Fredy Guarín, ex futbolista colombiano de 38 años, conocido por su paso en equipos de talla internacional como Boca Juniors, el Inter de Milán y el Porto, reveló detalles conmovedores sobre su vida en una reciente entrevista con el programa de TV Los informantes. En ella, describió el pozo al que cayó a partir de los excesos y adicciones, que casi lo llevaron a quitarse la vida. “Me desconecté de la vida. Salté por el balcón, pero una malla me detuvo”, confesó con crudeza el ex volante.
El ex mediocampista comenzó su carrera profesional en el Atlético Huila y Envigado de su país. Luego hizo escala en el Xeneize, donde mostró sus virtudes en Reserva y en dos duelos en la élite, antes de dar el salto al Saint-Étienne de Francia, con 20 años, y responsabilidades como padre y esposo. Su talento lo llevó al Porto, donde logró conquistas a nivel europeo, y posteriormente al Inter de Milán, uno de los equipos más renombrados de Italia y el mundo. Sin embargo, este éxito deportivo vino acompañado de un estilo de vida sin límites. “Creía que lo tenía todo bajo control”, relató sobre su relación con el alcohol.
“Me emborrachaba dos días antes del partido. Llegaba, funcionaba… Ganábamos, hacía uno o dos goles. Trabajaba más que cuando no tomaba”, detalló su “método” hasta que la adicción terminó derrumbando su carrera.
La vida lujosa continuó en China con el Shanghái Shenhua, donde adquirió un jet privado y organizaba fiestas que alimentaban su adicción. “Jugaba y tomaba, tomaba y jugaba”, explicó durante la entrevista. El punto crítico llegó durante la pandemia de COVID-19, cuando quedó solo en Brasil, sin apoyo familiar ni estructura que lo guiara. “Podía tomarme 50, 60, 70 cervezas en una noche”, relató sobre esa etapa de su vida marcada por el aislamiento y la autodestrucción.
El momento más crítico para Guarín llegó en Brasil -lo contrató el Vasco Da Gama-, donde, solo y atrapado en un círculo de adicciones, intentó terminar con su vida. Vivía en el piso 17 de un edificio y en un acto de desesperación decidió saltar, pero fue detenido por una malla, un hecho que él describe como un evento que lo “devolvió a la realidad”. Luego de este episodio, regresó a Colombia en busca de una nueva oportunidad para reconstruir su vida.
No obstante, su llegada estuvo marcada por un incidente que se volvió viral: un video que mostraba a Fredy Guarín esposado, borracho y ensangrentado, saliendo de la casa de sus padres, causando una oleada de preocupación y críticas. “Este testimonio no es solo mío, es de todos los que luchamos por una vida mejor”, indicó.
El exfutbolista ingresó a un proceso de rehabilitación con el apoyo de su mentora, Liliana Rodríguez, en una clínica especializada. Un reconocido colega también le tendió la mano para salir de la oscuridad. “Juanfer (Quintero) estuvo ahí siempre. Me ayudó en los peores momentos. Nunca dejó de insistir en que tenía que cambiar, en que había esperanza. Su apoyo fue clave para mi recuperación”, comentó.
“Mis hijos, mis padres, mis hermanos… Fueron mi ancla. Ellos me recordaron quién soy y me dieron la fuerza para salir adelante”, cerró el crudo testimonio sobre su historia de superación.