Este miércoles se registró un episodio de inseguridad en la localidad bonaerense de Sarandí, Avellaneda, cuando dos delincuentes irrumpieron en la casa de un hombre de 88 años, a quien ataron, golpearon y le robaron distintas cosas de valor, entre ellas algo sagrado en su amor por el fútbol: un escudo de Atlético de Rafaela que estaba localizado en una parte de la vivienda.
Esta historia se dio a conocer en medio de un móvil con el canal América 24, en el cual Ismael les quería mostrar este objeto con los colores de la Crema, y allí se llevó la sorpresa de que también había sido sustraído: “Hincha, hincha, soy de este, mirá… ¡Uh, se lo llevaron también! ¿Qué era? El escudo de Atlético Rafaela. Qué hijos de puta”, contó durante el intercambio con los periodistas. Atentos a esto, desde la institución santafesina llevaron a cabo un emocionante gesto.
En sus redes sociales, el elenco que acaba de descender al Torneo Federal A (tercera categoría) escribió: “Hace unos días, Ismael sufrió un brutal robo en su casa de Sarandí. Entre las cosas que le robaron, había un banderín de nuestra institución. Hoy lo visitamos para acompañarlo y dejarle unos presentes. ¡Gracias por recibirnos y desde acá te apoyamos en tu recuperación!”.
El portal local Aire de Santa Fe precisó que algunos dirigentes se acercaron a Buenos Aires y le obsequiaron una camiseta del club de sus amores y un nuevo banderín. Esto se suma a que podrá ir a un partido de la entidad en el Monumental de Rafaela en 2025.
El incidente sufrido por Ismael en avenida Manuel Belgrano al 2.300 registró el robo de 400.000 pesos y 7.000 dólares, el auto (un Alfa Romeo 146, que luego apareció porque tenía un rastreador) y un televisor, según las primeras informaciones. “No creo que tuvieran el dato de esa plata, porque hace muchísimos años que yo vengo juntando pesito por pesito. He comprado en Lanús hace 10, 12 años, estaba barato el dólar. Hice unos trabajos buenos y lo invertí ahí”, manifestó el hombre, que se dedica a la herrería artística.
“Yo estaba durmiendo plácidamente, tomo unas pastillitas para dormir, entonces estaba durmiendo lo más bien y siento que me agarran. Me dicen ‘quedate quieto porque estás entregado’”, agregó sobre los detalles del robo en charla con la prensa. Le ataron las piernas y las manos y comenzaron a golpearlo: le dieron cachetadas y lo atacaron con el mango de un cuchillo en la cabeza y el rostro. También lanzaron dos puñaladas, que dieron en el colchón.