Lionel Messi marcó los corazones de millones de personas. Su talento en una cancha de fútbol emocionó y deleitó a fanáticos de todo el mundo a lo largo de sus más de 21 años de carrera como jugador profesional tras aquel debut con el Barcelona en un amistoso contra el Porto. Su vida pasó por muchos estadíos, tan alegres como tristes. Entre otros, los títulos en España, su renuncia y regreso a la Selección, el ciclo Scaloni, el bicampeonato de la Copa América y la consagración máxima en el Mundial 2022, del cual se cumplieron dos años de la final contra Francia.
Con motivo de esta fecha, hay un detalle puntual de esa ceremonia de premiación, que es puesta a la luz en Messi íntimo (Editorial El Ateneo). El libro, escrito por el periodista Ariel Senosiain, recorre la trayectoria del 10, desde sus comienzos en el Club Abanderado Grandoli hasta su paso a la MLS con el Inter Miami. Allí, incluye una combinación de entrevistas propias y recopilación de archivo con distintas personas que han pasado por la vida del crack rosarino.
En relación a esa definición en el Estadio Lusail contenía dos elementos que nunca se divulgaron en fotos o videos de ningún tipo. Una de ellas tenía que ver con la túnica, llamada bisht, que se colocó Leo antes de alzar la Copa del Mundo. “El dato desconocido es que había dos túnicas, una por cada capitán”. Lo afirma Senosiain en base a la declaración que le formuló el embajador nacional en Qatar, Guillermo Nicolás: “Así como había un micro descapotable con los colores de Argentina y uno con los de Francia que nunca se vio, también contaban con una bisht con el talle de Hugo Lloris, el capitán francés”.
Ese fue el corolario de una historia iniciada en Rosario. La historia cuenta que Salvador Aparicio, entrenador de varias categorías en Grandoli en ese momento, necesitaba un chico para completar un equipo conformado por pares de 5 o 6 años y se acercó hasta la posición de Celia -madre de Lionel– para pedirle el permiso de incluirlo a ese niño de tan solo 4 años que pateaba una pelota contra la pared. Ella habría dudado y la abuela habría intercedido para dejarlo jugar. Sin embargo, Marcela, la tía del astro, tiene una versión muy diferente con la abuela como protagonista central.
“¡Mi mamá fue! Ella le veía un don. ‘Ponelo a mi nieto’, le dijo al técnico en esa famosa tarde en la que le faltaba uno. ‘Pero si es muy chiquito’, le contestó el hombre. ‘Haceme caso’. Y le insistió hasta que lo convenció: ‘Está bien, abuela, lo voy a poner’”, confesó. Ubicó a ese chiquilín sobre la banda derecha, simplemente para que esté cerca de su madre. “Si se largaba a llorar, ella lo sacaría”, llegó a contar Aparicio en una charla con algunos canales españoles.
La abuela, a la que le dedica cada gol y quien le tuvo confianza desde la primera hora, falleció antes de que Messi cumpla 11 años. El crudo testimonio de Marcela sobre esa muerte saca del baúl de los recuerdos un episodio que le puede erizar la piel a cualquiera: “Cierro los ojos y veo a Leo, chiquito, recostado en el cajón. Se quedó agarrado y lloraba. Tenía 10 años, pero también tenía conciencia total de lo que pasaba. Qué tristeza. Todos sufrimos, pero para Lionel y para Emanuel, mi hijo, fue tremendo”.
Su efímera etapa en Newell’s fue seguida por un viaje a España para buscar un club que pudiera hacer frente al tratamiento médico que necesitaba tras haberle detectado un déficit en la hormona de crecimiento. Luego de efectuar su segundo viaje en avión en toda su vida, la Pulga la rompió en su primera prueba y lo fueron probando con chicos mayores a él con el paso de los días. En un momento, le expresaron a su primer representante, Fabián Soldini, sus dudas por contratarlo debido a un singular motivo: “Un día me dijeron que no podrían ficharlo porque no querían incorporar a chicos con lesiones. Lo habían visto vendarse. Tuvimos que explicarles que vendarse incluso por arriba de la media era una costumbre en la Argentina”.
La familia Messi regresó a Rosario a la espera de un llamado. Mientras tanto, el presidente del Blaugrana, Joan Gaspart, se desentendía de la posibilidad de hacerle un contrato al joven maravilla. “No le importaba el tema. ‘Tengo problemas importantes y ustedes me hablan de un chico de 13 años’, nos decía”, relató el abogado Juan Mateo, que tenía cercanía con Josep Minguella, representante y persona de influencia en el Barcelona.
El famoso contrato en una servilleta le puso fin a las especulaciones y cerró un círculo iniciado con un particular video mostrado por Soldini a Mateo para motorizar el viaje a España. No fueron únicamente jugadas puntuales, le mostró también jueguitos con objetos poco comunes. “No podía llevar un video solo de jugadas, porque iba a parecer editado solo con lo mejor de un partido. Por eso, le di (a Messi) una pelota de tenis, una de ping pong y un kilo de naranjas. Le dije que practicara, que cuando llegara a cien con cada una me llamara, así lo grababa. Era lunes. Me llamó el jueves. ‘Ya está’. El video incluía jugadas, goles y esa maravilla”, narró en una de las páginas del libro compuesto por 15 capítulos divididos en cinco partes.
Su adaptación a La Masía transcurrió entre gambetas, chiches, fantasías, goles y asistencias. Su demostración de habilidad caldeaba los ánimos en algunos rivales y Gerard Piqué emergió como su guardaespaldas personal. “No le peguen, no hace nada malo”, decía para desalentar un golpe como reprimenda a sus lujos. Víctor Vázquez, otro de los cracks de la categoría ’87 del Barcelona, reveló cómo lograron unir al argentino con el grupo: la tecnología estrechó vínculos. “Fue clave la Play para la necesaria integración. Armábamos torneos y no dejaba uno por ganar”, se sinceró sobre el último jugador en sumarse a ese plantel.
El 16 de octubre de 2004 debutó en la Primera División del conjunto español y el 24 de agosto de 2005 estuvo en boca de un entrenador de clase mundial. Fabio Capello, DT de la Juventus, lo enfrentó por el Trofeo Joan Gamper y, en medio de la exhibición de ese chico de 17 años, le preguntó durante el partido a su par del Blaugrana, Frank Rijkaard, si podían cedérselo durante esa temporada para la Vecchia Signora. El cuadro de Cataluña estaba sobrepasado en la cantidad de extranjeros habilitados, pero Rijkaard no titubeó: “No te preocupes, ya veremos qué hacemos para ponerlo”.
Sus dos décadas en España (se marchó al PSG en 2021) le permitieron sumar horas de fútbol contra rivales importantes en el ámbito español, como lo eran Real Madrid y Atlético Madrid. El Colchonero lo sufrió en carne propia con 24 goles marcados en 43 partidos y Diego Simeone tenía una técnica para evitar intimidar a sus dirigidos cuando se enfrentaban a Leo. Lo reveló el futbolista retirado Filipe Luís en un podcast en 2023 y es citado en la recopilación de declaraciones: “Simeone nunca utilizaba su nombre. Decía: ‘Marcá al enano, marcá al enano’ para no asustar a los jugadores”.
Este tipo de relatos demuestran que aún hay muchas cosas por conocer de Lionel Messi. A sus 37 años, el astro de la selección argentina debió pasar por muchos momentos que le señalaron el camino hasta su desembarco en los Estados Unidos. Hoy en día, falta poco para que se apague la llama de jugador profesional, pero hay que disfrutar mientras siga encendida.