El mundo del boxeo continúa envuelto en la polémica del mediático enfrentamiento entre Mike Tyson, de 58 años, y el influencer Jake Paul, de 27. El combate, que tuvo lugar el 15 de noviembre en el estadio AT&T en Texas, generó una gran expectativa y polarizó audiencias, por las sospechas alrededor de lo que se vio en el ring y por la prestación del ex rey de los pesados, que estuvo lejos de su mejor versión.
El resultado de la pelea —una victoria por decisión unánime para Paul— ha abierto un amplio debate entre expertos y fanáticos, muchos de los cuales especulan que la derrota de Iron Mike, una leyenda del boxeo, pudo haber sido parte de un guion pactado previo al evento. Sin embargo, Tyson rechazó de forma tajante estas afirmaciones. Ante los micrófonos de Fox Sports Radio declaró: “Fue una pelea real. No, no hubo amaño. Ese dinero no va a cambiar mi estilo de vida en absoluto”. Tyson aprovechó para explicar que sus intenciones de regresar al cuadrilátero no estaban ligadas a temas económicos, sino más bien a un deseo personal de reencontrarse con su identidad como boxeador.
El combate no solo generó controversias por su desenlace, sino también por la visible diferencia de condiciones entre ambos peleadores. El físico y desempeño de Tyson, quien no había peleado profesionalmente en casi dos décadas, y había sufrido un problema de salud en junio, dieron lugar a una actuación menos explosiva en contraste con su histórico pasado como campeón de peso pesado. “Al día siguiente, mi cuerpo estaba realmente dolorido. Mi pecho, mi estómago, todo me dolía”, confesó, subrayando que esto es evidencia de la autenticidad del enfrentamiento, añade el diario.
Por su parte, Jake Paul, conocido tanto por sus proezas en redes sociales como por su ascendente trayectoria en el boxeo profesional (ahora ostenta un récord de 11 victorias y 1 derrota), consolidó su fama entre simpatizantes y detractores tras vencer a Kid Dynamite.
En los años 80 y 90, Tyson era conocido por su estilo extravagante de vida y gastos millonarios. En su apogeo, el excampeón amasó una fortuna de aproximadamente USD 400 millones, pero también enfrentó bancarrotas como consecuencia de gastos desmedidos, que incluyeron desde tigres de Bengala hasta una mansión con más de 20 habitaciones. Se especula con que en la pelea ante el ex actor de la factoría Disney, Iron Mike obtuvo al menos 20 millones de dólares.
Pero, más allá de cómo incrementó su cuenta bancaria, la pelea transmitida por Netflix lo devolvió a los primeros planos y le inyectó un nivel de adrenalina que no disfrutaba desde 2020, cuando protagonizó una exhibición ante Roy Jones junior.
“Esa pelea fue una gran subida; estábamos tan arriba, tan eufóricos. Pero cuando la pelea terminó, ¡boom! ¡Guau, me sentí un poco deprimido!”, aceptó, volviendo a dejar sobre la mesa la chance de regresar al boxeo, una idea que su familia no respalda.
“Mi madrastra dice que ha terminado, y son un equipo. Eso es cosa de marido y mujer”, reveló Amir, hijo de Tyson, sobre la postura de Lakiha Spicer. La pelea, en realidad, debió realizarse en julio, pero el brote de úlcera que padeció el mítico deportista en un vuelo a Los Ángeles lo forzó a la postergación.
“Casi muero en junio. Recibí ocho transfusiones de sangre. Perdí la mitad de mi sangre y 25 libras (11,3 kg) en el hospital y tuve que luchar para recuperar la salud y poder pelear, así que gané”, subrayó tras su derrota hace un mes y medio.