En un polémico enfrentamiento que tuvo lugar el 9 de noviembre durante el UFC Vegas 100 Fight Night, la luchadora de MMA Luana Pinheiro quedó en una situación crítica tras un incidente con su rival, Gillian Robertson, que ha avivado el debate sobre las tácticas dentro del octágono. Pinheiro, de 31 años, sufrió una dolorosa derrota frente a la canadiense de 29 años, llevándose a casa más que un simple revés deportivo.
El combate, celebrado a principios de noviembre, terminó con la victoria por decisión unánime a favor de Robertson, pero lo que ha captado la atención internacional han sido las tácticas utilizadas por The Savage, como es apodada Robertson. Durante los segundos finales del primer round, Robertson arremetió con una serie de codazos en un ángulo conocido como “12-6″ contra Pinheiro, provocando graves lesiones en el trasero de la brasileña.
Las imágenes del enfrentamiento mostraron la brutalidad del ataque, con un codazo más, proferido incluso después de que sonara la campana, lo que ha sido catalogado por Pinheiro como un acto de clara intención dañina.
En las recientes declaraciones a la prensa, Pinheiro, con un récord de 11-4, no ocultó su indignación: “Disculpen mi lenguaje, pero ella me dio un codazo en el ano. Para mí eso es una falta de respeto. Nunca le haría eso a otro deportista. Ella es una mujer que está luchando allí, estoy ahí igual que ella, estamos persiguiendo el mismo sueño, así que es justo respetar a mi oponente”, aseguró en diálogo con AG Fight.
“Creo que fue realmente irrespetuoso de su parte. No es un movimiento para someterme o noquearme, no es así. En mi opinión, lo hizo con mala intención, no solo durante el round, sino que después de que se acabó el tiempo, lo volvió a hacer. No fue la adrenalina del momento, ella sabía dónde estaba golpeando”.
Las consecuencias para Pinheiro han sido más que visibles. En la entrevista detalló el nivel de dolor que aún enfrenta debido a los codazos: “Estoy tomando medicamentos fuertes, hoy es el último día que los tomaré. No puedo sentarme sin un almohadón ni arquear la espalda. No puedo hacer mucha fuerza porque lo siento ahí. Al principio no podía caminar, toser ni reír adecuadamente y estornudar era una agonía. Me sentí como si me estuviera muriendo”.
Este incidente ha reabierto el debate en torno a los codazos en el MMA, particularmente los llamados “12-6″, un golpe vertical de arriba a abajo. Originalmente prohibidos por la organización para prevenir daños significativos a los oponentes, estos movimientos han sido recientemente legalizados, permitiendo su utilización en combates oficiales.
La polémica sobre estos golpes radica en su peligrosidad y la percepción de muchos atletas sobre la ética de su uso. La decisión de las comisiones de levantar la prohibición desde el UFC Fight Night 246 ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos segmentos de la comunidad de MMA, que consideran que los riesgos superan los beneficios.
La controversia generada por este combate entre Pinheiro y Robertson podría tener repercusiones en futuras deliberaciones sobre las reglas del MMA, así como en la carrera de ambas luchadoras. Pinheiro, al no poder entrenar adecuadamente debido a su lesión, enfrenta un desafío adicional en su intento de volver a la senda de la victoria. Mientras tanto, Robertson acumuló su segunda victoria consecutiva en la máxima competencia de artes marciales mixtas del mundo.