. Solo las multas por exceder el límite de velocidad permanecieron iguales, pero por otras infracciones se exige más dinero; como por ejemplo obstaculizar a otro piloto puede costar entre 5.000 y 20.000 euros, dependiendo del nivel de peligro.
La entidad justificó esas medidas disuasorias argumentando que los pilotos de Fórmula 1 deben ser modelos a seguir para las nuevas generaciones. Así, Charles Leclerc tuvo que pagar 10.000 euros por usar un improperio en una conferencia de prensa en México; mientras que Yuki Tsunoda fue multado con 40.000 por insultos durante las comunicaciones por radio en Spielberg y otros 10.000 euros por llegar tarde al himno nacional en Montreal.
Naturalmente, la FIA no tolera en absoluto que los pilotos crucen la pista sin autorización. Un caso emblemático fue el de Lando Norris, quien debió abonar 50.000 euros en Miami.
Fueron tantas penalizaciones que motivan a los protagonistas a replantearse el accionar para el futuro. Si bien restan unos meses para inicio de la nueva temporada, los castigos se mantendrán severos y la precaución deberá ser un factor principal para evitar las sanciones deportivas y económicas.