La FIFA anunció oficialmente la elección de Arabia Saudita como la sede del Mundial 2034, consolidando su presencia en el escenario futbolístico global. Esta decisión, tomada durante un congreso extraordinario realizado por videoconferencia, marca la tercera ocasión en que la Copa del Mundo se disputará en territorio asiático, siguiendo a Corea del Sur y Japón en 2002 y Qatar en 2022.
El proceso de selección, el cual se ha desarrollado durante el último año, ha sido exhaustivo. La FIFA resaltó que tanto la candidatura conjunta de España, Marruecos y Portugal para 2030 como la de Arabia Saudita para 2034, superaron con éxito los estándares mínimos requeridos para la organización del torneo. Esta evaluación fue confirmada tras una reunión virtual del Consejo de la FIFA, que destacó el desarrollo satisfactorio del proceso desde octubre de 2023, cuando se aprobaron ambas candidaturas.
El rol del Consejo de la FIFA ha sido fundamental. Los informes de auditorías independientes confirmaron que el proceso de evaluación se llevó a cabo con objetividad, integridad y transparencia. Publicados a finales de noviembre, estos informes asignaron a las candidaturas de España, Portugal y Marruecos una puntuación de 4.2 sobre 5, mientras que Arabia Saudita obtuvo la misma calificación, reflejando la firme competencia entre las propuestas. La puntuación media para Argentina, Paraguay y Uruguay, que celebrarán partidos del centenario en 2030, fue de 3.6 sobre 5.
Arabia Saudita ha presentado una ambiciosa propuesta para 2034, enfocándose en cinco ciudades anfitrionas: Riad, Yeda, Jobar, Abha y Neom. Con un total de 15 estadios, incluidos ocho de nueva construcción que ya avanzan en las obras para ser utilizados en la Copa Asiática 2027, el país está preparado para recibir a los aficionados del fútbol mundial.
El estadio internacional Rey Salman en Riad, con capacidad para 92,760 espectadores, será el escenario de la inauguración y la final del torneo. Sin embargo, el calendario aún no está definido, y la FIFA ha señalado algunas limitaciones naturales que deben considerarse, elogiando la flexibilidad de la candidatura para asegurar que el evento se desarrolle en las condiciones más favorables.
La propuesta saudí no se centra exclusivamente en la infraestructura. Arabia Saudita ha realizado un considerable esfuerzo para abordar cuestiones de derechos humanos, compromiso que ha sido destacado por la FIFA junto a las iniciativas propuestas por los grupos de interés locales. Esta atención hacia los derechos humanos es parte de un esfuerzo más amplio por presentar al país como un anfitrión moderno y preparado para uno de los eventos deportivos más importantes del mundo.
Con la aprobación de estas candidaturas, la FIFA continúa su estrategia de expansión del fútbol a nivel global, llevando el Mundial a distintos rincones del planeta. La elección de Arabia Saudita para 2034 no solo refuerza la importancia de Asia como un mercado crucial para el fútbol, sino que también refleja la creciente influencia del país en el deporte. La decisión es un testimonio del poder transformador del fútbol, un deporte que, más allá de la competencia, busca unir naciones y culturas bajo la misma pasión.