Alejandro Gómez, campeón del mundo con la selección argentina en 2022, compartió en una entrevista su experiencia tras recibir una sanción de dos años por dopaje. Durante la charla, el Papu destacó el papel clave que jugó el técnico de la Albiceleste, Lionel Scaloni, quien se mantuvo en contacto y mostró cercanía mientras el jugador atravesaba este complicado proceso.
“Scaloni me llamaba cada dos o tres meses, me escribía preguntando cómo iba todo, si había novedades. Siempre se mostró muy cercano a mí, siempre se preocupó por todo. A ver, no me podía ayudar mucho, pero siempre se mostró muy solidario y es una de las personas que siempre estuvo muy pendiente de todo”, detalló en la entrevista que realizó con el medio español Relevo.
La noticia de la sanción de Gómez, vinculada al consumo de un jarabe para la tos que contenía terbutalina, una sustancia prohibida, llegó en un momento crítico: días antes de la final del Mundial de Qatar. Según relató, recibió la notificación por correo electrónico mientras se preparaba para enfrentar a Francia en el partido más importante de su carrera. En medio del desconcierto y la presión, optó por no informar a todo el plantel para no desviar la atención del torneo.
“Fue horrible, fue horrible. Creo que es de lo peor que le puede pasar a un deportista, salvo una lesión importante: un caso de doping. En mi caso, imagínate, viviendo el mejor momento de mi carrera, por estar en una final de un Mundial, abro el correo de mail y veo CELAD. Veo el email ahí: Alejandro Gómez, CELAD, antidoping, positivo, terbutalina. Digo, ¿qué es esto? No entendía nada. Cuando le pregunto al doctor qué era ‘terbutalina’, me dice que generalmente está en los jarabes para la tos. Inmediatamente voy a preguntar a mi mujer si había algún jarabe de tos en casa que tenga esta sustancia. Y sí, había un jarabe para la tos que se llama Flutox. Y ahí me di cuenta que me había tomado el jarabe del niño. Y bueno, ahí te juro que enfermé“, señaló.
Luego de mantener un extenso silencio, el Papu había tocado el tema días atrás en Clank! con el periodista Juan Pablo Varsky. En este caso, decidió volver a referirse a lo sucedido y relatar lo que vivió hasta que se hizo oficial la noticia, diez meses después del Mundial, en octubre del 2023. “En el momento no quise decir nada (en la selección argentina) porque no me parecía justo y sería de mi parte muy egoísta con el partido más importante todas nuestras carreras decir algo así, no había que correr el foco de esta situación y el partido. Después sí se lo comunique al técnico, al doctor y a algunos compañeros con los que tenía más confianza”, señaló.
“Una vez terminó el partido tenía la sensación de felicidad por haber conseguido el título y, por el otro lado, el vacío de esa incertidumbre de no saber qué va a pasar con mi futuro. No sabía si me iban a suspender en el momento o después de una semana. Un campeón del mundo que iba a salir en las noticias: la gente piensa cualquier cosa con este tema del doping, piensa que uno se droga y al final no tiene nada que ver”, argumentó.
Durante la espera convivió con la incertidumbre del impacto que tendría la noticia y de la extensión del castigo: “Todos los días me levantaba pensando que, bueno, hoy me van a suspender. Yo decía: ‘Hoy va a salir la noticia en los medios’. Y eso fue un dolor por dentro muy muy grande. O sea, ni para dormir. Te soy sincero, dormía poco, me levantaba a las 4 o 5 de la mañana todas las noches, me costaba respirar con ataques de ansiedad...“.
El Papu cumplirá 37 años en febrero del 2025 y mantiene intacto el deseo de volver a jugar para retirarse profesionalmente dentro de una cancha. Si bien la sanción está firme y se extiende hasta octubre del próximo año, Gómez insiste con la jurisprudencia reciente: el beneficio que recibió de la Agencia Española el futbolista Raúl de Tomás.
“Yo no tengo nada contra Raúl de Tomás ni contra nadie. Sí que me llama la atención de los hechos y de por qué uno un mes y el otro dos años. ¿Por qué a mí la pena máxima y por qué a él nada? La multa económica es lo de menos porque somos jugadores de primer nivel que ganamos muchísimo dinero, le podrían haber puesto un millón de dólares de multa que la hubiera pagado con tal de no ser suspendido. 3.000 euros me parece que es irrisorio. Me causa gracia porque la CELAD, durante muchísimos años, hicieron las cosas muy mal. Está a la vista todos los casos de doping que han cubierto y me da la sensación de que conmigo se quieren colgar la medalla. Entonces no logro entender por qué tanta maldad conmigo. Yo no quiero ir de víctima ni nada. Yo el error lo cometí, yo el jarabe me lo tomé, pero no por eso me tengo que comer dos años suspensión".