Tom Stoltman y Luke Stoltman, reconocidos como dos de los hombres más fuertes del mundo, consolidaron su lugar en la élite del deporte de fuerza desde su residencia en las Tierras Altas de Escocia, donde se entrenan duro y mantienen una dieta especial, con un descanso fuera de lo común, que les permite ser los más dominantes y potentes.
Desde 2019, los hermanos vienen siendo finalistas en las reconocidas competencias de fuerza del Hombre Más Fuerte del Mundo (WSM, por sus siglas en inglés). Incluso, con Tom levantando el trofeo en tres oportunidades, la más reciente en 2023. A sus 30 años, el campeón está a solo dos títulos de igualar el récord histórico de Mariusz Pudzianowski.
Los hermanos Stoltman, oriundos de Invergordon, optaron por desafiar las expectativas habituales de su pueblo natal en Escocia. Luke compartió su experiencia en una nota publicada por el medio británico The Telegraph: “Venimos de un pueblo pequeño y nos decían, mientras crecíamos, que realmente no debería pasar nada”. Esta mentalidad de ir más allá los llevó a invertir en su propia tienda y gimnasio, lugares donde su fama ha atraído a visitantes de lugares tan lejanos como Nueva Zelanda.
El punto más saliente del artículo trata acerca de los secretos de los hermanos más fuertes de Europa. La rutina diaria y el consumo de alimentos de los Stoltman son verdaderamente impresionantes. Luke explicó que come “ocho huevos al despertar con tostadas de masa madre o avena y frutas”, destacando la importancia de una ingesta que llegue hasta las 8.000 calorías diarias antes de una competencia. Además, comen 340 gramos de pasta o arroz con algunas verduras, tres veces al día. Se permiten una “comida trampa” antes de entrenar, que podría ser una hamburguesa doble con papas fritas, aunque depende de cómo reaccionen a una comida tan pesada.
Por su parte, Tom mencionó que tienen su propio filete de carne de 2.5 kilos (llamado ‘bife Stoltman’) que es preparado especialmente para ellos por un carnicero amigo. Según indica The Telegraph, los hermanos no solo disfrutan de una dieta llena de proteínas y carbohidratos, sino que también adaptan sus comidas a medida que se acercan las competencias, incorporando más alimentos altos en azúcares para optimizar su rendimiento.
En términos de entrenamiento, los hermanos Stoltman convirtieron el poblado escocés en un centro neurálgico para sus exigentes rutinas. Describiendo su espacio de práctica, el citado medio resaltó: “Stoltman HQ es un edificio discreto en armonía con la tranquilidad del pueblo. Allí, pasan largas horas levantando objetos colosales como las piedras Atlas y barriles gigantes”. En un encuentro reciente, un periodista fue llevado a un gimnasio que los atletas abrieron al público, donde se le permitió observar, y en algunos casos intentar, las hazañas de los hermanos.
La clave para manejar la enorme presión física recae no solo en su entrenamiento sino también en su recuperación. Los Stoltman adoptaron la inmersión diaria en agua a cero grados, y mejoraron su comprensión sobre la importancia del ejercicio cardiovascular. Dada la magnitud de su peso corporal, la calidad del sueño también es vital. Un factor elemental en su rutina de descanso son las camas personalizadas, diseñadas para brindar comodidad a su tamaño, reforzadas a la altura de la cadera, donde los hermanos pesan más, con muelles especiales que permiten que el aire circule más libremente durante la noche. “La mía mide dos metros y medio de largo”, agregó Tom.
Finalmente, la historia de Tom es inspiradora más allá de su fuerza física. A pesar de haber sido diagnosticado con autismo en la infancia, utilizó esta condición a su favor en competencias. Tom expresó que la planificación es fundamental para él.
Los hermanos continúan su viaje excepcional en el mundo del deporte de fuerza, no solo desafían los límites físicos, sino que también inspiran a otros a repensar lo que es posible en una pequeña comunidad.