A la hora de definir al ganador en una tanda de penales, los protagonistas intentan utilizar todos los recursos disponibles para alcanzar su objetivo. Por eso, la batalla comienza antes de que el lanzador golpee la pelota, y el juego mental puede ser clave para ganar el mano a mano. En Japón, un guardameta empleó una estrategia insólita para distraer a su contrincante.
En una tanda que llegó a incluir 28 lanzamientos, un portero intentó desconcentrar a su rival bailando a lo largo de la línea de gol, en un estilo similar que algunos compararon con las herramientas que emplea Emiliano Dibu Martínez. Sin embargo, su estrategia no tuvo éxito, ya que el jugador contrario convirtió el penal sin problemas, prolongando la emocionante definición.
La acción recordó el baile que realizó “Dibu” Martínez en la final de la Copa del Mundo de Qatar 2022, cuando el arquero argentino desconcentró a Aurélien Tchouaméni, quien falló su remate desde los once pasos, permitiendo que la selección argentina obtuviera su tercera estrella en suelo qatarí. No es el único recurso del marplatense, que también apela a juegos psicológicos variados, como los que sufrió el colombiano Yerry Mina en la Copa América 2021: el recordado “mirá que te como, hermano”.
El suceso ocurrió este domingo en el Winter Kokuritsu, reconocido torneo interestatal de institutos en el país del Sol Naciente, que se convirtió en el centro de atención por la exótica táctica. Esta competición, altamente valorada en Asia, se destaca por ser una plataforma clave para la presentación de jóvenes talentos del fútbol japonés, atrayendo un seguimiento significativo debido a su prestigio en la región.
Con 103 años de historia, el “All Japan High School” es un torneo sub 18 de categoría escolar en el que compiten representantes de las cuarenta y siete prefecturas de Japón. Esta competición, parte fundamental del desarrollo futbolístico en el país, se ha convertido en el primer paso para muchos jóvenes que sueñan con alcanzar el éxito profesional.
La formación minuciosa y el enfoque en el desarrollo integral de los deportistas han convertido a Japón en una de las selecciones nacionales más fuertes de Asia. Torneos como este permiten a los jugadores adquirir una base futbolística sólida, demostrando que el trabajo duro y los métodos tradicionales pueden ser más efectivos que grandes inversiones económicas.
En la edición actual del “All Japan High School”, los encuentros desde la primera ronda hasta los cuartos de final tienen una duración de 80 minutos, divididos en dos tiempos de 40 minutos. Por su parte, las semifinales y la final adoptan el tiempo reglamentario estándar de los partidos profesionales, con 90 minutos divididos en dos mitades de 45 minutos cada una. En caso de empate, los partidos se definen directamente en la tanda de penales, salvo en la final, en la que se disputa una prórroga si persiste la igualdad tras el tiempo reglamentario.
En el certamen las 47 prefecturas organizan eliminatorias locales para determinar qué escuelas secundarias representarán a cada región en la competición. En el caso de Tokio, debido a la gran cantidad de escuelas afiliadas a la Federación Japonesa de Fútbol de Escuelas Secundarias, se clasifican dos equipos en lugar de uno. Además, los elencos que participan en ligas de nivel superior obtienen un pase directo a las etapas más avanzadas de sus eliminatorias locales, incorporándose habitualmente a partir de la tercera o cuarta ronda.