La tensa discusión entre Cavani y Zeballos después del gol con el que Boca abrió el marcador ante Gimnasia

Una situación llamativa se dio instantes después del gol de Milton Giménez que le permitió a Boca Juniors abrir el marcador en el duelo ante Gimnasia La Plata por la Liga Profesional. En el momento en el que el plantel regresaba a su campo para el saque del medio de la visita, con la efervescencia del festejo aún a flor de piel, se desarrolló una tensa discusión entre Edinson Cavani y Exequiel Zeballos, quien justamente había asistido al delantero ex Banfield para que quebrara la paridad en el cotejo.

Corrían 15 minutos de la primera parte cuando el Changuito encaró de izquierda hacia el centro, corrió riesgo un par de veces de perder la pelota, pero la terminó cediendo hacia el centro para Giménez, quien controló de derecha y, sin anunciar sus movimientos, sacó un sorprendente remate de zurda que vulneró la resistencia del arquero Marcos Ledesma. Hasta ahí, todo era alegría en el Xeneize, que necesitaba reponerse de la caída ante Vélez por 4-3 en las semifinales de la Copa Argentina. De hecho, antes del pleito, La Bombonera se hizo escuchar con algunos cánticos que denotaron exigencia, como el clásico “a ver, a ver los jugadores si quieren oír...”.

Llegaron el festejo, los abrazos y el impensado cruce. Durante su retroceso hacia su campo, Zeballos, de 22 años, chocó palmas con Giménez y le respondió algo al experimentado atacante uruguayo, de 37, que pareció reprocharle no haber cedido el balón en la primera secuencia de la acción de la conquista. Al veterano punta no le gustó la réplica y lo fue a buscar.

* El grito de Giménez en el primer tiempo

Mientras el Changuito trotaba para recuperar su posición, Cavani lo siguió. Lo tomó de atrás en un abrazo enfático y siguió con su planteo. Zeballos volvió a responderle y quiso sacarse el brazo que lo envolvía. La escena fue captada por la transmisión oficial.

En el cierre del ida y vuelta, Edinson le dio un empujoncito y el santiagueño ensayó un gesto con su mano derecha. En efecto, el juvenil surgido de las Inferiores fue uno de los hombres más desequilibrantes del conjunto de La Ribera, pero su exceso de confianza lo llevó en varios pasajes a no soltar la pelota cuando lo pedía la jugada y así dilapidó más de un contragolpe favorable para el dueño de casa.

Desde el arribo de Gago al banco de suplentes y tras haber superado varias lesiones graves, el Changuito ganó continuidad en el primer equipo. De hecho, venía de anotarle un golazo al Fortín en Córdoba.

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