La increíble historia del goleador de Racing que ganó la Supercopa y ahora es cantante: “Me dediqué a la música para que no me olviden”

Walter Fernández es una gloria de la Academia. Tras su retiro del fútbol, apostó por su otra pasión para sentir el afecto de los hinchas. En diálogo con Infobae, reconoce que teme pasar al anonimato. Su pálpito para el sábado

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Walter Fernández cambió el fútbol por la música
Walter Fernández cambió el fútbol por la música

Fue el goleador de Racing en la Supercopa de 1988 que conquistó el histórico equipo liderado por el Coco Basile. También fue una de las figuras del Ascenso que devolvió a la Academia a Primera en 1985. Y por temor al olvido de los hinchas y el desconocimiento de las nuevas generaciones, cuando se retiró apostó por su otra pasión: la música.

Instalado en Firmat, provincia de Santa Fe, Walter Fernández atiende el teléfono dispuesto a repasar los recuerdos más emblemáticos que le dejó su paso por el club de Avellaneda. “Me tocó vivir una época muy difícil para la institución. Cuando uno está en las malas, entiende lo que significa el Mundo Racing. Cuando llegué de Defensores de Belgrano, sentí que me adoptaba una familia que tenía una presión muy grande por atravesar el segundo año en la B. Había mucha tensión y pesaba ponerse esa camiseta, porque había que estar a la altura de las consecuencias. Gracias a Dios, se formó un grupo humano maravilloso y logramos el objetivo”, deslizó en diálogo con Infobae.

El ex delantero explicó que las relaciones que se dieron dentro del vestuario fueron determinantes para volver a Primera, “porque más allá del talento, los resultados se consiguen cuando el grupo está unido”. Tal es así, que aún conserva amistades muy profundas con varios de sus compañeros que integraron aquel plantel.

Su primera experiencia en el Cilindro no fue la deseada. Mario Agustín Cejas, ídolo de la institución, había ideado un equipo junto a Juan Di Stéfano, pero el plan fracasó y Racing debió jugar dos años en Segunda División. “Se había armado un buen equipo, con lo mejorcito de cada club; pero no anduvimos bien. Después llegó el Coco Basile y cambió todo. Con él pudimos lograr el Ascenso”, subrayó.

Luego llegaron las buenas. Las históricas victorias ante el Santos de Brasil y River llevaron a la Academia a disputar la final de la Supercopa frente al Cruzeiro. Y durante aquellas concentraciones por el exterior, acuñó su amor por la música como nuevo estilo de vida. “Cuando viajábamos, siempre llevábamos una guitarra en el micro. Ahí se prendía el Flaco Lamadrid y yo me animaba a cantar. Era una época sin celulares, ni PlayStation; entonces nos entreteníamos de esa manera”.

Con las uñas de guitarrero del ex volante central y la voz de Walter Fernández, el equipo del Coco cruzó las fronteras hasta conseguir la gloria internacional. Una tradición que comenzó de manera improvisada por dos intérpretes que se divertían desafinando clásicos de Frank Sinatra.

Una tarde, mientras caminaba por los pasillos del hotel, se detuvo en la puerta de una habitación para observar con atención a la ridícula escena que protagonizaban Miguel Colombatti y el Turco Wirtz. Con una radio portátil y sus entonaciones a cappella, destruían las estrofas del legendario artista estadounidense. “Cantaban con un inglés espantoso, con una fonética muy graciosa. Era el tema Te llevo bajo mi piel (You under my skin), pero el Turco decía Aracaju undermin... Nos dio un ataque de risa, porque ni sabían lo que significaba. Hasta el día de hoy, cuando nos juntamos, les canto esa canción; porque más allá de la casualidad, nos representa mucho: Estábamos en Racing ¡Y por supuesto que a Racing lo llevábamos bajo nuestra piel!

El hit se convirtió en un himno constante en el repertorio de los shows que realiza el santafecino arriba de los escenarios. En cada reunión con las filiales o en cada show privado, hay una docena de canciones con las que repasa su historia con la Academia. En su playlist hay temas propios, como el que hizo en homenaje a Tita Mattiussi, y covers de Sandro, Sinatra y Elvis Presley, entre otros. “Tengo uno que se llama Yo soy de Racing, y Muchachos, de La Mosca, no puede faltar. Hay uno muy especial de Cacho Castaña, Septiembre del 88, que lo adapté porque tiene un vínculo muy especial con todo lo que atravesé en el club. Los momentos difíciles, como la época de la quiebra, y esas situaciones que reflejaron la resistencia de los hinchas”, describió.

Walter Fernández en su faceta de cantante

El paso del tiempo fue una preocupación constante en el ex delantero. Con los años, los llamados de las filiales fueron cada vez más esporádicos y las fiestas académicas que solían organizarse en el club dejaron de ser parte de la actividad social. “Siento que se han olvidado un poco de uno, pero cada vez que puedo pongo a Racing en mis shows. Siempre termino cantando A mi manera, mientras desde un proyector se muestran imágenes de los recuerdos más lindos que me quedaron. Me dediqué a la música para que no me olviden”, aseguró.

