Gustavo Quinteros ya había sido campeón en Bolivia (con Blooming, Bolívar y Oriente Patrolero), en Ecuador (con Emelec) y en Chile (Universidad Católica y Colo-Colo). Le faltaba una vuelta olímpica en su país, en Argentina, donde nació el 15 de febrero de 1965 en Cafferatta, Santa Fe. De hecho, luego de pasos por Argentinos Juniors y San Martín de San Juan, llevaba 16 años destacándose en los bancos de suplentes de otros territorios, pero la oportunidad en la Liga Profesional no le llegaba. Se animó Vélez a comienzos de 2024, tras la salida de Sebastián Méndez, quien había liderado al equipo en la pelea por mantenerse en la élite. Y vaya si acertó el Fortín...
Con una impronta equilibrada, pero ofensiva, y con pasajes de muy buen fútbol a lo largo del año, el conjunto de Liniers se consagró campeón del torneo de Primera División. El 2-0 ante Huracán fue el cierre más acorde a lo que ofreció el elenco a lo largo de 2024. Pudo haber celebrado en la Copa de la Liga, pero Estudiantes le arrebató la ilusión en los penales. Pudo haberse probado la corona en la Copa Argentina, pero la final quedó en manos de Central Córdoba de Santiago del Estero. La Liga Profesional hizo justicia. Para Vélez y para Quinteros, que al fin fue profeta en su tierra.
“Es un mérito total de la evolución de cada jugador. El 80% de estos jugadores el año pasado peleó por no descender, para salvar a este gran equipo y dejarlo en Primera, y hoy son campeones. Tuvieron una temporada extraordinaria, que se apagó un poco por el desgaste, que nos afectó, pero podríamos haber hecho más diferencia antes”, analizó el Cabezón, ex defensor con pasado en San Lorenzo y nacionalizado boliviano (disputó el Mundial de Estados Unidos 94 con el seleccionado del Altiplano).
“Hoy fue un partido espectacular de todo el equipo, la propuesta fue plasmada en la cancha. Merecimos hacer el gol antes. fallamos un par, pero se dio y fuimos en busca de más goles. Los jugadores merecían esto, hicieron una gran temporada y había que coronarla con un título”, continuó desgranando lo ocurrido en el césped del José Amalfitani.
El Fortín venía de un golpe de gran dimensión: había caído el miércoles en la final de la Copa Argentina disputada en Santa Fe, cuando llegaba como favorito ante Central Córdoba. Bonus track: tras el cotejo, se dio un enfrentamiento entre algunos futbolistas e hinchas en la tribuna. Un escenario poco propicio para encarar un partido como el de este domingo. Sin embargo, con la estrategia de Quinteros, el plantel logró dar vuelta la página. “Laburamos mucho psicológicamente, motivándolos, no se podía trabajar en el campo. Hoy metieron, corrieron, jugaron bien”, explicó su plan, que dio resultado.
“Siempre, siendo argentino y trabajando como 18 años afuera, tenía muchas ganas de volver y de conseguir un título acá”, se emocionó tras lograr el reconocimiento que se le había negado en Argentina hasta el momento. La Liga Profesional fue su decimotercer título con el buzo de entrenador. Sin embargo, pese a haber cumplido un sueño, no se conforma. “El sábado hay otra final, ahora vamos por más”, concluyó, en alusión al Trofeo de Campeones ante Estudiantes.