El día después de las elecciones que consagraron a Diego Milito como nuevo presidente de Racing, Avellaneda amaneció distinta. Por un lado, ya hubo contactos para que Gustavo Costas siga siendo el director técnico y también empezaron a abocarse a la retención de algunas figuras, sobre todo Juanfer Quintero. Pero por las calles que circundan al Cilindro, el tema de conversación era otro: la guerra que se viene por el control de la tribuna y las esquirlas del primer combate que se produjo en la tarde de ayer, cuando las urnas acababan de cerrar, el triunfo del ídolo era inevitable y la barra disidente quería dejar en claro que un cambio de autoridades significaba también un cambio de mando en la popular. Y eso no se dirime nunca en una charla civilizada, sino en una batalla que dejará sangre más temprano que tarde.
La pelea está dada entre el grupo de Leandro Paredes, el capo de Los Pibes de Racing, que tomó el control de la popular en 2021, tras la pandemia, desbancando a la vieja Guardia Imperial; y un ex segundo de él, Matías Alfonzo, alias Cara de Paty, que quiso mejicanearle la barra en 2023 y quedó fuera de juego. Lo que llamó la atención es que el domingo, con su grupo, llevó una bandera con su nombre, pero entre los barras había caras conocidas de algunos equipos del Ascenso. Los más llamativos eran los de Alvarado, que están considerados entre los más picantes de la Costa bonaerense, que aportaron músculo y trompetas para la disidente. Habían salido de La Feliz en un micro ese mismo domingo a primera hora, fueron recibidos en Wilde por la gente de Cara de Paty y ahí esperaron el momento de entrar en juego: apenas llegó la confirmación de la derrota de la dupla Devia-Blanco, encararon para el Cilindro por la avenida Colón y llegaron hasta Lavalle, donde empezaron, como se ve en los videos, a desafiar al grupo oficial insultando al mismísimo líder actual, hasta que éste salió con su gente. Justo llegó Infantería y despejó todo con disparos de postas de goma y la situación no pasó a mayores. Eso sí, en la Primera de Avellaneda hubo dos demorados, Federico Goris y Osvaldo Gabriel, un policía herido de un piedrazo y un secuestro; el de la bandera con la leyenda “La banda de Mati”. Y eso es parte de la próxima historia.
Porque Alfonzo entendió anoche que Paredes sigue sostenido por ahora por sus vínculos gremiales, políticos y policiales. Pero cree que la nueva dirigencia no lo va a mantener, más que nada porque su grupo, Los Pibes de Racing, jugó fuerte por la continuidad del sector referenciado en Víctor Blanco. Pero sabe que para ganar la barra necesita más. Y que se hayan visto algunos referentes de Alvarado es sólo la primera parada de un viaje multibarra que quiere llevar adelante. Cara de Paty y su grupo tienen decidido copar la barra el 20 de enero, cuando juegue su primer partido oficial la Academia en 2025, nada menos que contra Botafogo por la Recopa Sudamericana. Y bajo esa meta está convenciendo a barras del Sur del Conurbano a sumarse a lo que supone una gesta. Y este lunes fue también a buscar mano de obra a la Vieja Guardia Imperial, con la que estuvo enfrentado a muerte. Ofrece una alianza para ganar el paravalanchas y después compartir los beneficios, mirando el modelo de La Doce, donde Rafael Di Zeo y Mauro Martín, antes enemigos íntimos, terminaron aliándose para desbancar a Fido De Vaux cuando entendieron que cada uno por su cuenta no podía hacerlo.
Bajo esta premisa, Cara de Paty quiere convencer a Raúl Huevo Escobar, el histórico líder, que desde las sombras mueva algunos hilos para que se sume toda la barra de Dock Sud a su emprendimiento. Ahí el lazo lo hace otro barra llamado Diego Quintana. Ya hubo cruces telefónicos y, si bien Escobar no quiere exponerse, aún tiene la sangre en el ojo por lo que vivió en la semifinal contra el Corinthians, cuando fue divisado en la platea junto a su otrora segundo, el paraguayo Nelson Medina Lopetegui, y tuvieron que ser resguardados en el palco del sponsor Sur Finanzas por la Policía. El dueño de Sur Finanzas, Ariel Vallejos, es íntimo de Escobar.
En esta idea de ir a buscar viejos enemigos, también se contactaron con Facundo Repetto y Héctor Otero, alias Majin Buu; ambos ya salieron de prisión y quieren tener una revancha en la popular contra Paredes, al que acusan de todos sus males. Y hay un cuarto grupo al que también ubicaron, que es toda una nueva generación de hijos y sobrinos de viejos caciques de la tribuna, que se hacen llamar La banda del Negro Ramos, por un histórico ya fallecido llamado Andrés Améndola y que aceptaron poner el músculo para ir a la guerra.
Para tener el contexto definitivo, Alfonzo cree que la vieja Guardia Imperial podría ser el nexo con la nueva Comisión Directiva. En su entorno recuerdan que Diego Milito estuvo como jugador en el club en la era en que dominaba Huevo Escobar, y que cuando asumió como Secretario Técnico en 2017 pisaban fuerte ya Josi Repetto (hoy retirado de estas lides, se verá si así se mantiene) y su sobrino, Facundo. Y que, cuando se fue peleado con la dirigencia en noviembre de 2020, ya estaba merodeando el club el propio Cara de Paty. Habrá que ver entonces hasta dónde y cómo se juegan estas nuevas cartas. Porque en principio Milito no tiene intención de tener ningún tipo de barra, aunque eso parece una utopía en la Argentina. Y los barras están dispuestos a hacérselo saber. De un lado, la actual, la de Leandro Paredes, que está hablando con sus apoyos políticos y sindicales para que no le suelten la mano. Del otro, Cara de Paty, que está con el celular caliente marcando números de viejos barras para que se sumen a su ejército. Ambos bandos marcaron con una cruz la fecha: 20 de enero de 2025. Será la primera prueba de fuego para la Seguridad y para Diego Milito.