Con el deseo de eludir el anonimato, en 2012 incursionó en el popular programa televisivo Soñando por Cantar, donde conformó una dupla con Alejandro Lerner para interpretar Volver a Empezar, con un coro improvisado a cargo del Pato Fillol y Rubén Paz. “Hacía muchos años que no aparecía. Estaba en Firmat y llevaba mucho tiempo sin visitar Buenos Aires. En ese momento pensé: Tengo que ir antes de que la gente se olvide de mí. Fue una buena oportunidad para encontrarme con gente que quiero mucho y tener un poco del reconocimiento de todos los hinchas. Me vino bien, porque desde esa noche empecé a tener más trabajo ligado con la música, que es lo que hago hoy en día”, recordó.

Walter Fernández no quiere pasar al olvido. Lucha para que su nombre se mantenga en la memoria colectiva de los fanáticos y no quede perdido en los libros de la historia académica. “En todo este tiempo, he tratado de hacerle recordar a las nuevas generaciones que hubo un momento que fue muy importante para Racing. Mi primera estrella en el club fue el Ascenso y después ganamos la Supercopa y la Interamericana, que fueron los dos últimos títulos internacionales hasta el día de hoy. Trato de explicarle a los jóvenes lo que significa vestir esa camiseta con sacrificio, respeto y humildad. Muchos creen que el fútbol empezó ahora, pero esta actualidad del club viene de arrastre. Nosotros apreciábamos mucho lo que habían hecho Pizzuti, Cárdenas, el Bocha Maschio y todo ese grupo maravilloso que consiguió un prestigio increíble; por eso trato de inculcarle a los más chicos que tengan presente todos esos momentos que fueron muy difíciles”.

Él fue el goleador de la recordada Supercopa y sus gritos frente a River y el Cruzeiro lo ubicaron entre los máximos artilleros del certamen con la misma marca que Bebeto (del Flamengo), a un tanto del uruguayo Sergio Olivera (Nacional de Montevideo) y Antonio Alzamendi (de River). Sin embargo, en su análisis comprende que la trascendencia se adquirió en las instancias decisivas. “En un principio no le daban tanta importancia, pero cuando le ganamos al Santos y después llegó el clásico con River se empezó a crear un un entusiasmo enorme. Era una Copa que la jugaban todos los campeones de la Libertadores. Era una muy importante y la gente estaba ansiosa por de lograr algo internacional. Es muy similar a lo que sucede ahora con el equipo de Gustavo (Costas), que todos están enloquecidos con la Sudamericana”.

El poster del campeón. Arriba: Carlos Olarán, Miguel Colombatti, Gustavo Costas, Miguel Ludueña, Néstor Fabbri y Ubaldo Fillo. Abajo: Carlos Vásquez, Walter Fernández, Jorge Acuña, Rubén Paz y Omar Catalán
El poster del campeón. Arriba: Carlos Olarán, Miguel Colombatti, Gustavo Costas, Miguel Ludueña, Néstor Fabbri y Ubaldo Fillo. Abajo: Carlos Vásquez, Walter Fernández, Jorge Acuña, Rubén Paz y Omar Catalán

El ex delantero está orgulloso de “haberle devuelto la sonrisa” a los hinchas. Compara al equipo de Basile que logró la gloria continental con el de ahora y asegura que uno de los puntos en común es que ambos lograron revertir situaciones adversas. “Era increíble cómo conseguíamos levantar los partidos. Contra el Cruzeiro arrancamos perdiendo en Buenos Aires (por el gol de Robson), pero pudimos llegar a Brasil en ventaja (él y Colombatti marcaron para la Academia en el Cilindro) y conseguir el campeonato allá no es poca cosa (fue 1-1 con los tantos de Robson y Catalán). Y a éste Racing le pasa lo mismo” (el elenco de Costas comenzó perdiendo con Athletico Paranaense y Corinthians antes de llegar a la final).

Las similitudes que alimentan la ilusión continúan en relación al contexto. Después de lograr el Ascenso, Racing peleó el campeonato doméstico, pero se le escapó en las últimas jornadas (vale recordar el penal de Jonathan Galván ante Franco Armani que dejó una herida profunda en la última fecha con River, durante el ciclo de Fernando Gago); Costas era el capitán y referente de un plantel y hoy es el entrenador. El rival de la final es el mismo. La situación económica del país amenazaba con la hiperinflación y la crisis actual arroja un 60% de pobreza en la población. “Y Juanfer Quintero es el jugador distinto que tiene el rol de Rubén Paz, Gabriel Arias es un arquero de jerarquía como el grandísimo Pato Fillol y Salas juega como el Mencho Medina Bello”, continuó en la analogía.

Naturalmente, ante la consulta sobre qué intérprete puede ocupar la figura de Walter Fernández, el cantante dudó en encontrar la respuesta adecuada: “Ya no existe más el wing izquierdo. Tal vez podría ser Maravilla Martínez, que es guapo y va para adelante”....

En Racing hay esperanza. Más de 50.000 fanáticos arribaron a Asunción con el sueño de conseguir la gloria continental. Mientras tanto, a casi 2.000 kilómetros de distancia, el ex delantero se emociona con canciones que representan el sentimiento albiceleste. Las melodías de jazz, blues, tango y rock acompañarán a las estrofas que se escucharán en La Nueva Olla. Esas que dicen Éste es el año Academia...

Juntos a la par, por Walter Fernández
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