Durante la mañana de Navidad, en las calles de la Ciudad de Buenos Aires se produjo un hecho llamativo, ya que dos diplomáticos de origen ruso se negaron a que los agentes de tránsito le realizaran el control de alcoholemia y generaron un escándalo que fue televisado en vivo y en directo.
El caso rápidamente se transformó en el tema del día y, como si algo le faltara a la de por sí inusual situación, en medio de los móviles de TV, apareció un hombre con la camiseta del club Nueva Chicago. El sujeto, también oriundo de Rusia, pero ajeno al caso, intentó ser el mediador entre los agentes de tránsito y el diplomático que se negaba a bajar del coche, brindó su testimonio.
En medio de las preguntas de los periodistas, el joven ruso que lucía la casaca verde y negra del conjunto de Mataderos respondió el por qué del uso de la indumentaria del Torito: “Es por mi amigo que es hincha de Nueva Chicago y vino a visitarme a Rusia. Es un orgullo ser de Mataderos”.
Por su parte, ante la situación que se hizo viral, Nueva Chicago se expresó en sus redes sociales con un posteo que incluía el video del joven ruso con la camiseta de la institución y una frase: “Qué aburrido ser hincha de un club normal. Yo soy de Chicago y me gusta el vodka” (junto al emoji con la bandera de Rusia).
Qué ocurrió en Recoleta con los funcionarios rusos
El primer conductor de un auto diplomático de la embajada de Rusia, identificado como Sergei Baldin, se negó a realizar el control de alcoholemia alrededor de las 10.45, tras ser detenido en el marco del operativo de seguridad vial desarrollado en Avenida del Libertador al 1000.
Baldin (38), a bordo de un Volkswagen Vento blanco con dominio “D094CSB”, no accedió a brindar la documentación requerida por el puesto de control ni a realizar el test con el alcoholímetro para que determine el nivel exacto de alcohol en sangre.
La Policía de la Ciudad trabajó en el lugar tras el llamado de los agentes de tránsito y, finalmente, los oficiales escoltaron al auto hasta la Embajada de Rusia. Una vez allí se realizó el acta correspondiente.
Según informaron fuentes oficiales a Infobae, el Ministerio de Seguridad de la Nación y la Cancillería enviaron al departamento de Seguridad Diplomática de la PFA para hacerse cargo y cumplir con la Convención de Viena y las leyes que rigen las relaciones diplomáticas. Las actuaciones seguirán por canales federales.
El artículo 41, inciso 1, de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, dice: “Todas las personas que gocen de privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor”.
El vehículo llegó a las 12 a la embajada rusa, ubicada en Rodríguez Peña al 2700, escoltado por la Policía. Para poder realizar el procedimiento, se cortaron las calles en las inmediaciones del lugar, según informó LN+.
En tanto, el segundo episodio tuvo lugar una hora después. El conductor del otro auto diplomático, un Toyota Corolla, se negó, en el mismo control del barrio porteño de Recoleta, a realizar el test de alcoholemia.
Fuentes oficiales informaron a Infobae que se trata del ciudadano ruso Salomatín Cardmath. Finalmente, fue también escoltado a la embajada de su país.
Ninguno de los dos funcionarios accedieron al control de alcoholemia y en ambos casos se labraron actas por la infracción 7062, se considera que dieron positivo por defecto.
Finalmente, tanto Baldín como Cardmath ingresaron a la embajada rusa, mientras que los autos fueron guardados en el edificio.
“Según la convención de Viena sobre las relaciones diplomáticas, los vehículos diplomáticos no pueden ser objeto de ninguna parada o registro. Consideramos lo ocurrido como una grave violación del derecho internacional, sobre todo sobre sus disposiciones sobre inmunidades diplomáticas”, informó el primer secretario de la Embajada desde las puertas del lugar.